Foto por Daria Nepriakhina
I
Apago el celular y desconecto la computadora. La cabeza me duele. Por un momento pensé en relajarme viendo imágenes en Instagram. Leyendo algún artículo superfluo sobre la obra de un artista cualquiera. Doy una pasada breve por Facebook, me actualizo de los que creo mis condiscípulos, y mi familia, me entero de los últimos eventos para la ciudad; y quizás, hago algún plan con los amigos. Me entero de las mujeres que salen con sus amigas y viven más, de las personas que toman cerveza regularmente y envejecen menos, que treinta minutos de ejercicios al día alargan la vida 10 años, que el cigarro es perjudicial, que la “nueva” presidenta de Bolivia tuvo una videollamada con el “nuevo” presidente de Venezuela. ¿Es la historia del presente “historia”? El Amazonas ardió en una cantidad impresionante de países. El presidente de los Estados Unidos quiere comprar Groenlandia. Los mexicanos hacen camisetas de algas, un chino descontamina el lago más grande de Bolivia con biotecnología, un juicio contra Monsanto, Inglaterra inaugura una bolsa financiera junto a Shangai, la moneda china por encima del dólar. Mira que la gente inventa cosas. ¿Qué sabía Marx de China si nunca fue hasta allá y tampoco tenía Internet? Un cuadripléjico haciendo parkour, el got talent dando lo mejor de sí. Una mujer en África canta mejor que Adele. Un asiático, un chino —porque todos los asiáticos son chinos— rompe copas de cristal con el tono de su voz. Notre Dame hace varios meses ardió soberanamente. ¿Existe la verdad? Greta y DiCaprio juntos. Si existe, ¿qué será la verdad? Algún artículo menor respecto al tema. Comparta este artículo y salve a alguien de morir de cáncer.
II
En la historia de los medios de comunicación masiva, el Internet vendría a ser el último en surgir. Así mismo como el cine llegó a finales del siglo XIX y aglutinó todo cuanto existía en materia de comunicación, y de paso, se enriqueció en un proceso paulatino como parte del intento de los creadores porque no hubiese “rincón” de su mundo donde no llegara a la gran pantalla. Pues a finales del XX desde algún lugar en Estados Unidos se creó una pequeña conexión entre dos institutos. Una red que en un principio no buscaba ser ni remotamente el planetario producto de hoy. En el proceso de desarrollo, que incluso trasciende estos días, el Internet se ha vuelto el gran medio, capaz de llegar a todos de la manera “más sencilla”. Basta un clic y de pronto se hizo la luz. Como científicos sociales sabemos que esto no es tal. No basta un clic. No hay tal luz. Ni tan siquiera basta y muchísimo menos se hizo. En el vasto universo que es Internet con sus multiplataformas, la diversidad de medios y de intereses, sin olvidar, a los pequeños desfavorecidos y a los grandes aplastantes, se encuentran una cantidad de intereses representados que, claramente escapan de las fronteras de la red.
Las enormes empresas de comunicación han importado sus fronteras a este espacio, junto a estas, sus intereses e influencias. Recuerdo a un escritor argentino, quien decía:
“Cada día se genera al menos una afirmación categórica sobre nuestra especie basada en el método de la encuesta y sin embargo, los encuestadores poseen solo un dato que nunca revelarán, y este es cuántas personas y qué personas, fueron tomadas en cuenta para la elaboración de esta conclusión”.
Haciendo una clara referencia a la importancia de la muestra al momento de generar conocimiento a partir del estudio de secciones de la sociedad, este señor desconocido siembra una duda harto importante sobre los estudios que aparecen en Internet para una socialización sin filtros cada dos por tres. Porque, y he aquí la cuestión: “si lo dice internet, ¿es cierto no?”
Toda la culpa no es de Internet. En su intento de cumplir con las expectativas de sus creadores, de ser una amplia red de socialización de conocimiento, se han establecido los parámetros para la participación de la sociedad en la red de redes. No se les escapa nada, desde los requisitos más sencillos. Un dispositivo con conectividad (que cada vez son más los que la poseen) y un cable o una conexión inalámbrica, aún más sencillo. El “libre acceso” y la “equidad” en el momento de opinar o participar son casi que omnipresentes.
Mas igualdad y equidad no es lo mismo. Por momentos a la hora de observar la dinámica, pudiésemos decir que se trata de un “libre mercado de la información”, un liberalismo informático. Partiendo de esta propuesta y sumándole la auto regulación del mercado — en este caso del mercado de la información—, pues entonces vemos que no hay tal libertad.
Podemos incluso llegar a conclusiones más interesantes; si no sucede así con la información en Internet, ¿por qué habría de suceder con la economía? Esto, al margen de que hoy en día información y capital es por muchos momentos una misma cosa. Aquella frase de que la información es poder va tomando cada día más fuerza, si no es que cada día ejerce más influencia sobre nosotros.
La regulación del mercado por sí mismo no tiene teorema en esta vida llena de conjeturas. A estas alturas, la auto regulación no tiene cabida en un mundo donde se ha demostrado que tienen tanto valor y actualidad las palabras poder y hegemonía.
El mundo de las criptomonedas que transfiere a la informatización todo el poder de la economía de mercado, la web 2.0 y sus repercusiones en los procesos de campañas políticas, la recolección masiva de datos con información personal, los filtros y sensores cada vez más autónomos e inteligentes, el desarrollo de la Inteligencia Artificial, los fraudes en seguridad informática por parte de los titanes Facebook y Google… Tanta información que pone en alerta, ahí, esperándonos al alcance de un clic, pero el clic correcto. No es lo mismo, aunque suena igual.
III
Aparece en mi pantalla. Ensayo de seis cuartillas con temática libre sobre historia y medios de comunicación masiva. Desvía mi atención un correo de la profesora guía alertándome sobre un evento. De pronto el spam. Algunas cuentas están próximas a caducar. Un desconocido desea saber de mí. Tal aplicación es mejor que esta que ya tienes instalada, una versión más actualizada con no sé cuántos errores corregidos con respecto a la otra. Y tres o cuatro sugerencias más para que no me aburra. ¡Actualiza ahora! Ahorra diez por ciento. Aprende inglés con 15 min diarios. Oferta válida, solamente, por los próximos doce minutos. Tu cuenta de Dialnet va a vencer. Gretel espera respuesta a su mensaje. Debo desconectarme, el tiempo se me acaba. Aún no busco la información para el ensayo de seis cuartillas.
IV
Una lectura preliminar de los textos de Noam Chomsky que abordan las dinámicas de la difusión de información, cómo las recibe el receptor y los mecanismos de difusión del mensaje. Incluso, las vías del sistema para articularlo desde su órbita, donde se permite la repetición espontánea del discurso en sujetos integrados al resto de la sociedad; ello nos deja bien claro cómo funciona el mundo de los mass media.
En su estudio de la naturaleza de la información y de los medios encargados, Noam Chomsky estudia incluso los imaginarios y entiende que, para que un medio sea convencional, tienen lugar toda una serie de procesos donde se ven inmiscuidos el poder, el adoctrinamiento del sujeto, la enajenación producto del sistema a escala mundial, la educación. En fin, la sociedad en su más amplio margen. La sociedad como conjunto de aquellos hombres que la habitan.
En este sentido, los textos sobre la convencionalidad de los medios, “el consentimiento del sin consentimiento”, la amenaza del buen ejemplo, el precio de mantenerse informado y desde una perspectiva general, el control de los medios de comunicación.
Lo efímero trasciende hoy las artes; la idea de una vida fugaz, de un rápido existir, evapora la necesidad de profundizar. Modas, series, películas. Carpe diem a quemarropa. Todo al servicio de algo que, aunque intenten rebatir persiste. Lo intentas criticar, pero no te preocupes, no puedes hacer nada, estás dando lo que alguien llamó “el consentimiento sin consentimiento”.
Este analista nos sirve de puente entre la historia de los medios de comunicación masiva y el Internet, como uno de los más importantes, sino el coloso en sí; con la historia, simbolizando el otro extremo inmerso en esta dialéctica de caos y serenidad.
El análisis crítico de la información, tan importante en nuestra realidad, se ha dejado a un lado. Demasiada información llega, desde demasiados lugares simultáneamente, y el “to many” es “to much” hasta para nuestro cerebro atiborrado de lo simultaneo, lo efímero, y lo instantáneo. Llega el momento donde se apaga sin más. Un leve receso, solo se detiene cuando deja de recibir tal volumen de información. Esa pausa tan importante para asimilar e interiorizar la información, es tiempo de desconexión. Un castigo para el deslumbrado ante el polvo de la actualidad. Necesita un chute de bits, una raya de pixeles. Un ataque catártico de realidad para una mente acostumbrada a la desconexión. Necesita reconectarse a la fuente.
Hoy, la mayoría somos más consumidores imbéciles que conocedores amateurs. Para Chomsky el esfuerzo en mantenerse informado es realmente importante, ese conocimiento que no basta con una nota cualquiera de un sitio “anywhere” de un periódico “unknow” de la red. No uno con 300 palabras máximo o preparado para una lectura express de tres minutos. Incluso, a los estudios que intentan ser más serios no se les puede hacer caso de plano. Para un cerebro atiborrado de instantáneas es imposible procesar el interlineado, los discursos, las intenciones, los poderes.
Se necesita la voluntad real de varios puestos en función. Lo efímero trasciende hoy las artes; la idea de una vida fugaz, de un rápido existir, evapora la necesidad de profundizar. Modas, series, películas. Carpe diem a quemarropa. Todo al servicio de algo que, aunque intenten rebatir persiste. Lo intentas criticar, pero no te preocupes, no puedes hacer nada, estás dando lo que alguien llamó “el consentimiento sin consentimiento”. Utilizas sus herramientas, no conoces ninguna otra. Perezoso como todos, enajenado como nosotros. Noam lo menciona, sin embargo, aplicado al poder, no serán entonces pocos los que solo se lo apliquen a la política. Foucault estableció la filosofía del poder, incluso en el día a día, fuera de las áreas más obvias. Para el francés, la obviedad está en esa área invisible donde se articula la dinámica del poder. Una sociedad subordinada al poder, y no el poder subordinado a una o todas las sociedades.
V
Extremistas religiosos en favor de que se mantenga ilegal el aborto. ¿El ecologismo será el futuro? Aboga por la legalización del aborto, la marihuana y los matrimonios homosexuales. Sé el más verde de los verdes. Libertad de prensa y de asociación. Sí, eso mismo, entendiste bien, no fue solo una impresión tuya. Algún chiste sobre cualquier presidente del mundo, o sobre alguna etnia o cultura del mundo. Al petróleo no le quedan muchos años. Uno, dos, tres, cuatro chistes. La crisis existencial de una, el parto de otra. La novia de aquel, y el partido de futbol. ¿Quieres verme bailar? 4.99 el minuto. Corregir “socialización”, sugerencias “nacionalización”, “comercialización”, “socialismo”. Mi aniversario de amistad con alguien. Ideas en cinco minutos. Mi recordatorio de ensayo, debo buscar la información necesaria. Enciendo mi teléfono y conecto mi computadora.