Foto por Abraham Echevarría Díaz
Me gustaría comenzar diciendo que el conocimiento es el arma más poderosa que el ser humano posee, pero como se ha podido comprobar, para la casi mayoría de las personas que habitan el planeta es una cualidad compleja.
No existe una única definición de conocimiento. Sin embargo, existen muchas perspectivas desde la que se puede considerar el conocimiento siendo su función y fundamento, un problema histórico de la reflexión filosófica y de la ciencia. A la que me refiero en este caso, es a la cultura en su acepción más profunda, y a la necesidad de cultivar.
Yo digo que, si todos nosotros nos dedicáramos a leer, saber, aprender y conocer, este mundo no estuviese tan devastado y no existiera la discriminación, el analfabetismo, el robo, la incultura, etcétera. Todos decimos que queremos saber de todo y se ha llegado a la conclusión que todos no sabemos nada, por eso es por lo que nada sentimos hacia otras personas.
Siempre nos mentimos entre nosotros mismos sin importar lo que eso conlleva y todo esto se debe a que muchas personas nunca se han preguntado o nunca se les ha pasado por la cabeza la siguiente interrogante: «¿Quisiera yo saber? ¿quisiera yo aprender? ¿quisiera yo conocer?».
El ser humano debe saber de todo lo que lo rodea, ya sea deportes, artes, literatura, ciencias, entre otras ya que un poco de conocimiento nunca estará de más y como dicen los viejos «el conocimiento no ocupa espacio».
Todos nosotros deberíamos dedicar un poco de nuestro tiempo libre a coger un libro y profundizar, cultivarnos; pues sólo así dejaremos de ser pisoteados y engañados, ni nos veremos obligados a matar, masacrar y hacer tanta guerra innecesaria en el mundo. Labraremos un mejor futuro para nosotros y para nuestro prójimo. Dicho esto, digo que el conocimiento y el saber es la base de todo ser humano para forjar un camino propio.
Nota: Esta colaboración ha sido publicada gracias al esfuerzo conjunto de Dialektika y Barrio 25 y 4. Este último tiene como objetivo exponer los resultados del trabajo social y cultural llevado a cabo con adolescentes y jóvenes pertenecientes a dicho proyecto. Nuevas Voces es el espacio utilizado por sus miembros. A través de la escritura como catarsis y reflexión ponen en práctica las herramientas y habilidades adquiridas durante casi 1 año de debates y talleres.