Orígenes
Nuestro sueño de infancia no era precisamente mantener un estilo de vida mundano y estructurado, donde nuestros padres estuvieran condicionados a salir cada mañana y dejarnos al cuidado de un extraño, para poder sustentar las necesidades básicas del ser humano.
Esta rutina ha sido tan normalizada, hasta el punto de convencernos de que es necesaria para cumplir con el ideal planteado desde hace siglos. Pero ¿cómo fue que nuestra sociedad terminó en tal grado de adoctrinamiento?
En un principio, el capitalismo era la actividad económica que ayudaba a las personas a organizar sus medios de producción propios y así obtener beneficios económicos para aumentar su capital. Con el paso del tiempo, nos dimos cuenta que este alcanzaba grandes cantidades de material valorativo en poco tiempo, con los usos y estrategias adecuadas. Desde este gran descubrimiento, nuestra ambición se ha disparado a niveles exponenciales, llevándonos a adaptar nuestra organización económica para saciar nuestra necesidad de poder; llegando a un punto donde la economía dejó de adaptarse a nuestras necesidades y pasó a ser quien las condiciona, supeditando nuestro estilo de vida, clase social, y manera de pensar; moldeando nuestra brújula moral y llevándonos a hacer cosas innombrables en nombre del dinero.
Como sociedad, estamos funcionando como una máquina, como si nuestro mundo fuera una máquina, hemos creado una sociedad arraigada en una noción autómata. Construimos nuestras ciudades con estructuras basadas en la separación, desarrollando a la vez nuestras compañías con base en la competencia económica y derrota del adversario. Nos educamos para la supervivencia del más fuerte, la validez del más inteligente y la supremacía del más opulento, moldeando nuestro entorno basándonos en honorar la independencia y competencia con la idea de necesitar ser importantes a costa de los demás.
A la vez, la conciencia capitalista tiene una relación de poderes entre el ser humano y la gran bestia económica, poniéndonos a nosotros en la posición de la presa cuando antes éramos el depredador; siendo acechados y controlados para la toma de nuestra humanidad.
Algo muy curioso es que antiguamente el ser humano creía en bestias y dragones pero ahora hemos creado un terror propio y lo llamamos economía. Todo el mundo habla sobre el mercado y la economía como si fueran una sola cosa, es por eso que el común cree que esta última es una de los aspectos más importantes en nuestra vida, pero a la vez es la fuente de todos nuestros problemas. Esta en cómo no aceptamos que somos una especie diferente al resto de seres vivos; pero no en la forma en la que somos capaces de caminar y pensar; sino en el razonamiento moral que preferimos ignorar a la hora de tomar decisiones. Al ignorarlo seguiremos sufriendo el impacto de nuestras acciones una y
otra vez, siendo así hasta que seamos capaces de aceptar nuestra propia naturaleza.
Marketing y Psicología humana
Marketing, aquella herramienta utilizada por todas las empresas a nuestro alrededor con la intención de atraer, captar y fidelizar sus consumidores, para que estos se mantengan con la ilusión relativa de satisfacción con sus productos.
Esta especialidad es la base de la economía capitalista, cuyas formas de implementación están en una constante búsqueda para su evolución, y así estar a la vanguardia de las necesidades de sus consumidores con tácticas de mercadeo específicas para sus objetivos. Como dijo Drucker (2014), “la meta del Marketing es conocer y entender al cliente tan bien que el producto o servicio se venda solo”.
Pero, ¿cuál es la relación entre los avances tecnológicos y la psicología del marketing? Bueno, desde hace algunas décadas la relación entre el mercado y las personas era de mera necesidad; no existía ninguna plataforma masiva donde las empresas pudieran publicitar sus productos sin necesidad de que las personas llegaran directamente a sus negocios. Pero gracias a los avances tecnológicos todo cambió, al empezar el usuario a tener un mayor acceso de información, se le garantizo a las empresas una mayor cantidad de compras en menor tiempo, asegurando sus bienes y al mismo tiempo manteniendo en primer lugar la tendencia de oferta y demanda, provocando que el mercado creciera en competencia, siendo obligadas a idear nuevas estrategias para la venta de sus productos.
Por consiguiente, los empresarios descubrieron que para tener una mayor visibilidad necesitaban entender el pensar y actuar de la mente humana e implementarlo en sus estrategias de ventas, introduciendo así la psicología en el marketing contemporáneo.
Los especialistas del marketing han creado diferentes áreas dedicadas a conocer los hábitos de su audiencia para incidir en ella. Algunas especialidades son, la psicología del color, la cual consiste en utilizar un color específico para evocar emociones en el individuo; cada color tiene un uso y significado diferente dependiendo del ámbito en el que se vaya a usar, generando en el consumidor interés por el producto y dando como resultado un mayor número de ventas e ingresos.
Otra estrategia interesante del marketing es el neuromarketing, en el cual se predicen las acciones de las personas para determinar el producto que escogerian según sus hábitos, buscando su satisfacción con base a sus necesidades y experiencias; gracias a estos datos recopilados, las empresas pueden influir en las decisiones de las compras de sus usuarios.
Por otro lado, tenemos el copywriting que se utiliza con el objetivo de persuadir al
comprador por medios de escritos con argumentos irrefutables, y en el cual se pretende implantar emociones como la sorpresa, expectación y/o ansiedad en el espectador, para que este genere más interés por el producto proyectado.
Este interés inducido tiene beneficios para el comprador hasta cierto punto, si no se tiene un control adecuado, todas las estrategias pueden ser utilizadas de manera irresponsable. Por ejemplo, está la compra desmedida de publicidad por medio de las redes sociales, así convenciendo a seguidores fieles de su presunta legitimidad, donde un negocio construido en papel se le da el poder de reconocimiento y al desplomarse su fachada se lleva por delante sus usuarios e ingresos que alguna vez creyeron en ellos.
Es por esto que estas estrategias deben ser vigiladas y controladas, garantizando que la publicidad o la generación de un impulso o necesidad de compra se haga de manera responsable, legal, idónea, y que al final genere valor para el usuario.
Nuestra Era
Nuestra era, llamada de muchas maneras, era contemporánea, era de la tecnología, época de la cuarta revolución industrial, o en el caso de los astros la era de piscis; de hecho, cada avance ya sea tecnológico, social, político, económico y cultural, hace que se genere un nuevo neologismo para referirnos al ahora, aunque en realidad sea algo incierto lo que estamos nombrando.
No importa qué tan nuevo o desconocido sea, debemos clasificar ese algo con el fin de satisfacer nuestra limitada comprensión, tanto que ese algo puede llegar a ser una característica del ser humano.
Estamos en la época de espejismos, ilusiones manejadas por la supremacía regida por la plutocracia para tratar de hacernos parte de sus ideales, con la fachada de presunta dependencia de nuestros trabajos propuestos para mantener sus privilegios.
Este falso deseo de trabajo se nos ha inculcado desde la escuela, poniéndonos resolver exámenes diseñados por expertos de la psicología para inculcarnos las maneras idóneas o “correctas” de hacer las cosas en la sociedad actual, evitando así que desarrollemos pensamientos críticos en contra de lo aceptado y bien visto por el resto de personas. Todo esto se puede observar a la hora de elegir una carrera y como nos vemos influenciados por nuestros alrededores en el proceso, desembocando así en un profesional no satisfecho con su trabajo e infeliz en su “perfecta” vida creada a las expectativas de los demás.
Todo esto nos demuestra la necesidad que tiene el ser humano de autonomía sobre lo que tiene a su alrededor, ya sea con un propósito de beneficio en común o simplemente por egoísmo. Esta lógica también es aplicada en la economía capitalista con el uso del marketing y todos sus derivados, donde buscan generar constantemente un deseo artificial de interés en las cosas materiales, para la creación de un modelo materialista normalizado socialmente.
Llegamos a un punto donde nos es más importante cumplir con los estándares construidos basándose en la indiferencia, que buscar alternativas para un equilibrio entre los avances tecnológicos, el marketing en el mercado capitalista y una vida satisfactoria.
En este punto de nuestra era es casi imposible proponer una solución a nuestro estilo de vida actual, viviendo en una constante paranoia de expresar nuestras ideas libremente, por miedo a agrietar esa perfecta imagen basada en los ideales de la sociedad, con el fin de cumplir con el sentido de competencia donde solo uno mantendrá el juicio, aun si es a costa de otros. Es el ejemplo perfecto del juego entre ambos individuos, bestia y presa, donde se encuentran en la misma situación, tensos, ansiosos y en vigilia, a la expectación de quien actuará primero, pero que al final terminará volviéndose en una imperiosa obsesión.
Bibliografía
Andrés Sevilla Arias, 30 de mayo, 2016 Capitalismo. https://economipedia.com/definiciones/capitalismo.html
González Pérez Danelli. (2006, enero 18). Efectos negativos del marketing en la sociedad. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/efectos-negativos-del-marketing-en-la-sociedad/
Algunas Ideas adaptadas de: 1Am/ 2010 / Documental/ 1h 20m
Fecha de estreno: febrero de 2011 (Estados Unidos) Director: Tom Shadyac
Drucker, P. (2014). La administración en una época de grandes cambios.
Argentina: Penguin Random House Grupo Editorial.
Esta colaboración ha sido publicada gracias al esfuerzo conjunto de Dialektika y Colegio Montessori Cartagena. Para saber más sobre este proyecto creativo siga el enlace.