De Humani Corporis Fabrica
De Humani Corporis Fabrica, 2022

De Humani Corporis Fabrica: Transgresión e idealidad del cuerpo

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“You have to dehumanize the body in order to transgress it.”

Véréna Paravel

De Humani Corporis Fabrica (2022) de Véréna Paravel y Lucien Castaing-Taylor parte de la premisa de que el cuerpo humano no es un santuario.

La idea, así arrojada, pudiera parecer poco original para unos, insolente para otros. Pero el caso es que, al estar tan imbuidos en la cultura de la cancelación y en la era de la reafirmación positiva de la estupidez, perdemos de vista que, en el fondo, el humanismo también necesita de vísceras para existir.

El documental, que ahora mismo el lector puede encontrarlo en MUBI, es un guiño a Andrés Vesalio, uno de los padres de la medicina moderna y autor de un tratado de igual nombre. Este fue publicado en 1543 y no solo logró reproducir en hermosísimas ilustraciones la anatomía humana, sino que, al hacerlo, consiguió poner en evidencia mucho de los errores cometidos por Galeno.

Pues bien, en pleno siglo XXI, Paravel y Castaing-Taylor deciden realizar un viaje que lleva al espectador al interior del cuerpo humano y de instituciones hospitalarias parisinas.

El descubrimiento es fascinante, y mezcla escenas desenfadadas donde doctores en plena cirugía hablan de sus problemas cotidianos, se quejan y viven al compás de los movimientos rítmicos de ese otro organismo que es el hospital. Se deconstruye así la noción de un cuerpo cerrado, cuerpo-santuario, o cuerpo-monumento.

La idea original era realizar un documental sobre el comercio de órganos en Harvard, pero el objetivo cambió tras la lectura de la obra de Vesalio. Fue así como se llegó a la noción de una versión contemporánea del texto, aprovechando las herramientas visuales de la medicina actual.

Acá no hay trucajes, lo que el espectador verá en la cinta es justamente lo que ven los doctores.

Para lograr tan impresionante fotografía el equipo usó tres cámaras; una para rodar todo lo que ocurría en el interior del cuerpo; otra para el exterior y por último el sistema de cámaras del salón de operaciones.

Otra nota interesante del acabado final son los diálogos que, como murmullos, se escuchan desde el interior del cuerpo humano. Mantener las conversaciones desenfadadas del personal médico, al tiempo que la mirada hace un viaje inverso -del mundo al cuerpo-, fue un objetivo esencial de la obra.

De esta forma, la cámara realista toma de la mano al espectador y le muestra todas las cavidades y pasajes secretos que solo han sido plasmados en los libros de biología. A lo anterior contribuyen secuencias que muestran, entre otras cosas, una cesaría, la inserción de un catéter en la uretra de un hombre, una cirugía ocular, y hasta una cirugía a columna vertebral abierta que -escúcheme bien- es sencillamente impresionante. Si algo queda claro acá, es que el cuerpo es también todas esas cosas. Sin embargo, la mirada del espectador, acostumbrada a los filtros y al imperio de la belleza efímera, asume ipso facto que el documental refuerza la deshumanización.

“Creo que hemos tenido la misma experiencia que el espectador mientras lo ve, o al menos eso espero,” Paravel dijo a Notebook de MUBI. “Al principio era como, ¡vaya, están hablando del alquiler mientras hacen una colonoscopia! Pero a medida que avanzábamos nos dimos cuenta de que esa era la forma que tenían de superar la experiencia.”

Por otra parte, los creadores también tuvieron la destreza de incluir la anatomía del hospital. Hablamos de esos vasos comunicantes que humanizan la institución y la conectan a otros sistemas de relaciones sociales: el sótano, el departamento de muestras y biopsias, la sala de psiquiatría; así como otros sujetos que también forman parte del movimiento de la institución: indigentes, traficantes de drogas, prostitutas, guardias de seguridad o gente que simplemente está de paso.

“La película –agregan los directores– necesita momentos de respiro. Pero entendimos que el hospital también funciona como un cuerpo: tiene sus propias arterias por las que pasan los pacientes y por las que caminan los médicos, y una especie de sistema circulatorio hecho de esos tubos con aspecto de ciencia ficción que transportan órganos, biopsias y análisis de sangre por todo el hospital.”

Tomas descentradas, textura granular, evasión constante de rostros y movimientos abruptos de cámara terminan por arrojar al suelo la petulancia del sujeto moderno. No porque Paravel y Castaing-Taylor manejen la tesis de que el sujeto no existe. Por el contrario, esa continuidad visual del interior al exterior sugiere que el descentramiento del sujeto se traduce más bien en su recolocación en su mundo natural.

Lo cual recuerda de inicio a fin a Maurice Merleau-Ponty:

“La verdad no ‘habita’ únicamente al ‘hombre interior’ … no hay hombre interior, el hombre está en el mundo, es en el mundo que se conoce. Cuando vuelvo hacia mí a partir del dogmatismo del sentido común o del dogmatismo de la ciencia, lo que encuentro no es un foco de verdad intrínseca, sino un sujeto brindado al mundo” (p. 10).

De ahí que la narrativa del filme refuerce que no hay cuerpo ideal, en el sentido de que no hay humanismo abstracto, sino en el mundo.

Acá el reto está en lo impopular de esta postura ya que lo habitual es la nitidez de Instagram, el falso desenfado de Twitter o la cómoda polarización de Facebook. Todo ello contribuye a una humanidad plástica que se debate entre certezas preconcebidas.

Sin embargo, De Humani Corporis Fabrica te transporta a un mundo donde el cuerpo es reinventado

«Tienes que desprenderte de eso y cosificar el cuerpo, o empujar el cuerpo a cierta distancia. Hay que deshumanizar el cuerpo para transgredirlo. No puedes abrir a una persona o introducirle algo en la nariz, la uretra o el culo a menos que deje de ser un cuerpo,” dice Paravel.

El gran hallazgo del documental es que la perfección no es suficiente para realizarnos en el humanismo. El doctor, como figura salvadora, necesita de esa distancia para poder salvar al sujeto que yace abierto sobre su mesa de disección. Esta suerte de suspensión momentánea del concepto cotidiano de humanidad permite a los médicos restituir el funcionamiento del yo.

¿No es acaso eso una de las exigencias más perentorias hoy…una suerte de corrientazo que atraviese nuestro entendimiento y barra con las certezas absolutas y la noción de que todo ha de ser perfecto y monumental? Y luego, llevado al humanismo, ¿no es acaso deseable repensarnos la vida humana en su tejido carnal para tratar de redescubrir la incertidumbre que nos soporta?

Referencias

Cronk, J. (2022, July 18). Under the Skin: Lucien Castaing-Taylor and Véréna Paravel Discuss “De Humani Corporis Fabrica” on Notebook | MUBI. Mubi. https://bit.ly/45VAC4T

Merleau-Ponty, M. (1994) Fenomenología de la Percepción, Planeta-Agostini.