Philipp Mainländer

Philipp Mainländer y los peldaños hacia la redención (III Final)

Mainländer planteó no solo el derrotero de la redención del género humano, el camino, desde su primera sentencia es cosmológico. El sentido del mundo está marcado por su inicio y lo trágico es ley profunda
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La redención

El movimiento del cosmos es el del súper ser al no ser. La ley universal del debilitamiento de las fuerzas es la que lleva a que se deshaga la multiplicidad en la nada. Voluntad de muerte es el marionetista inconsciente detrás de cada movimiento. La herencia del suicidio de Dios, el sentido del mundo, es el movimiento en decadencia ¡Y que manifestación de la decadencia tan verosímil ha encontrado Mainländer en el hombre! En el camino hacia la redención de Dios, Mainländer le concede al hombre un papel fundamental. El hombre es un ser conciente, autoconciente ¡Homo conscientiam!

En esquemas modernos de la filosofía se encontró en la conciencia del hombre, la conciencia de la naturaleza. A través del hombre la naturaleza se piensa a sí misma. Ahora bien, para Mainländer, funciona de forma similar. La voluntad de morir encontró en la conciencia el modo de manifestarse de forma más pura, y es a través de ella que ha de acelerar su sentido el universo. Es el hombre un ser conciente de que su destino es morir, esta es una verdad que se corrobora en cada cementerio. Mainländer, además de una aceptación, propone un lanzarse hacia ello.

Philipp Mainländer y los peldaños hacia la redención (I)

En primera instancia lo propone como solución directa al problema del sufrimiento humano, «(…) pero quien no sea capaz de soportar más el peso de la vida, debe desecharlo. Quien no pueda soportar más en el salón del carnaval del mundo o, (…) en el gran cuarto de servicio del mundo, que salga por la puerta “siempre abierta” a la silenciosa noche» (Mainländer, 2011j, p.126). Sin embargo, en el sentido más profundo de la existencia humana, para Mainländer el suicidio tendrá, un papel cosmológico.

Es importante, aclarar antes, la diferencia entre la idea de suicidio difundida culturalmente a la que tenía el filósofo alemán. En la práctica psicológica y sociológica, como en la cultura en general, se tiene el suicidio como un problema que es necesario evitar. Para Mainländer es una solución.

Dentro de la dinámica de la voluntad de vivir, el suicidio no es considerado señal de querer dejar de vivir; por el contrario, resulta ser la manifestación más fehaciente de aceptar y afirmar una vida sin sufrimientos (Mainländer, 2011, p. 19). El hombre aspira a la felicidad y a la vida sin sufrimiento, cuando no existen las condiciones propicias para gozar de esta, o el peso del sufrimiento es demasiado grande sobre sus espaldas, obrará entonces acorde a la sensación de indiferencia vital.

Para Schopenhauer, la voluntad se manifiesta independientemente del individuo, y estará manifestándose antes de su nacimiento, y después de su muerte. Esto fue razón suficiente para que el filósofo condenara el suicidio. Por medio del suicidio se aniquila al individuo, pero no se niega a la Voluntad ni a la especie. Schopenhauer recurre como método, el negar la Voluntad de vivir a través del ascetismo, pues el suicida, se traduciría en la Voluntad de vivir sobrepasando los cánones de vida reales: «El suicida detesta el sufrimiento, a diferencia del renunciante, que detesta los goces de la vida. El primero afirma la voluntad de vivir suprimiendo el fenómeno de la vida. El segundo, en cambio, niega la esencia de ella, es decir, el querer vivir» (Mainländer, 2011l, p. 21).

Mainländer parte de esta idea para afirmar – evidenciar –  que la voluntad de muerte obra con más fuerza en el hombre a través de la ilusoria voluntad de vivir: tan grande es el anhelo de una vida plena que desemboca el hombre, al no poder lograrlo, en su aniquilación. Ahora bien, «(…) el cosmos no puede devenir en la nada hasta que la suma total de fuerzas contenidas en él esté madura para la muerte» (Mainländer, 2011, p. 66) y es la autoconciencia humana la madurez necesitada. El hombre sabe su destino, sabe cuál es el anhelo de Dios y sabe ahora cuál es el sentido del universo. Solo le queda el aceptarlo y emprender ese camino. Tal es la teleología del exterminio de Mainländer.

Philipp Mainländer y los peldaños hacia la redención (II)

El inquietante pensador alemán, no obstante, daría un paso más en la búsqueda del anhelo hacia el vacío. En su preferir el no ser al ser, se adelanta al hecho de haber sido. El suicidio es una decisión extrema y compleja, con fuertes connotaciones morales, ante esto, Mainländer propone como vía realmente efectiva para el camino hacia la redención, la virginidad: «(…) la virginidad es, con toda seguridad, el medio infalible para desprenderse del universo» (Mainländer, 2011n, p. 138).

No es la pureza del alma, a la usanza religiosa lo que le preocupa. No está levantando por encima de sí una bandera en contra de los placeres de la carne. Este no es su método. Mainländer propone la virginidad como el medio para detener la reproducción de la especie. La forma más efectiva de negar para siempre la voluntad de vida, y de hacer desaparecer el sufrimiento. No puede sufrir quien no haya nacido.

En estas sentencias siempre se contraponen la deseabilidad de vivir al anhelo de la desaparición del sufrimiento. La elección de Mainländer parte, en primera instancia de que sólo se puede desear vivir una vez que se está vivo y, de cualquier modo, no se está haciendo un daño a quien no se concibe por no concebirlo. El segundo argumento es también cosmológico, el sentido del universo es hacia la nada y la no procreación llevaría de forma acorde a las leyes universales desprendidas de aquel trágico principio, al silencio absoluto de la especie. «Un ser humano (…) es la única idea en el universo que sí puede alcanzar la muerte absoluta queriéndola» (Mainländer, 2011ñ, p. 69).

Mainländer planteó no solo el derrotero de la redención del género humano, el camino, desde su primera sentencia es cosmológico. El sentido del mundo está marcado por su inicio y lo trágico es ley profunda. Philipp Mainländer vivió y murió para su obra, su muerte fue tan consecuente como admirable. Siguió el camino de la redención que proclamaba, y por ello al menos merece respeto.

Referencias

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Abbagnano, N. (2005). Historia de la Filosofía I. La Habana: Félix Varela.

Abbagnano, N. (2005). Historia de la Filosofía III. La Habana: Editorial Felix Varela.

Abbagnano, N. (2005). Historia de la Filosoía II. La Habana: Félix Varela.

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Ciracì ,F.(2020) Mainländer, Cioran y el Dios Perdido. Thémata. Revista de Filosofía Nº61

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Mainländer, P. (2011). Filosofía de la redención. Fondo de Cultura Económica: Santiago de Chile.

Schopenhauer, A. (2009). El mundo como voluntad y representacion. Buenos Aires: Losada.

Schopenhauer, A. (2013). Parerga y Paralipomena. Madrid: Trotta.

Tarpoco, D. (2012). La redención de Mainländer. Escritor Misterioso Boletín Virtual filosófico.