Arte, tatuajes y filosofía

Entrevista al pintor y tatuador Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)
agosto 23, 2020
Arte tatuajes filosofía
Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)

«Todas las obras de arte se esfuerzan en presentarnos la vida y las cosas tal como en verdad son, aunque no pueden ser captadas inmediatamente por todos a través de la niebla de las contingencias objetivas y subjetivas. El arte disipa esa niebla».

Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación II

 

Pocas veces, como afirma Schopenhauer, el genio artístico confluye para mostrarnos la belleza pura. Sin embargo, disfruté el placer de entrevistar a un artista que destila genialidad tanto en la plástica como en el body art.

El filósofo alemán, Schopenhauer, afirma que la genialidad muchas veces se manifiesta en el arte, y el artista, si es de talento, escapa de los límites impuestos por las diciplinas e impresiona a su público en todas las áreas en que se introduce. De igual forma, Alejandro Darío, se presenta como un talentoso artista que no encuentra límites y explora tanto en la plástica como el exótico mundo del tatuaje, con talento y pericia, las manos del pintor marcan la piel con una exquisita precisión y detalle; rompiendo tabúes y mostrando la belleza de diseños que impresionan inclusive a los más reservados frente a este excitante arte corporal.

Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)
Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)

Un tatuaje puede significar muchas cosas, desde un acto de vanidad hasta un lenguaje secreto entre el cuerpo y la subjetividad. Cuando descubrí la obra de Alejandro Darío hacia finales del año 2009 siempre percibí un humanismo inherente; no un humanismo de cartón, de esos que uno escucha en los medios de comunicación y esos «populares discursos de grandes valores», donde los hombres se muestran llenos de regocijo y laureles como si la humanidad estuviera montada en un pedestal del mármol más fino y lujoso. El humanismo en las obras de Alejando Darío es más visceral, reflexivo, filosófico y existencial; ese humanismo que reconoce nuestros placeres, pero también nuestro dolor y resistencia. Descubrí un arte que revela la vida, y disipa la niebla ideológica que muchas veces el contemporáneo respira con placer para escapar u olvidar.

La obra de Alejandro Darío es sin duda filosófica, una forma de filosofía práctica en el arte, que con gran manejo y técnica logra plasmar en el lienzo y la piel.

 

Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)
S/T. Acrílico/lienzo. 2013. Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)

Nuestro cuerpo es el objeto real de nuestra historia, el cuerpo lleva en sí todas las marcas de los dolores y los goces de nuestra vida; «el punto cero» de todas nuestras orientaciones como diría Husserl (2005, p. 198). La verdadera historia, sin las sublimaciones de nuestra mente, la sufre el cuerpo, lleva en nosotros las cicatrices de nuestras primeras caídas, los pequeños accidentes de nuestra adolescencia imprudente y los maltratos de nuestros excesos en la juventud. Así como es el medio de los placeres más delicados y salvajes. El cuerpo es ese escenario oculto de nuestras vidas, el que sostiene cada segundo de la existencia y proporciona cada bocanada de aliento.

El body art es una forma de comunicación, un lenguaje visual donde el tatuaje es un medio de expresión y también de formación de nuestra subjetividad; ya sea como un puente de comunicación o una forma de identidad, los tatuajes hoy en día son formas de marcar en nosotros una idea o un sentimiento a través del arte y la piel. Una experiencia carnal y visual en nosotros mismos, en nuestro cuerpo como marca o recordatorio de una identidad.

Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)
Alejandro Darío Noda Piñón (Omega)

Gabriel (G): ¿Nombre?

Alejandro (A): Alejandro Darío Noda Piñón

G: ¿Nombre artístico?

A: Omega

G: ¿Cuéntanos un poco de tu historia de vida en el arte?

A: Mi aproximación al arte ocurrió cuando, con 12 años, me vinculé a un taller de dibujo en la Editorial Pablo de la Torriente, muy cerca de mi casa. Luego seguí los cursos preparatorios para ingresar en la Academia de Bellas Artes San Alejandro, impartidos en el Centro Experimental de Artes Visuales José A. Peláez (conocido popularmente como 23 y C).

Posteriormente superé los exámenes de ingreso de San Alejandro y comencé como estudiante de este centro a los 15 años. El camino estaba trazado desde entonces. Realmente pensaba que iba a ser mi destino inevitablemente porque me gustaba y sentía que era capaz de sacrificar muchas cosas por seguir en él. Ya desde la academia empecé a participar en exposiciones colectivas y a adentrarme en el contexto artístico citadino que imponía pertenecer a una escuela como esa. Desde muy temprano en dicha institución, supe que debía aprender algún oficio además del que casi todos escogían: la pintura. Por eso entré a las aulas de escultura para tener una visión más tridimensional del espacio. Graduado desde el 2006, tuve la suerte de exponer y comercializar mi obra en diferentes galerías, hecho que no es tan común para los recién graduados. Y de ese modo mi rutina se fue definiendo en la búsqueda y la creación de un estilo y mensaje coherente con mis necesidades espirituales.

G: ¿Cómo llega la filosofía a tu vida?

A: Después de descartar la idea de ingresar al Instituto Superior de Arte (ISA), me dispuse a prepararme para estudiar una carrera universitaria. Mi objetivo era licenciarme en Historia del Arte por la intrínseca relación que tenía con mi carrera previa. Pero por azares de la vida, me llegó Filosofía que era mi segunda opción de la lista de carreras. Como la mayoría de los que comienzan esa carrera en la Universidad de la Habana, tenía muy poco conocimiento sobre la carrera en sí y el plan de estudios que me esperaba. A partir del 2009, el viaje por la historia del pensamiento y el pensamiento mismo empezó.

G: ¿Cuándo empezaste a hacer tatuajes?

A: Después de haber desarrollado varias series de obras pictóricas y exposiciones personales y colectivas, la comercialización de mi obra se fue tornando cada vez más difícil. Mi realidad fue cambiando y el hecho de estar estudiando en la Universidad, me impuso un estrés adicional. Entonces en el 2013, fue cuando decidí convertirme en tatuador; una de mis pasiones en segundo plano. Y aunque efectivamente se inició como un procedimiento para sobrevivir en la nueva realidad, devino en protagonista de mis actividades creativas.

G: ¿En qué medida piensas que la filosofía te ayuda en el arte y los tatuajes?

A: Definitivamente el hecho de estudiar Filosofía agudiza la comprensión de la realidad (Ser) en todo su devenir. Para mí no fue la excepción. Me hizo abrir los ojos y enfocarme en los objetivos creativos con mejores «herramientas». No es menos cierto que el tatuador tiene diferentes responsabilidades en comparación con un pintor, porque tiene que responder a la demanda de su cliente y no puede en la mayoría de los casos crear libremente. Aun así, la carrera de Filosofía me aportó una metodología muy efectiva para concretar una idea, un diseño, una obra.

“Fantasmas de la Ciudad”, Alejandro Darío Noda Piñón
“Fantasmas de la Ciudad”, Alejandro Darío Noda Piñón

G: ¿Qué intentas transmitir en tus obras y tatuajes?

A: Mediante mis actividades siempre he intentado ser consecuente con mis principios, mis sueños y frustraciones. Siempre relacionados con mi realidad, aunque he intentado con mucho esfuerzo hacer una exposición de una parte de la realidad objetiva que nos afecta a todos los cubanos.

G: Cuba… ¿En qué medida influye en tu obra y en qué medida no?

A: Como ya adelantaba en las preguntas anteriores, Cuba es el centro y el principal motivo de toda mi creación. Particularmente expreso mis frustraciones y mis deseos de que nuestra realidad cambie radicalmente.

Alejandro Darío Noda Piñón, “Y sin embargo…?” Acrílico sobre lienzo
Alejandro Darío Noda Piñón, “Y sin embargo…?” Acrílico sobre lienzo

G: ¿Qué relación encuentras entre el cuerpo, la subjetividad y los tatuajes?

A: Es una relación indisoluble. Los tatuajes forman parte de la exteriorización de la subjetividad del individuo. Sean diseños conscientes o no, la decisión de concretarlos en la piel, en la superficie (apariencia), manifiesta características del portador del tatuaje.

G: ¿Cuéntanos un poquito de tus clientes? ¿Qué buscan cuando se tatúan? ¿Apariencia?

A: La mayoría de los clientes buscan diseños que los inserten en una comunidad específica. Buscan una cierta identidad y sentir la aprobación social como cualquier individuo. Muchas veces no hay una relación o motivo directo entre el significado del diseño y el cliente. Básicamente presumen de él (diseño) y de su nueva apariencia más bien como un reflejo de un anhelo, una frustración o algo que adolecen.

G: ¿En qué proyectos te encuentras ahora?

A: Ahora mi proceso creativo en la pintura está bastante ralentizado por la ausencia de materiales, la ausencia de libertad de expresión y transparencia en la inmensa mayoría de los canales expositivos. Por tanto, me mantengo creando en formato piel hasta que exponer mi obra no viole ningún decreto ley y sirva de pretexto para censurarme.

G: ¿Dónde pueden encontrarte los lectores de Dialektika en las redes y en Cuba?

A: Mi obra puede verse en mi perfil de Instagram. También en Facebook por mi nombre completo (Alejandro Darío Noda Piñón).


El lector podrá descubrir en la obra de Alejandro Darío un talento universal, que traspasa formatos y viaja desde la piel hasta la plástica, una sensibilidad y una estética en que confluye el arte, los tatuajes y un pensamiento que reflexiona sobre la realidad a través del arte. Así como Schopenhauer señala, el verdadero arte es aquel que nos muestra la vida en su forma más pura.

Referencias

Husserl, E. (2005). Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenologica (Ideas II). Mexico D.F: Fondo de Cultura Económica.

Schopenhauer, A. (2005). El mundo como voluntad y representación II. Madrid: Editorial Trotta.

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