¿Puede comprarse la felicidad? Según encuesta reciente sí, pero no todo es color rosa

diciembre 4, 2023

Según la más reciente encuesta de Empower (1), poco ya pueden hacer Aristóteles, Epicuro o Kant en relación con la felicidad. Por el contrario, ella estaría asociada a cuestiones más «concretas,» y para muchos incluso, podría comprarse.

La publicación de esa compañía de servicios financieros revela que el estadounidense promedio necesitaría un aumento salarial de $30,000 «para sentirse feliz y menos estresado». Considerando lo anterior, 6 de cada 10 ciudadanos de EE. UU. consideran que el dinero puede comprar la felicidad.

Además, el 71% de los encuestados cree que más dinero resolvería la mayoría de sus problemas. Para un tercio (32% en general, y 37% de los baby boomers), una ganancia «relativamente alcanzable» de $15,000 tendría un impacto significativo en sus vidas, aumentando la sensación de felicidad financiera de los estadounidenses durante seis meses.

Como es lógico pensar, no todo es color de rosa y según la encuesta de Empower, el 73% de los entrevistados también dijo estar atravesando una situación de estrés financiero, y siguiendo el estándar de la propia entrevista, serían infelices. Entre las situaciones de infelicidad más mencionadas están las presiones económicas como la inflación (81%), el aumento de los costos (81%), los tipos de interés (66%), y los préstamos estudiantiles (32%), que están mermando la sensación de prosperidad de la gente.

Es importante destacar que la investigación no aborda razones de otra índole ni busca un debate ético. En este contexto, la felicidad estaría vinculada únicamente al bienestar financiero de una persona: seguridad económica, satisfacción de necesidades básicas, gestión adecuada de las finanzas y comodidad general con el aspecto financiero de la vida.

La felicidad desde los parámetros definidos por Empower se antoja un estado de alineación donde prevalece solo el individuo competitivo frente a las metas sociales. Tampoco es que sea una visión novedosa. Para nada. Desde que el mundo el mundo la obtención de felicidad está sujeta a reflexiones sobre cómo es mejor obtenerla, y el aspecto financiero, como bien se sabe, ofrece panoramas supuestamente «atractivos».

Para el filósofo Aristóteles, por ejemplo, la felicidad se relacionaba con la consecución de nuestro fin como seres racionales. Ello implicaba también la refutación de la felicidad basada simplemente en la obtención del placer, la riqueza o el honor. El hombre, pensaba él, debía alcanzar el sumo bien, que corona el cultivo de las virtudes intelectuales. De hecho, no dudada El Estagirita que la felicidad fuera «alguna forma de contemplación».

Muy lejos estamos de esa, o de cualquier otra forma de la felicidad que implique el trabajo edificante, minucioso e introspectivo sobre nosotros mismos. O ni siquiera en relación con la sociedad en la que, y desde la que, creamos sentido en comunidad.

El World Happiness Report de las Naciones Unidas, a pesar de sus limitaciones, al menos reconoce que el desarrollo de comportamientos virtuosos y un entorno social e institucional de apoyo desempeñan un papel fundamental en la «felicidad generalizada». Por lo tanto, hablar solo de felicidad financiera parece ser un enfoque limitado y, desafortunadamente, extendido.

En el estudio de la ONU, se sugiere que, para tener una sociedad con un alto nivel medio de satisfacción vital, se necesitan ciudadanos virtuosos y un respaldo institucional efectivo. Los dos términos van de la mano: las instituciones eficaces respaldan el desarrollo del carácter, y los ciudadanos virtuosos promueven instituciones eficaces. En general, ser virtuoso mejora el bienestar de las personas.

Lamentablemente, el 2023 ha significado un retroceso enorme, aunque financieramente algunos se sientan más cerca de la felicidad. La guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel y Palestina, el aumento generalizado de la inflación, la creciente polarización en el debate político y la falta de soluciones concretas a los problemas medioambientales son manifestaciones de una sociedad disfuncional que aún lucha por encontrar el camino hacia su felicidad.


Notas

1. El estudio de Empower «Financial Happiness» se basa en las respuestas de una encuesta online realizada a 2.034 estadounidenses mayores de 18 años entre el 7 y el 14 de agosto de 2023, utilizando datos del Empower Personal Dashboard™. La encuesta está ponderada para ser representativa a nivel nacional en las siguientes dimensiones: edad, sexo, educación, raza, región, ingresos, tamaño del hogar, estado civil y empleo. Para este estudio, los datos de la muestra tienen una precisión de + 2,9 puntos porcentuales con un nivel de confianza del 95%.

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