Carta abierta al ministro de cultura (España)

Estimado Señor ministro:

Quiero ser una de las primeras personas que le diga algunas cosas que debe intentar mejorar desde sus nuevas responsabilidades. Cultura es para casi todos los políticos una cartera invisible, como lo son sus políticas.

Sería bueno que recordara algunas cosas que esperamos se empiecen a poner en marcha desde el gobierno.

Lo mismo que desde la Agenda 20/30, se anima al desarrollo de una cultura sostenible con el M.A, debería pensar en poner en vigor con seriedad y diligencia el derecho a la accesibilidad de espectadores y profesionales en las salas dedicadas a las Artes Escénicas. Sí, lo mismo que el libro ha sabido enfrentarse al cambio y ofrecer a los no lectores los audiolibros, de igual forma habrá que comenzar a incluir en ese potencial Sistema Nacional de Cultura, nuevas tecnologías que propicien la inclusión de espectadores con distintos tipos y grados de discapacidades en los espacios culturales. Si partimos de la base de que todos los humanos contamos con algún tipo de deficiencia y que la ley de igualdad social implica desarrollarla para todos, deberá trabajar en que se hagan posibles los cambios necesarios en estos espacios culturales: butacas desmontables para facilitar la ubicación de sillas de ruedas, integración de sistemas que faciliten a los ciegos la escucha activa sobre lo que ocurre en escena, camerinos acondicionados para trabajadores discapacitados…

La Ley 193/2023, de 21 de marzo, en la que se regulan las condiciones básicas de accesibilidad de las personas con discapacidad para el acceso y utilización de los bienes y servicios a disposición del público, debe hacerse efectiva lo antes posible.

Pero, también debe albergar a los trabajadores discapacitados. Por tanto, se tendrían que crear las condiciones necesarias para subvencionar la mejora real de los espacios, de igual forma el facilitar en acceso a transportes para asegurar los destinos a sus trabajadores. Si un tren no puede trasladar a una compañía de teatro u orquesta con personas que utilizan sillas de ruedas, habrá que habilitar subvenciones para facilitar ese transporte o desarrollar normas integradoras.

Crear una red de teatros estatal de compañías inclusivas, sería un objetivo interesante para llevar a cabo por ese necesario Sistema nacional de Cultura. Facilitar la movilidad de las personas está incluido dentro de los artículos que componen la Carta de Derechos Humanos, firmada un 10 de diciembre de 1948.

Estimado Señor ministro, se abre ante Vd., la posibilidad de iniciar el cambio de todo el espectro social. Como dice mi compañero en la Academia de las Artes Escénicas David Ojeda: «El arte necesita llegar a los límites sociales, no a las barreras impuestas por la sociedad».

Bien, traslademos esos límites para que el artista pueda llegar a integrarse en una sociedad. El diseño de los espacios dedicados a las Artes Escénicas debe adecuarse a las nuevas necesidades, a los nuevos límites. Deberemos eliminar la deshumanización que se creó hace mucho.

Deberemos eliminar la deshumanización que se creó hace mucho.

Dicen algunos que las comunidades en España van a dos velocidades, opino que son las comunidades humanas las que gozan de distintos privilegios según su grado de disfunción personal. Hay que intentar potenciar la inclusión en las artes a ambos lados de la escena; público y trabajadores.

Entiendo que en estos momentos donde muchos ciudadanos están indignados por el poco respeto que se les tiene, sería el momento de que la sociedad recordara a todos aquellos ciudadanos que llevan décadas sin ser respetados por nuestra sociedad debido a su exclusión.

Le propongo que todos aquellos proyectos que se soliciten a la Unión Europea lleven implícito la inclusividad en el diseño, la ausencia de barreras arquitectónicas, así como ensanchar los límites culturales con la inclusión de compañías inclusivas, la inclusión de trabajadores de las artes con discapacidades varias.

Desde la perspectiva de impulsar nuevos límites en el teatro comercial, deberá su ministerio, colaborar con las compañías que pretendan llevar a cabo este reto.

Tanto a nivel nacional, regional como distrital, la cultura llamada de proximidad merece la pena regularla para abrir las puertas a unos límites menos obsoletos y caciquiles que los que ahora transitan por pueblos y ciudades.

También tendrá que posibilitar las medidas necesarias para que aumente la profesionalización de estos trabajadores excluidos hasta el momento y buscar formas para que los creadores comiencen a llevar a cabo propuestas escénicas inclusivas.

Hace una semana escasa que las editoriales de teatro me confirmaban lo poco que se escribe para las personas excluidas.

Sé sobradamente que no es cuestión que deba desarrollar su ministerio, que el tema está abierto a otros que contemplen las ayudas sociosanitarias, el transporte y alojamiento, pero una sociedad más culta, cultivada y equitativa tiene algunas pegas que solventar y necesita ganas de gestionar el futuro.

 Espero sinceramente, que usted y su equipo estén a la altura.

Queda a su disposición.

Emilio Meseguer Endériz