«Uno tiene la sensación, por ejemplo, que en las universidades de Estados Unidos se esperaría que “los latinoamericanos se ocupen de asuntos latinoamericanos” y no de pensar el mundo a través de América Latina, al igual que lo hacen los pensadores europeos o estadounidenses».
Ticio Escobar
En los estudios correspondientes a los contextos culturales latinoamericanos es preciso aplicar enfoques complejos. Este es un tema que abarca una gran diversidad de herramientas de las ciencias sociales y posee una metodología en desarrollo.
La irrupción de un contexto moderno a un subcontinente que tuvo que asimilar en quinientos años lo que en el resto del mundo había tardado dos mil, ocasionó disturbios identitarios. El objetivo de redimensionar el contexto cultural latinoamericano no está solo en la conciencia propia, sino en la necesidad de encontrar métodos para ser comprendido desde otros espacios.
Lo primero que se debe validar -si de reconocimientos se trata- es el propio concepto de lo «latinoamericano». Este, más allá de constituir un espacio geopolítico, tiene un matiz profundamente cultural; implica una disputa en torno a la cuestión de lo propio y lo diferente.
Desde la década del 50’ se han desarrollado los llamados «estudios culturales» donde la crítica «poscolonial» ha dado testimonio de las fuerzas desiguales y disparejas de la representación cultural implicada en la querella por la autoridad política y social dentro del mundo moderno.
Las perspectivas poscoloniales emergen del propio testimonio de la experiencia latinoamericana y de los discursos de la minoría presente en las divisiones geopolíticas. Muchos estudiosos se han destacado por los aportes al tema de los estudios culturales y poscoloniales. Walter Mignolo considera que, para desentrañar el verdadero sentido de los estudios mencionados en América Latina, es necesario reconocer otros proyectos subliminales; el mismo hace hincapié en la teoría de la dependencia, la filosofía de la liberación, el colonialismo interno en la década del 60, la transmodernidad, los estudios de género y raza, así como la crítica al eurocentrismo.
Todas estas disertaciones, son el empeño por legitimar lo latinoamericano ante las élites internacionales. Parten de analizar cada fenómeno particular a la luz de la historia del continente a partir de la llegada de Cristóbal Colón a las falsas «Indias Occidentales».
Para comenzar el análisis de lo que posiciona a Latinoamérica como un espacio matizado por la alteridad, lo primero que se debe hacer es no pensar en ella misma como cultura homogénea dentro de su contexto. Cada país se proyecta desde una identidad única. También está la gran división entre lo que puede resultar el Caribe con respecto a los demás países. El gran contraste con Europa no radica en el ser mestizos o producto de una hibridación racial, sino en la incomunicación con respecto a nuestras diversidades. Por ejemplo, para cualquier latino resulta normal el hecho de que existan diferencias entre los franceses y los españoles, sin embargo, dentro del pensamiento histórico europeo resulta más difícil concebir una divergencia entre un boliviano y un paraguayo.
La asimilación de códigos o símbolos tiene un papel determinante; resultan ineludibles a la hora de reconstruir el discurso de la diferencia.
Un segundo paso para una efectividad de los estudios culturales y poscoloniales es la necesidad de comprender la genealogía del pensamiento crítico en América Latina. Este no solo se proyecta en su archiconocida relación centro-periferia, sino que tiene conexiones muy importantes con África y Asia; es decir, con aquellos espacios marcados por la historia del colonialismo en el mundo moderno.
La asimilación de códigos o símbolos tiene un papel determinante; resultan ineludibles a la hora de reconstruir el discurso de la diferencia. Esto es a lo que se refiere Homi K. Bhabha en su texto Lo postcolonial y lo postmoderno. La cuestión de la agencia. El lugar de la cultura, cuando afirma que
«(…) Para reconstruir el discurso de la diferencia cultural, se requiere no un mero cambio de contenidos y símbolos culturales; un reemplazo dentro del mismo marco temporal de representación nunca es adecuado. Se requiere una revisión radical de la temporalidad social en la que puedan escribirse las historias emergentes, la rearticulación del «signo» en el cual las identidades culturales puedan inscribirse (…)»[1]
Si se comprende el componente múltiple de Latinoamérica, se indaga en sus relaciones históricas y se establece un orden cronológico en el sistema de pensamiento devenido en identidad, entonces estarán planteadas las bases para una comprensión de lo que pueden significar los estudios culturales y poscoloniales: una nueva visión alternativa al criterio eurocentrista.
Latinoamérica constituye un espacio de convergencias múltiples. Este subcontinente valida la teoría del caos, la confluencia mítica de lo real y maravilloso. Es por eso que atacar o resguardar su validez a través de estudios o teorías fuera de su contexto, puede constituir una referencia desorientada.
Una defensa desde afuera, por lo motivos que sean, es insustancial: si no convergen las miradas desde el centro del huracán hacia el estado de tranquilidad, entonces el resultado será fluctuante e inestable.
No aplicar todos los métodos posibles, y no crear una interrelación de discursos a través de todas las categorías de las ciencias sociales, legitimaría como a menudo sucede la dosis de marginalidad que se le otorga al discurso relacionado con la cultura latinoamericana.
Referencias
Barcia, María del Carmen. La marginalidad como concepto histórico. En: Revolución y Cultura, No 2, 2008.
Bhabha, Homi K. Lo postcolonial y lo postmoderno/ La cuestión de la agencia / El lugar de la cultura.
Dussel, Enrique. Europa, modernidad y eurocentrismo.
Escobar, Ticio. Identidades en Tránsito.
Fernández Nadal, Estela. Estudios culturales y postcoloniales.
Guanche, Juan. La capital de los cubanos. Arquitectura, espacios y marginalidad. En: revista Catauro, Año 9, No 17, 2008.
Hall, Stuart. Estudios culturales: dos paradigmas.
Mignolo, Walter D. Las Humanidades y los estudios culturales.
_______________Postoccidentalismo: el argumento desde América latina.
Notas
[1] Bhabha, Homi K. Lo postcolonial y lo postmoderno. La cuestión de la agencia. El lugar
de la cultura.
Foto por Willian Justen de Vasconcellos