MADRID (Corresponsal) — El economista Nassim Nicholas Taleb elaboró la teoría del cisne negro basada en la sorpresa que se llevaron los exploradores europeos que al llegar a Australia en el siglo XVIII descubrieron que, en efecto, no todos los cisnes eran blancos tal como pensaban hasta entonces.
En economía, la teoría de Taleb describe un suceso que resulta totalmente inesperado, que tiene un gran impacto y que conduce a una predictibilidad retrospectiva. Esto último significa que solo una vez que ha ocurrido aparecen teorías que lo explican, incluso, que dicen cómo podría haberse evitado.
Las elecciones presidenciales de ayer demostraron que la teoría de Taleb está vigente en la Argentina. Como habían anticipado las encuestas, los votantes deberán elegir al libertario Javier Milei o al peronista Sergio Massa, el 19 de noviembre, como nuevo presidente.
Massa es el cisne negro de esta historia, porque salvo dos vaticinios todos coincidían en que Milei saldría primero y no segundo. Como reza la teoría de Taleb, su victoria es algo que era improbable, pero no imposible.
La realidad de los números indica que Massa ganó votos, que Milei los perdió (al revés de lo que decían las encuestas) y que Patricia Bullrich directamente se hundió y quedó fuera de la batalla final (en esto sí acertaron).
Ahora, tal como lo predijo Taleb, llega la hora de encontrar una explicación retrospectiva. Tarea en la que están miles de analistas que, como es habitual, recurrirán a las teorías más estrambóticas.
Lo cierto es que escasa diferencia entre los tres contendientes en las primarias de agosto hacía que cualquiera pudiera ganar tal como había anticipado hace una semana.
Por eso, casi todos esperaban que el cisne negro fuera Bullrich. Pero eso no ocurrió. Es más, Juntos por el Cambio, formada por el conservador PRO y la siempre ambigua UCR inicia un camino hacia lo desconocido. ¿Sobrevivirá a esta verdadera catástrofe electoral?
Demás está decir que serán los frustrados votantes de Bullrich quienes podrían cambiar el curso de la historia. Muchos han jurado que no votarán ni a Massa ni a Milei. La abstención, valga la advertencia para estos “buenos ciudadanos”, beneficia a Massa, porque es Milei quien necesita nuevos votantes.
¿Aparecerá otro cisne negro? Taleb diría que no.
