¿Qué cree que hubiera sucedido? La pregunta que inquieta a los psicólogos

La compulsión por bucear en un pasado irreal está relacionada con uno de los estados emocionales más cuestionado por la “psicología positiva”: el arrepentimiento (los otros son la ira y la preocupación)
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“Livvy hizo su pregunta favorita: Norman, si hubieras llegado un minuto más tarde a la parada de tranvía y hubieses tomado el siguiente, ¿qué crees que hubiera sucedido?”.

En Mundos posibles (1952), el gran autor de ciencia ficción, Isaac Asimov, imagina un artefacto que muestra el camino B, es decir, lo que hubiese ocurrido.

Livvy es la esposa de Norman, a quien conoció casi de casualidad en un tranvía. Por eso, vuelve a hacer su pregunta favorita cuando un hombre misterioso muestra la pantalla que permite ver el pasado alternativo. Quedará sorprendida ante lo que ve.

La traducción del título original es algo engañosa. En inglés, se titula What if—, algo así como “Y si…”. Pero la versión en castellano me permite hablar de los “mundos posibles”.

En 1710, en su Teodicea, Leibniz postula, en síntesis, que “vivimos en el mejor de los mundos posibles”, elegido por Dios tras considerar infinidad de posibilidades. Es posible que Asimov haya leído a Leibniz, porque Norman es tan determinista como el filósofo. Y como el doctor Pangloss, personaje de Cándido (1759), donde Voltaire satiriza a Leibniz.

Pangloss es un seguidor de Leibniz que dejará que Santiago el anabaptista se ahogue en la bahía de Lisboa porque, sostiene, esta fue creada para ello. “Todo va de la mejor manera, en el mejor de los mundos posibles”, dice Pangloss ante una secuencia de historias donde las cosas van de mal en peor.

Los seres humanos somos los únicos que podemos recordar el pasado e imaginar el futuro. Y aunque la “psicología positiva” aconseja vivir el aquí y el ahora, es imposible dejar de pensar en el ayer y en el mañana. Porque, incluso, solemos pensar qué habría ocurrido si hubiésemos tomado el camino B en lugar del camino A.

La compulsión por bucear en un pasado irreal está relacionada con uno de los estados emocionales más cuestionado por la “psicología positiva”: el arrepentimiento (los otros son la ira y la preocupación). En efecto, luego de arrepentimos de algo pensamos en cómo hubiera sido de haber tomado una decisión diferente (para peor, es probable que el camino B siempre sea mejor que el A).

Le comenté todo esto a mi nueva psicóloga, una rubia parecida a Naomi Watts (posiblemente, yo la vea así porque hizo de terapeuta en la serie Gypsy (2017).

—Todo esto no tiene sentido. No podemos cambiar el pasado, solo podemos cambiar el futuro —dijo “Naomi” con voz felina y algo de disgusto—.

—Estoy de acuerdo —respondí—. Pero ¿qué hubiese pasado de haberla conocido antes, en lugar de esa terapeuta que me hizo perder el tiempo y no solucionó nada?

—¿Dejamos por hoy? —propuso “Naomi” y me acompañó hasta la puerta del consultorio—.

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