Maurizio Ferraris: entre la hermenéutica, el nuevo realismo y la documanidad

septiembre 14, 2024

El acontecimiento que supone la contemporaneidad tecnológica 4.0 ha sido interpretado minuciosamente por la lupa del profesor italiano Maurizio Ferraris, en ocasión de localizar un conjunto de grandes transformaciones contextuales que sintetizan la experiencia del nuevo realismo. Es este un asunto de naturaleza simbólica que precisa del trazado de nuevos contornos socioculturales, lingüísticos y epistemológicos para el presente; por tanto, atiende de lleno a un compromiso exegético. Tomando esta tesis como premisa, el nuevo realismo asume el hecho puntual de que (amén de sus reiteradas declaraciones que simulan un abandono) Maurizio Ferraris encuentra en el ejercicio hermenéutico su caja de herramientas (hablando foucaultianamente); o sea, el análisis interpretativo-crítico funge como aquel apartado conceptual que propone un marco teórico desde donde analizar el mundo.

Así, para Ferraris, el nuevo realismo exige una toma de distancia, comporta una cultura de la resistencia respecto a la aceptación y puesta en práctica de los presupuestos postmodernos; es un estado del arte de las cosas con apego al papel fundamental de lo real en la obtención de la verdad y la objetividad; y por demás, es un tamiz examinador de los procesos noveles que el siglo XXI ha puesto en circulación. De esta manera, su Manifiesto del nuevo realismo (2012) se presenta como un espacio de regulación teórica; es también un llamamiento y una exhortación a aceptar la multiplicidad de lo exterior en su universo perceptivo-interpretativo, pulsión desde la cual se da paso a la ontología social como teoría de la documentalidad en la labor filosófica de Ferraris.

De forma sincrónica y necesaria, el nuevo realismo que defiende Ferraris en su tarea de dar cuenta de un correcto funcionamiento significante del mundo externo, hunde sus raíces en Kant, donde tiene lugar el acogimiento de la estética como teoría de la percepción que se opone a la concepción tradicional según la cual se entendía como filosofía del arte. En este sentido, la intervención en los sistemas conceptuales tradicionales se ve en la tentativa teórica de fundar nuevas islas y reinstaurar la idea de lo estético como fundamento epistemológico, que, por consiguiente, explicita un proceso ontológico. Sobre la base de este horizonte, el nuevo realismo encuentra en la estética un soporte teórico desde el cual es viable certificarse como sistema cultural a interpretar por la filosofía contemporánea. Sin embargo, la propia concepción del nuevo realismo habla de un elemento de peso en la crítica que emprende Ferraris; a saber, el sobredimensionamiento de lo conceptual-ontológico y su uso arbitrario, cuestión esta que es heredada del posmodernismo. Ante esta situación particular, el argumento de Ferraris ofrece una garantía más sólida en cuanto a lo ontológico como un estudio del mundo social y lo cotidiano, puesto que logra vulnerar aquellas estructuras endebles que desde la epistemología intentan dar parte de la realidad, alentado por la impronta de Derrida y la tradición hermenéutica italiana de la que el propio Ferraris proviene.

Llegado a este punto, Ferraris insiste en restituir el compromiso existencial que la ontología contiene en sí misma. A este respecto, una de las observaciones vitales que la convierte en elemento estructural del nuevo realismo, resulta en la concepción de la ontología social como teoría de la documentalidad. Y es este el lugar privilegiado desde el que Ferraris establece su sistema de pensamiento más reciente, bajo la salvaguarda de las nociones de documento, archivo y registro. Una de las tesis que instala la teoría de la documentalidad refiere a la existencia de tres tipos de objetos: naturales, ideales y sociales, desde los cuales se presenta la cognoscibilidad de lo exterior. En este apartado, Ferraris sin descuidar a los objetos naturales e ideales y sometiéndolos a procedimientos epistemológicos particulares, dirige la mirada hacia los objetos sociales para explorar la vía de construcción de la realidad social. La expresión que resume este proceso coloca al objeto ante su propia geolocalización en la historia, lo muestra asociando su existencia en el tiempo y el espacio a una condición de registro; en otros términos, el objeto se convierte en documento puesto que contiene un acto social inscrito/asociado a él.

La lógica así expuesta presenta varias connotaciones, de modo que Ferraris está invitando a pensar la dialéctica de las cosas externas como parte de un archivo universal que funciona como una red y al cual se le interroga acerca de su condición de posibilidad con arreglo a la realidad. Cada objeto social es entidad individual a la vez que es un terminal de acceso para conocer otro objeto que esté íntimamente relacionado. Por tanto, el mundo en sí es un gran repositorio de documentos que circulan de forma continua y caótica. Asociando esta imagen al nuevo realismo y la contemporaneidad tecnológica que profesa, es Internet la mayor de las bases de datos, el mayor de los archivos, el más universal de los repositorios y por tanto de los registros: el camino trazado por Ferraris habla sin miramientos de una Filosofía de la tecnología en alianza indisoluble con el proyecto previamente edificado de una ontología social.

Ahora bien, la práctica que testimonia el acontecer de la documentalidad conduce a una nueva noción constitutiva del mundo: la documanidad como teoría revolucionaria y de transformación tecnológica, la cual entra en el debate como un terreno desde donde perfilar la movilización vertiginosa de lo humano y sus actos. Más bien supone un momento de arribo, pero no de cierre; supone un puerto medianamente seguro desde donde resulta factible asegurar herramientas conceptuales para continuar con el análisis riguroso de los procesos sociales contemporáneos, instados estos desde una perspectiva que asuma la deconstrucción (en el sentido de Derrida) como una técnica filosófica y de vida fundamental: “como revelación de la estructura humana del conocimiento” (Ferraris, 2020, p. 27).

Bajo esta égida Documanidad (2023), el texto más reciente de Ferraris, comparte la doble impronta de instituir una teoría en desarrollo y certificar un modelo epistemológico que habla de una nueva fase de los usos tecnológicos y, por ende, de la incidencia en la práctica social y sus usos significantes. Ferraris introduce la noción de equilibrio entre el sistema de relaciones que representa la tecnología y la codificación del mundo social como sistema asociado a un ordenamiento de los elementos culturales que caracterizan la contemporaneidad. En este sentido, las 4 señales que el profesor italiano resume como ejes centrales de su reflexión: 1) la revolución documedial, 2) el paso de la produmanidad a la documanidad, 3) la relación señorío y servidumbre, y 4) la imagen de la humanidad por venir; atomizan el problema del progreso desde la capitalización y normalización acelerada del documento. Los principales apuntes conceptuales así descritos, dan cuenta de las distorsiones contingentes de un cambio de siglo, pero también exponen la irrupción/rescate de viejos rudimentos y nuevos términos, así como intervienen en la experiencia del funcionamiento de las máquinas. En esta instancia, Ferraris ofrece su tentativa de enfrentamiento/estudio ante las consecuencias de la sociedad tecnológica que constituye un destino inevitable para la humanidad en tanto metamorfosea identidades, comportamientos y las proyecciones de lo real, puesto que “se trata de una situación dramática, que anuncia una crisis incomparable, pero que no puede ser resuelta con el arrepentimiento del pasado, sino que lo que exige, más bien, es una comprensión del presente en su singularidad y originalidad” (Ferraris, 2023, p. 6).

En este proceso, la hermenéutica en la reflexión filosófica del profesor Maurizio Ferraris destaca no solo por hacer eco de la tradición a la cual se encuentra adscrito, sino que, en tanto ejercicio de desentrañamiento de lo social, transversaliza todo el proyecto del nuevo realismo y su Filosofía de la tecnología. El nuevo realismo, por su parte, constituye la topografía del mundo contemporáneo y de la nueva revolución en gestación-desarrollo-condensación, que implica un cambio de paradigma en los márgenes aún por definir de la globalización. Ambos elementos: nuevo realismo y hermenéutica, integran el conjunto sistémico que es la documanidad; estadio comprendido en que la humanidad produce, gestiona y consume su cultura desde el documento-archivo conduciendo al sujeto (homo documentum) a un nuevo tipo de sociedad. Desde estas ópticas que conducen a la práctica de una ontología social, se asienta el pensamiento reflexivo del amigo íntimo de Derrida, del discípulo atento de Vattimo y, sobre todo, del filósofo comprometido con un análisis crítico de su actualidad.

Referencias Bibliográficas:

  1. Ferraris, Maurizio (2020). Metafísica de la web. Editorial Dykinson. Madrid.
  2. Ferraris, Maurizio (2023). Documanidad. Alianza Editorial. Madrid.

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