Frecuento mucho el barrio de La Latina, en Madrid, porque no vivo lejos y porque mi hijo pequeño tiene su colegio por ahí. En alguna de sus callejas más recoletas (se dan un aire sinuoso y estrecho a las de Toledo) hay un pub que se llama así, «Latina Turner», en un juego de palabras tan fácil como genial.
Para que no quepan dudas, cuelga del letrero una tablilla con la silueta de la célebre cantante hoy fallecida, pero sólo la silueta estampada en negro. Excepto Freddy Mercury o quizá Elvis, de ninguna otra estrella del rock sería posible hacer reconocible su figura con un mero recortable, así que me parece perfectamente legítimo decir que Tina Turner es todo un ícono de la música popular, incluso literalmente.
Sin embargo, lo que se está oyendo estas últimas horas de «reina del rock», ya es mucho más dudoso, existiendo como existe Stevie Nicks, que es una excelente cantante y una compositora como la copa de un pino, o in memoriam Aretha Franklin, de la que se puede decir exactamente lo mismo. Dejémoslo, pues, en triunvirato, por no hablar de Diana Ross o Donna Summer.
Pero es que Tina Turner tuvo muchos y muy grandes amigos que la engrandecieron: Mick Jagger, con el que hizo dúo y video, Mark Knopfler, que le regaló Private Dancer, The Who, que la sacaron de Bruja Avería en “Tommy”, y tantos otros.
Ike Turner, su primer marido y pareja musical no, ese la cascaba a diario, se despachaba a gusto el cabrón, como el padre aún vivo de los Jackson Five. El motivo, seguramente, de aquellas palizas sería el que Ike veía claramente que ella era mucho mejor que él y que se le escapaba de las manos. Así que decidió erigirse en el domador de esa leona, hasta que en una de estas que dejó la jaula abierta se le escapó.
Después de los gloriosos 80 la carrera de Turner comenzó a ser bastante errática, y la prueba más elocuente que se me ocurre de ello es que tuvo que realizar un video cursi con Eros Ramazzotti, o como se escriba.
En fin, nadie es perfecto, a mi hasta me sigue gustando el «Despacito» de Fonsi y alguna de Gente de Zona. De hecho, yo creo que fue Tina Turner la que inventó el perreo. El perreo, el gateo, el twerking y hasta la zumba que se practica en los gimnasios… Toda una fuerza de la naturaleza, Tina, cuando entraba en erupción.
Mañana me paso por Latina Turner, en su homenaje. Rest in power y long live rock and roll!