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Resumen
El presente análisis busca revelar la esencia y la complejidad violenta del capital y particularmente el secreto de sus crisis cíclicas y límites históricos como sistema, concretada en sus antagónicas contradicciones inherentes, así como evidenciar el fundamento de la decadencia y descomposición del capitalismo como civilización, pero también las bases y el carácter de las futuras revoluciones en el mundo.
Introducción
El capitalismo, como sistema dominante conforma la estructura económica de todas las sociedades con la dialéctica de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción capitalista, que es la base que determina la existencia de la burguesía y del proletariado y a la que le es funcional la inmensa superestructura capitalista integrada por el Estado, el derecho, la ideología y todas las formas de conciencia social burguesas.[2]
Por esto, el capital al desplegar su complejidad se realiza como sistema capitalista, como forma de sociedad, forma de vida, de pensamiento, de ciencia, tecnología, cultura, de historia y de civilización.
Hoy, el capital sigue siendo una compleja relación social que se funda en las relaciones de explotación y dominio que ejercen los capitalistas sobre el proletariado y otros excluidos, despojados de sus medios de producción, mismos que son transformados en propiedad privada capitalista, donde estriba el verdadero poder burgués, el poder económico, el poder de todos los poderes, que define y permea a los demás poderes capitalistas, al político, jurídico, militar, ideológico, mediático, educativo, científico, tecnológico, geopolítico y cultural.
La expropiación burguesa de sus medios de producción –sus condiciones de vida- a los trabajadores directos dio paso por primera vez en la historia a la transfiguración de las fuerzas de trabajo en mercancías[3] y a la creación del mercado de trabajo, donde circulan sometidas a la ley de cambio.
Pero el capitalismo, además sustancialmente convierte a estas mercancías en capital humano, capital variable, destinado a la producción de plusvalía y a los procesos de acumulación de capital local y transnacional: razón de ser del orden del capital.
Por esta vía el capital instaura la moderna esclavitud asalariada en todo el planeta, una profunda enajenación proletaria como fundamento histórico de la moderna civilización capitalista.
En este sentido, el trabajo enajenado de los proletarios, perfeccionado por el sistema burgués es la pérdida cotidiana que sufren los proletarios de sus productos, de sus procesos de trabajo y de sí mismos. El trabajo enajenado desentraña el universo siniestro de la esclavitud asalariada, la miseria del capital y los límites históricos del capital como civilización.
Por lo mismo, el sistema capitalista no solo yace en el antagonismo de clase sostenido por las relaciones de explotación y dominio burgués que desembocan en la lucha de clases, sino también en contradicciones antagónicas que le son inherentes, porque definen su naturaleza, concretan su esencia, sellan sus límites históricos, desencadenan sus crisis cíclicas y generan su decadencia.
Estas antagónicas contradicciones internas no se pueden resolver dentro de los límites del propio capital, desembocan en la revolución y se disuelven en el fin de la civilización del capital.
Por esto, la única solución tiene un carácter radical, es revolucionaria, se trata de superar el modo capitalista de producción y de apropiación mediante, como advierte Marx:
«Es la negación de la negación. Ésta restaura la propiedad individual, pero sobre el fundamento de la conquista alcanzada en la era capitalista: la cooperación de trabajadores libres y su propiedad colectiva sobre la tierra y sobre los medios de producción producidos por el trabajo mismo. […] aquí se trata de la expropiación de los unos pocos usurpadores por la masa del pueblo».[4]
El análisis crítico de estas contradicciones es fundamental para descifrar las claves de las crisis cíclicas del capital y las raíces de la decadencia civilizatoria, particularmente la actual crisis estructural global que la pandemia Covid-19 mistifica, pero que a la vez es incapaz de encubrir los impactos brutales de las otras pandemias sistémicas condensadas en las violencias y miserias del capital local y transnacional contra la Humanidad y la Madre Naturaleza.[5]
El capitalismo del siglo XXI revela complejas contradicciones[6] que son fuentes de las crisis sistémicas, de las inagotables luchas de los modernos esclavos y de las tendencias hacia el fin de la civilización burguesa.
Cada contradicción central conlleva otras contradicciones, que demuestran la complejidad y la dialéctica tanto de las fracturas irreversibles del capital como los procesos revolucionarios diseminados en todo el orbe.
Contradicciones complejas del capitalismo del siglo XXI
Estas contradicciones antagónicas se pueden sintetizar en las que siguen:
1. La contradicción Capital (burguesía)-Trabajo (Proletario): Contradicción medular y universal que define la esencia capitalista. Prueba la existencia universal de la burguesía y del proletariado, articulando la dialéctica depredadora real y la depredadora razón instrumental del capital.
Sostiene la antagónica lucha entre burgueses y proletarios cerrando toda realidad a la conciliación de clases y a la paz social, porque ninguna de estas dos alternativas es posible ante la moderna esclavitud asalariada. Esta contradicción define la vida, el pensamiento, las ciencias y las humanidades, la sociedad y la cultura.
Mercantiliza a los seres humanos y los destruye bajo la forma de capital humano[7], chatarra humana, población superflua y migrantes. Contra éstos, perpetra la barbarie civilizada.[8] Genera las crisis cíclicas, crea y recrea la enajenación global y el trabajo enajenado.[9] Evidencia la complejidad y dialéctica violenta del sistema, como totalidad.
Es fuente de la complejización multidimensional del trabajo, del fetichismo y de la cosificación mercantil de las relaciones humanas en el Siglo XXI.
Pervierte la ciencia y la tecnología[10] y a pesar de la descomunal cuarta revolución industrial (cuya dialéctica imbrica robótica, nanotecnología, biotecnología, inteligencia artificial y de las nuevas tecnologías de comunicación e información -TICS)[11] que inunda todo de ciberespacio, paradójicamente desatada y desarrollada por los modernos esclavos asalariados altamente calificados, pero al servicio del gran capital imperialista devasta a sus creadores.
Esta contradicción de igual manera incrementa el mercadeo de las ciencias, las humanidades y de las pseudociencias,[12] por esta vía todo lo que toca el capital lo transforma en capital.
Engendra la corrupción, la prostitución, la desigualdad, la inequidad y la inseguridad, incorporando a las viejas áreas de inversión de capital el tráfico humano, el tráfico de órganos, el narcotráfico, el conocimiento, los valores, la cultura y la violencia, que la produce industrialmente.
Acrecienta la barbarie, la decadencia[13] y la descomposición sistémica social.
Esta contradicción central define asimismo el carácter proletario de la revolución, del socialismo y del comunismo.
En esta contradicción central subyacen otras contradicciones que afirman los verdaderos límites del capital en tanto sistema y civilización, como:
La contradicción trabajo vivo (proletario) trabajo muerto (capital), que en esencia es una contradicción entre la vida y la muerte. El capital todo lo cosifica y lo trastoca en capital.
El trabajo vivo crea vida y el capital la niega, aunque se apropia y se valoriza a costa de ella, pero también lo hace a través de la muerte, las guerras son elocuentes ejemplos de esta contradicción en acción.
La contradicción valor de uso generado por las fuerzas de trabajo propio de una comunidad humana y natural y el valor de cambio del que se apropia el burgués, consustancial a una sociedad clasista asentada en la explotación y la dominación capitalista.
Mientras los valores de uso se orientan a la satisfacción de las necesidades radicales de los seres humanos, los valores de cambio tienen su razón de ser en la plusvalía, la ganancia y el lucro, de las burguesías a expensas del trabajo, de la vida y de la muerte de los productores directos.
La contradicción producción social proletaria y la apropiación privada burguesa de lo producido por las burguesías, todo esto se sustenta en la propiedad privada de los medios de producción y la existencia de una clase dominante explotadora, la capitalista, y la otra dominada explotada, la proletaria. Las burguesías del mundo podrían repartir filantrópicamente parte de sus riquezas, pero jamás renunciar a sus medios de producción que concentran y monopolizan vía la propiedad privada capitalista, lo contrario sería desaparecer como burguesía, como clase dominante y explotadora.
La contradicción capital variable (proletarios)-capital constante (instrumentos de trabajo). La dialéctica de estos dos tipos de capital, siempre se decide a favor del capital constante y a expensas de los proletarios, capital variable.
Cada innovación o revolución tecnológica se traduce en la eliminación laboral de los proletarios, esta contradicción es una fragua permanente de desempleo, al fin los proletarios son mercancías desechables, masas superfluas, para el capital.
Esta contradicción no tiene solución en el orden burgués, por el contrario las fantasías de los publicistas, teóricos y tecnólogos del capital, sueñan con el fin del trabajo humano y su reemplazo con el trabajo proveniente de la inteligencia artificial, por el fin de los siglos de los siglos amén.
2. La contradicción Capital-naturaleza: Quebranta la compleja unidad dialéctica de los seres humanos y la naturaleza al destruir la vida y la conciencia comunitarias sostenidas por el metabolismo que realiza el trabajo lúdico negado por la propiedad privada de los medios de producción. Fragua la mercantilización de la naturaleza, bajo la forma de capital naturaleza.
Funda la completa devastación de la Madre Tierra, resumida en el ecocidio[14], que administran las transnacionales mineras (como por ejemplo entre miles de casos, el de Yanacocha y el proyecto Conga en Cajamarca, Perú, solo un botón de muestra del exterminio de aguas, plantas, animales, animales humanos y la cultura comunitaria), gaseras, petroleras y armamentistas; las transnacionales verdes de la agroindustria y de los transgénicos para el control de los agricultores y los consumidores[15]; las transnacionales de los megaproyectos urbanos, de presas y de aeropuertos; y las transnacionales de los desechos tecnológicos.
3. La contradicción Imperialismo-Naciones (Recolonizadas): Produce la actual imperialización (identificada con la falacia de la globalización) [16], que no es sino la compleja exacerbación del dominio multidimensional de las fracciones imperialistas, poniendo en relieve las pugnas geopolíticas inter e intraimperiales[17], la desenfrenada carrera armamentista nuclear, bacteriológica, química, cibernética, electrónica, genética y sísmica[18], manantial de la producción de las armas de exterminio masivo y de todas las guerras mundiales[19], de las guerras de recolonización del Siglo XXI (Afganistán, Irak, Libia, Palestina, Siria , África), las guerras de contrainsurgencia, los golpes de Estado de nueva generación y particularmente de la dominante tendencia hacia la tercera guerra mundial[20] que maduran EE.UU. y sus socios por un lado y por el otro Rusia y China.
Esta contradicción de igual manera sostiene el parasitismo financiero y plaga de modelos, proyectos y gobiernos neoliberales, social-neoliberales,[21] progresistas sistémicos y despliega la vasta recolonización de Asia, África y de Nuestra América (regiones transformadas en botines y archipiélagos coloniales), las bases militares, las invisibles ocupaciones territoriales, la militarización planetaria[22], incluido la del espacio cósmico.[23] Incrementa de manera descomunal la deuda y el expolio colonial de la mano de obra, de la cultura y los recursos naturales (petróleo, gas, agua, metales preciosos y de conflicto). [24]
En el marco de esta contradicción se despliegan los tardíos procesos de acumulación primitiva transnacional de Capital en el Siglo XXI. Paradójicamente las transnacionales imperialistas regresan a los violentos y primitivos procesos de acumulación de capital, que David Harvey identifica como la acumulación por desposesión del «nuevo imperialismo».[25]
La codicia imperialista se pone de manifiesto en el incremento del expolio colonial de la deuda pública, en la reprimarización de la producción interna, en la desindustrialización, la desnacionalización neoliberal y la venta de países enteros combinados con el extractivismo neodesarrollista,[26] del progresismo reformistas, el despojo de territorios, la extensa e intensiva privatización de las tierras, de las aguas y de la biodiversidad; la biopiratería perpetrada a través del saqueo y robo de información genética de millones de especies que denuncia Vandana Shiva;[27] la colonización y la recolonización de la Madre Tierra y de las Comunidades Originarias.
4. La contradicción Poder del Capital-Poder de los Modernos Esclavos Asalariados, Comunidades y Pueblos del Mundo: Sostiene a las Democracias y a los gobiernos funcionales al capital imperialista en las metrópolis y en los países recolonizados.
Estado y gobierno mundiales de facto o dictadura mundial,[28] identificado por William I. Robinson con el Estado Transnacional. Una «[…] red informal compuesta por las instituciones políticas y económicas inter y supranacionales, junto con los aparatos de Estado nacionales que han sido penetrados y transformados por las fuerzas transnacionales, y que todavía no han adquirido […] una forma centralizada». [29]
Impone la seguridad imperial de la paz estadounidense basada en la vigilancia, espionaje y control globales[30] de ciudadanos y pueblos centrando su objetivo en la colonialidad del saber, de las conciencias y las subjetividades.
Produce en escala ampliada el terrorismo transnacional de Estado, asociado a la guerra de contrainsurgencia,[31] a la tortura, secuestro, desaparición forzada, a las masacres retóricamente denominadas ejecuciones extrajudiciales, a los asesinatos selectivos con drones ordenados por los presidentes de los EE.UU., a la siembra del caos, a los crímenes de lesa humanidad, como es el caso emblemático mexicano de los 43 estudiantes desparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, entre el 26 y 27 de septiembre del 2014.
Esta contradicción también intensifica en el mundo el despotismo mediático,[32]el fundamentalismo, el macartismo,[33] la fascistización trasnacional,[34] la criminalización y fragmentación de la lucha de clases, de los movimientos, resistencias y luchas de las masas oprimidas, la cooptación de sus dirigentes y la flagrante supresión de los derechos humanos.[35] Como contrapartida de esta siniestra dialéctica sistémica se alzan las resistencias, las luchas, movimientos e insurgencias de los modernos esclavos asalariados, de las comunidades ancestrales, de los campesinos y oprimidos del mundo. No existe región alguna en Nuestra Madre Tierra que no esté inundada de complejas luchas visibles e invisibles de los explotados y oprimidos.
5 . La contradicción Razón instrumental- Razón comunitaria: La moderna esclavitud asalariada y la moderna esclavitud de la naturaleza, son procesos depredadores reales sostenidos por las relaciones de producción burguesas afincadas a su vez en la propiedad privada, la estructura clasista impuesta por la burguesía y el Estado del capital.
Expresión dialéctica ideal de esta complejidad sistémica material es la moderna razón occidental, que condensa la filosofía eurocéntrica, colonial, pragmática y funcional al capital.
Por lo mismo, esta razón instrumental legitima la barbarie de la razón capitalista y la razón de la barbarie capitalista, reproduciendo la explotación y el dominio burgueses, tanto como las complejas violencias sistémicas, incluidos la recolonización subjetiva, académica, el racismo integral, el genocidio, el etnocidio, el epistemicidio, el racismo epistémico y los recurrentes eurocentrismos y estadounidocentrismo que plagan las cabezas de profesores y estudiantes de la mayoría de universidades aldeanas y metropolitanas de Asia, África y de Nuestra América, donde las ciencias y las humanidades sistémicas, han sido transformadas en simples técnicas, en palancas de profesiones light e ingenierías ideológicas destinadas a sacralizar, naturalizar y perpetuar al gran capital, como también dirigidas a administrar las enajenaciones devastaciones humanas y naturales, pero contra esta bárbara razón civilizatoria se alza la razón comunitaria de los Pueblos ancestrales sustentada en las relaciones de producción comunitaria, en la vida comunitaria y en la conciencia comunitaria imbricada al pensamiento crítico del Siglo XXI.
Una razón anticolonial, anti-imperialista y anticapitalista, desalienadora y para la liberación.
Conclusiones
En conclusión: Todas estas contradicciones permeadas en última instancia por la contradicción capital-trabajo, desvelan la esencia del capital, de la civilización moderna y del proletariado, al mismo tiempo definen los límites históricos y el final del sistema capitalista, como concretan también el carácter esencialmente proletario de las complejas revoluciones del Siglo XXI.
Asimismo, exponen la omnipotencia fenoménica del orden capitalista y a la vez los eslabones más débiles de la acumulación transnacional y así como las complejas quiebras dialécticas de la violenta totalidad capitalista.
Exteriorizan también, por un lado, el poder colosal de la razón instrumental de la burguesía mundial sobre los trabajadores y por el otro, su pudrición dialéctica, así como las tendencias a la revolución que despliega la crítica radical de la conciencia histórica de millones de explotados, cimentada en la insurgente razón comunitaria de los Pueblos Originarios y en el pensamiento crítico, que camina con las complejas y diversas luchas de los parias del orbe.
Finalmente, estas contradicciones patentizan que el capital se pudre vivo y éste pudre a todo lo que toca, prediciendo el final de la civilización de la enajenación.
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Notas
[1] Dr. en Ciencias Filosóficas, exiliado residente en México, ex profesor-investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), actualmente en las Maestrías en Humanidades y de Derecho, de la Universidad Autónoma de Guerrero, estudioso de problemas de América Latina y El Caribe, así como de cuestiones del Marxismo Clásico y Contemporáneo. Doctor Honoris Causa por la Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo (Perú), Maestro Emérito por la Universidad Autónoma de Guerrero; Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI-I), evaluador del SNI, autor y coautor de varios libros, ponente en eventos nacionales e internacionales, coordinador de la Cátedra Internacional “Carlos Marx” y Coordinador del Cuerpo Académico Consolidado “Problemas Sociales y Humanos” de la Universidad Autónoma de Guerrero, México. Árbitro de las revistas Perspectiva de la UPAGU, Perú, EIDOS, Graffylia, Islas de Cuba y de Polis, de Chile. drccvc@hotmail.com
[2] Marx, Karl. “Prólogo a la Contribución de la Crítica de la Economía Política”, en Tarcus, Horacio (2015). Karl Marx Antología, Siglo Veintiuno Editores, p. 248 y 248.
[3] Fuentes Díaz, Antonio. “La vida contra el capital. Fuerza de trabajo, liminalidad y violencia”, en García Vela, Alfonso et. al. (Coordinadores) (2019). Estado, capitalismo y subjetividad. Dignidad y esperanza en configuraciones revolucionarias del sujeto rebelde, Ediciones del Lirio, BUAP, UAEM, México, pp. 146 y ss.
[4] Marx, Karl (2013). El capital, Siglo Veintiuno Editores, México, p. 954, t. I, Vol. 3.
[5] Valqui cachi, camilo (2020). Pandemia. Karl Marx todo lo sólido se desvanece en el aire del Siglo XXI, EÖN-Universidad Autónoma de Guerrero, México.
[6]Valqui Cachi, Camilo (2012. Marx vive. Derrumbe del capitalismo. Complejidad y dialéctica de una totalidad violenta, Ediciones EÓN- Universidad Autónoma de Guerrero, pp. 28- 65.
[7] Marx, Carlos. “Manuscritos económico-filosóficos de 1844,” p. 566.
[8] Calvo, Guadi. “Calais: ¿El fin de la jungla?, Rebelión, 01 de noviembre del 2016.
[9] Ibíd., pp. 594 y ss.
[10] Marx, Carlos (1979). El Capital, ed. Siglo XXI, t. I, vol. 2, p. 440.
[11] Ribeiro, Silvia. “Cuarta revolución industrial, tecnologías e impactos”, Alai, 01 de noviembre del 2016.
[12]Bunge, Mario. “Las pseudociencias, como los artículos adulterados, corrompen la cultura, ponen en peligro la búsqueda de la verdad y hacer perder tiempo a todos”, http://www.sinpermiso.info, 12 de mayo del 2011.
[13] Véase: Berman, Morris (2007). Edad oscura americana. La fase final del imperio, Ed. Sexto Piso, México; además véase también: Davis, Mike. “Edgard Gibbon en el funeral de Estados Unidos. Qué recordará el futuro de la decadencia y caída de Estados Unidos”, en http://www.sinpermiso.info, 22 de septiembre del 2011.
[14] Valqui Cachi, Camilo et. al. (2014). El ecocidio del Siglo XXI. Cosmovisiones, premisas, impactos y alternativas, Ediciones EÓN-Universidad Autónoma de Guerrero, México.
[15] Ribeiro, Silvia. “Los transgénicos fracasan, los daños persisten”, en La Jornada, 28 de octubre del 2016.
[16] Valqui Cachi, Camilo (2012. Marx vive. Derrumbe del capitalismo. Complejidad y dialéctica de una totalidad violenta, Pp. 182 y ss., y Valqui Cachi, Camilo. (2009). Imperialización y globalización: una crítica marxista, en Pensares y Quehaceres, Nº 7 y 8, septiembre 2008-marzo 2009, además véase: Saxe-Fernández, John et. al. (2001). Globalización, imperialismo y clase social, Grupo Editorial Lumen Hvmanitas, Buenos Aires.
[17]Robaina García, José Luis. “Expansión colonial norteamericana en el Pacífico”, Granma, 24 de agosto del 2012 y “EE.UU. busca crear su mayor base militar en Asia central”, en Granma, 25 de agosto del 2012.
[18]Sainath, P. “Terrorismo neoliberal en India”, en Counter-Punch, 16 de febrero del 2009.
[19]Poch, Rafael. “1848”, en La Vanguardia, 20 de noviembre del 2011.
[20] Saxe-Fernández, John. “Goldman/Clinton: finanza y guerra mundial”, en la Jornada 27 de octubre del 2016, México.
[21] Pinassi, María Orlanda: “Brasil ¿Neodesarrollismo o lucha de clases?, en http://www.eldiariointernacional.com , 22 de agosto del 2013.
[22]Turse, Nick. “Washington dedica su dinero a la guerra de poderes”, en Tom Dispatch, 14 de agosto del 2012.
[23]Betto, Frei. “Somos bienvenidos al planeta Marte”, en Adital, 24 de agosto del 2012.
[24]Yepe, Manuel E. “Guerras imperiales y deudas nacionales”, en http://www.eldiariointernacional.com, 25 de agosto del 2012.
[25] Harvey, David. (2005). El “nuevo imperialismo”: acumulación por desposesión, CLACSO, Buenos Aires.
[26]López, Emiliano y Francisco Vértiz. “Capital transnacional y proyectos nacionales de desarrollo en América Latina. Las nuevas lógicas del extractivismo neodesarrollista”; Algranati, Clara y José Seone. “La ofensiva extractivista en América Latina. Crisis global y alternativas” y Blanco, Hugo. “Perú: Volvamos a nuestra economía agrícola. No a la minería colonial depredadora”, en Ediciones Herramienta No. 50, Argentina, 2012 y Moncada, Martha. “La explotación minera a gran escala en Ecuador: cinco falacias”, en http://www.eldiariointernacional.com, 25 de agosto del 2012.
[27] Enciso L., Angélica. “Entrevista a Vandana Shiva”, en la Jornada, 6 de junio deL 2016, México.
[28] Riaño, Peio H. “Ni siquiera el fascismo logró lo que ha conseguido el capitalismo”, en Público, 20 de noviembre del 2011.
[29] López y Rivas, Gilberto. “AL y el capitalismo global”, en La Jornada, 28 de octubre del 2016, México.
[30] Greenwald, Glenn (2014). Edwaed Snowden, la NASA y el Estado de vigilancia de EE.UU. Snowden sin un lugar donde esconderse, Ediciones B, S. A., Barcelona.
[31] López y Rivas, Gilberto (2012). Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos: Manuales, mentalidades y uso de la antropología, Semilla Rubí, Comunicación Gráfica, México.
[32]Yohandry. “Diez formas distintas de manipulación mediática”, en Yohandry´sweblog, 17 de mayo del 2011.
[33] Véase Editorial de La Jornada, 21 de agosto del 2012, México.
[34]Robinsón, William I. “El capitalismo global y el fascismo del Siglo XXI”, en Aljazeera, 10 de mayo del 2011.
[35] Documento: La doble moral de Estados Unidos en su papel imperial. Tribunal Dignidad, Soberanía y Paz contra la Guerra, Comité Independencia y Soberanía para América Latina (CISPAL), 17 de agosto del 2012, en CEPRID.