En un mundo donde los debates políticos sobre temas como el cambio climático, la justicia penal o el Brexit parecen cada vez más polarizados, un reciente estudio sugiere que la inteligencia artificial (IA) podría desempeñar un papel crucial como mediadora en la búsqueda de consensos. El estudio, publicado en la revista Science, muestra cómo la IA puede ayudar a personas con opiniones políticas opuestas a encontrar puntos en común y generar declaraciones consensuadas más claras e informativas que las redactadas por seres humanos.
El estudio, liderado por Christopher Summerfield, director de investigación en el Instituto de Seguridad de la IA del Reino Unido, exploró cómo un modelo de lenguaje automatizado puede facilitar la creación de consensos en grupos deliberativos. En la prueba piloto, reclutaron a cientos de participantes en el Reino Unido, a quienes se les pidió debatir sobre temas controvertidos, como la oferta de guarderías gratuitas. A partir de sus opiniones, un modelo de IA generó un borrador de declaración, el cual fue ajustado en función de las críticas de los participantes hasta llegar a una versión final.
Los resultados fueron sorprendentes: el 56% de los participantes prefirieron las declaraciones consensuadas creadas por la IA sobre las redactadas por humanos, destacando su claridad y precisión. En una segunda fase del experimento, los investigadores organizaron una asamblea ciudadana simulada con 200 voluntarios, donde se discutieron temas divisivos como la reincorporación del Reino Unido a la Unión Europea y la justicia penal. En algunos casos, las opiniones de los participantes cambiaron significativamente después del proceso de mediación con IA, aunque en temas más arraigados, como el Brexit, los cambios fueron mínimos.
A pesar de estos hallazgos prometedores, algunos expertos se muestran cautelosos sobre el uso inmediato de la IA en contextos deliberativos reales. Alice Siu, politóloga de la Universidad de Stanford, elogió el trabajo, pero subrayó que la mediación de IA aún no está lista para su implementación generalizada. Señaló que mientras algunas personas podrían sentirse más cómodas expresando sus opiniones a través de una IA, otras podrían desconfiar de la tecnología o tener dificultades para utilizarla.
Por su parte, Stephen Elstub, politólogo de la Universidad de Newcastle, destacó que el sistema carece de elementos fundamentales para la democracia deliberativa, como el intercambio de información experta y la moderación grupal. Para él, la IA podría ser una herramienta valiosa en manos de facilitadores humanos, pero no un reemplazo. En la misma línea, el politólogo James Fishkin advirtió sobre los riesgos de que opiniones mal informadas influyan en las decisiones del grupo si no se garantiza un proceso de deliberación adecuado.
Este estudio abre la puerta a nuevas formas de mediación en la esfera pública, donde la IA podría ser una herramienta para facilitar el diálogo en temas políticos controvertidos. Sin embargo, su implementación en la práctica requerirá más investigación y ajustes para asegurar que las herramientas tecnológicas no reemplacen, sino que complementen, los procesos de deliberación democrática.
