Reseña de «Foucault, el marxismo y la historia (modo de producción versus modo de información)»

agosto 19, 2024
michel foucault

Concebido aún en vida de Michel Foucault, este ameno y diáfano trabajo del profesor Poster responde a un doble propósito —tanto interpretativo como incitador— que, tomando como referencia las últimas producciones del filósofo francés, busca replantear la factura de los instrumentos conceptuales que permitan oxigenar, con miras a la inmediata actualidad, un pensamiento de orientación crítica cuyos problemas de supervivencia son puestos desde un inicio por el autor en el tapete analítico. Desfila por sus páginas una nutrida representación de las más conspicuas posturas teóricas que, desde Sartre hasta nuestros días, y sin la imposible elisión del marxismo como gran telón de fondo, han estado de un modo u otro vinculadas a la amplia gama de tendencias que han conformado la teoría crítica contemporánea anterior y posterior al año 1968. Una fecha —se ha argumentado a menudo en favor y en contra— en la que el marxismo activista, si no doctrinal, pero también (y lo que es sin duda más importante) sobre el plano de su fuerte tectónica teórica, fue tocado de muerte a dos décadas vista de la sonora caída del Muro de Berlín.

Poster parte precisamente de la premisa que afirma que, bajo el manto de dudas que la anomalía de los sucesos del 68 arrojó sobre la llama revolucionaria inherente a la episteme marxista, quedaba cuestionada también toda una forma de construir una filosofía de la reflexión, largamente marcada por la totalización tanto del espacio histórico-social que constituye su tema característico, como del horizonte de pensamiento que se erige en tanto capacitado para aprehenderlo y exaltarlo. Pues, como se desprende de la argumentación general de Poster, ya no es únicamente que una determinada corriente de la filosofía haya sabido o no afrontar los múltiples interrogantes que en lo referido a su congruencia interna, justeza explicativa o valores de verdad haya podido recibir desde posiciones afines o foráneas; antes bien, se trata de serias objeciones que afectan a las limitaciones y al estatus legitimador arrogados para sí por la índole de la práctica teórica misma.

Es fácil adivinar que es en este punto donde hacen su aparición los textos de Foucault, por razón de ser quizá el pensador que, por un lado, ha llevado más lejos una meditación acerca del grado de espesor material que corresponde a los discursos y, por el otro, que ha subrayado en profundidad y recalcado en abundancia su carácter necesariamente fragmentario (habida cuenta de que un fragmento, pensando con Deleuze, es el punto de vista de la expresión en general, y que en cuanto tal rebasa y es superior a cualquier conjunto, totalidad o sistema que pretendiera dar cuenta de él como parcela suya, no pudiendo por consiguiente identificarse con insuficiencia alguna del conocimiento). Los sinuosos derroteros de las investigaciones foucaultianas, a juicio de Poster, por cuanto caminan apoyadas en el aparato teórico desarrollado en torno a la noción de las “tecnologías de poder” (a mi juicio retratado aquí en sus todavía más tortuosos problemas de legibilidad de la manera menos pagada de acertijos o raro humor iconoclasta), habrían convertido en irremisibles las dificultades que venía arrastrando el núcleo tradicional de la teoría crítica, si bien su aportación fundamental reside justamente en la sintonía que muestra dicho arsenal de avances y retrocesos teóricos a la hora de tomar el pulso a las formas complejas de codificación lingüística que, según parece, cada día en mayor medida y en campos cada vez más diversificados, cifran lo más propio de la experiencia contemporánea.

Así pues, el denominado “modo de información” designa el fenómeno considerado como capital en nuestro tiempo presente, como lo es que la producción social de la vida mediante las variantes de la organización del trabajo que conoció el pasado siglo ha dejado paso a una proyección de la objetividad gradualmente distinta, que tiene como punto arquimédico la producción de formas eminentemente lingüísticas y altamente sofisticadas de acción y comunicación sociales, inabordables desde las coordenadas de la reflexión clásica. No obstante, y sin ser tampoco un mero complemento sociológico o contextual, esta remisión de Poster a las notorias transformaciones sociales que ha deparado el transcurso de la historia reciente no reviste en su estudio ningún componente dialéctico, aunque pudiera objetarse que ciertamente ambos modos de constitución del espacio social reclaman a la postre el mismo estrato de inteligibilidad con respecto a los diferentes fenómenos indicados. Desde esta perspectiva, la elección de la tutela de Foucault al objeto de explorar las formas emergentes de todo tipo de discursos no está exenta de acierto. Porque, en efecto, Foucault habría maximizado como ninguno de sus predecesores la idea de una penetración de la racionalidad (entre lo más recóndito de cuerpos y objetos: microtecnologías) emanada del carácter fundante de las relaciones sociales, por más que los poderes broten y subsistan diseminados, establezcan discontinuidades y sean refractarios al conocimiento histórico completo. El fenómeno del discurso es para él más plástico que la conciencia, al tiempo que más compacto que la infraestructura marxista; así mismo, la posición real o imaginaria del teórico refluye sobre la determinación de su particular discurso con mayor efecto vinculante del que pudieron soñar las clasificaciones de corte marxista (tal vez por ello Michel Foucault merece en ocasiones parte de los malentendidos que podamos verter sobre su obra a causa de la escasa claridad de ciertos puntos clave de su pensamiento).

Poster, por su parte, y llegado el ecuador de su provechoso recorrido crítico, se ufana en reforzar, ramificándolo, el pensamiento de Foucault con las contribuciones de otros autores de celebridad menor allá donde cree corregir lagunas o contrasentidos en sus líneas argumentales, lo que suscita uno de los aspectos de más vivo interés del libro. En definitiva, una muy provechosa lectura, que sugiero compaginar con un libro de características similares y que se mueve también dentro de la fértil órbita filosófica anglosajona; se titula Consideraciones sobre el marxismo occidental, del profesor Perry Anderson (1976, publicado en Tecnos).


Datos del Libro: Poster, M. (1991). Foucault, el marxismo y la historia: Modo de producción versus modo de información. Paidós.


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