El ejército israelí ha llamado este viernes a la población que vive en el norte de Gaza a abandonar sus hogares en 24 horas, en medio de crecientes indicios de una posible invasión terrestre. Se trata de una región en la que viven 1,1 millones de personas, aproximadamente la mitad de la población del territorio.
La orden, originalmente entregada a la ONU, ocurre mientras Tel Aviv presiona en su ofensiva a los militantes de Hamás. Según el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, la orden dada por el ejército es «imposible» sin «devastadoras consecuencias humanitarias».
«Ahora es el momento de la guerra», declaró por su parte este jueves el ministro de Defensa, Yoav Gallant, mientras los aviones de combate israelíes seguían bombardeando Gaza en represalia por los atentados perpetrados el fin de semana por militantes de Hamás, en los que murieron más de 1.300 israelíes y más de 3.000 resultaron heridos.
Funcionarios de Gaza afirmaron que los ataques de represalia de Israel contra el enclave palestino habían matado hasta hoy a más de 1.500 personas y herido a más de 6.600.
Naciones Unidas informó el jueves de que 12 de sus trabajadores habían muerto en los combates en Gaza desde el sábado.
«No se encenderá ni un solo interruptor de la electricidad, no se abrirá ni un solo grifo y no entrará ni un solo camión de combustible hasta que los rehenes israelíes sean devueltos a casa», declaró el ministro israelí de Energía, Israel Katz, en las redes sociales.
Según otro reporte de la ONU, el número de personas obligadas a abandonar sus hogares por los ataques aéreos se disparó un 25% en un día, alcanzando las 423.000 de una población de 2,3 millones. La mayoría se hacinó en escuelas gestionadas por la ONU.