Dentro de unos años, la filosofía como asignatura en los institutos dejará de existir en Serbia. Como enseño esta asignatura en varios institutos, dentro de diez años perderé mi trabajo. Pero, desgraciadamente, no sólo yo, sino también todos mis colegas de Serbia están en la misma situación.
Evidentemente, la filosofía ha empezado a molestar seriamente a alguien. La cuestión es quién y por qué (especialmente ahora). ¿Por qué se quiere excluir de las escuelas la base de todas las ciencias? ¿Quiénes son los «sabios» que han decidido que se aplique esa «reforma educativa»?
Además de los problemas relativos a los puestos de trabajo, un problema aún mayor y más destacado es que las generaciones futuras, si la situación no cambia, se verían privadas de la opción de obtener una comprensión de lo que significa pensar argumentativamente y, por tanto, mirar un mismo tema a través de infinitas lentes, teniendo en cuenta muchas opciones y posibilidades.
No es demasiado tarde para salvar a los niños atrapados en la hiperbanalidad cotidiana de hoy, pero mañana podría serlo.
Al estar al menos algo familiarizados con la existencia de una de las primeras civilizaciones de este mundo, somos conscientes de que algunas de las mentes más importantes de todos los tiempos (matemáticos, físicos, científicos, etc.) fueron de hecho filósofos (entre esas mentes destacadas se encuentran Pitágoras, Leonardo da Vinci, Descartes, Leibniz, Newton, etc.). Está claro que la sociedad no puede dar lugar a verdaderos intelectuales si las personas no están dispuestas a examinar más amplia y profundamente las implicaciones de su trabajo y a mejorar constantemente su pensamiento reflexionando sobre lo que hacen, que son algunas de las habilidades y hábitos centrales que se enseñan en la filosofía.
Habiendo debatido recientemente esta cuestión con el profesor Noam Chomsky, así como con varios de mis colegas de Austria y Suiza, quedó claro que todos estaban de acuerdo en una cosa: estamos en una situación problemática, pero son nuestros problemas, y tenemos que afrontarlos y resolverlos nosotros mismos.
Por lo tanto, los profesores tendrán que permanecer unidos para salvar lo que se pueda salvar. Algunos ya han empezado a hacerlo. Sin embargo, en esta lucha, las instituciones y todos los medios de comunicación de este país deben implicarse cuanto antes.
Llevo mucho tiempo trabajando en la promoción de la filosofía y del pensamiento filosófico. Sin embargo, esta lucha en particular nos concierne a todos. Insto a todas las personas a que se tomen en serio este problema y lo consideren detenidamente. No es demasiado tarde para salvar a los niños atrapados en la hiperbanalidad cotidiana de hoy, pero mañana podría serlo.
La sociedad moderna parece eliminar la necesidad del pensamiento crítico y la individualidad
Sin duda, se trata de un problema constante en Serbia e incluso en la mayor parte de Europa. La sociedad moderna parece eliminar la necesidad del pensamiento crítico y la individualidad. Destruir las instituciones que se oponen a esta tendencia y que nos ayudan a examinar nuestra situación y evolución actuales, como un plan de estudios que exige la filosofía, tendrá un grave efecto que no será meramente local.
La expulsión de la filosofía es, de hecho, una cuestión global.
Esta es una traducción de la carta publicada originalmente en inglés por Ivan Vučković en Daily Nous
