Reza Negarestani: Realismo entre una visión de la escatología islámica y la escatología lovecraftiana 

El empleo y reinterpretación, por parte de Negarestani, de uno términos fundamentales dentro de la escatología del islam deja ver una singular visión de los temas relativos a la temporalidad y lo escatológico
marzo 17, 2023
“الأ لفین المشتر کتین فی بواطن الدائرة و ظواهرها”
“Las dos alif que participan de lo oculto y lo aparente del círculo”
Aḥmad ‘Alī al-Būnī (Kitāb Šams al-Ma‘ārif al-Kubrā)

“Si Avicena o Nicolás de Cusa hubieran sido seducidos por los seres del mundo antiguo, podrían haber producido algo parecido al Necronomicón del loco árabe Abdul al-Hazred.”
Graham Harman (Weird Realism: Lovecraft and Philosophy)

Introducción

En el artículo Qiyama as Rebellion, Taqiyya as Hypercamouflage: The Political Theology of Reza Negarestani (2021), el investigador en estudios islámicos Carool Kersten realiza un análisis de algunos referentes, tropos y motivos de teología islámica presentes en el pensamiento del filósofo contemporáneo iraní Reza Negarestani (n. 1977), perteneciente, de algún modo, a la corriente del realismo especulativo. Un aspecto llamativo dentro de lo que Kersten denomina “Teología de la disipación y la extinción” en Negarestani es el empleo del término qiyāma (قیّامة).

El término árabe yawm al-qiyāma (يوم القيامة) refiere al día del levantamiento o de la resurrección en la teología escatológica islámica.

Dicho término viene de la raíz trilítera árabe q-w-m, de la cual se forman un grupo de términos que refieren a lo subyacente y al espacio, como lo son los conceptos: constitutivo – muqawwim (مقوّم), subsistencia – qiyām (قيام), cosa subyacente – qiwām (قوام), existente – qāʾim (قائم), ser existente – qāma / yaqūmu (قام), posición o lugar – maqām (مقام), ser rectilíneo, ser recto – istiqāma (استقامة) y directo – mustaqīm (مستقيم).

En el caso de Negarestani, el uso y desarrollo del concepto qiyāma se ubica junto a las escatologías naturalizadas de la catástrofe o aniquilación solar, como inscripción cósmica de la pulsión de muerte freudiana, elaboradas por Jean-Francois Lyotard en The Inhuman (1991), y por Ray Brassier en Nihil Unbound (2007). Carool Kersten afirma como Reza Negarestani, en su personal reinterpretación del qiyāma, se aproxima mucho al uso alternativo de motivos y tropos religiosos (específicamente cristianos) que se encuentran en los escritos de filósofos continentales como Giorgio Agamben y Gianni Vattimo (2022, 257). El empleo y reinterpretación, por parte de Negarestani, de uno términos fundamentales dentro de la escatología del islam deja ver una singular visión de los temas relativos a la temporalidad y lo escatológico, tal como lo hace Quentin Meillassoux con la escatología de la contingencia del dios infante por venir.

Para el filósofo iraní: “Hacer teología rigurosa es perforar el corpus divino con herejías”

Para el filósofo iraní: “Hacer teología rigurosa es perforar el corpus divino con herejías” (Negarestani, 2016). Dentro de estas “herejías” que resalta Negarestani estarán las demonologías asiria, babilónica y persa, las corrientes gnósticas, la criptología o ciencias ocultas islámicas (ʿulūm ġarībī) y la escatología no abrahámica de ficción de Los Mitos de Cthulhu de Howard Phillips Lovecraft (1890 – 1937) y del Círculo de Lovecraft, una saga de mitos que fue catalogada por Harman Graham como de un extraño realismo.

Qiyāma, apokálupsis e imposibilidad refractaria

Negarestani en su texto Islamic Exotericism: Apocalypse in the Wake of Refractory Impossibility (2012) desarrolla su idea del qiyāma a partir de las argumentaciones del filósofo túrquico Abū Naṣr Muḥammad al-Fārābī (870- 950), del filósofo persa Mullā Ṣadrā (1571–1636) y del teólogo y filósofo germano Nicolás de Cusa (1401- 1464). En este último caso es relevante el abordaje del concepto de posibilidad dentro del término possest que denota la “posibilidad misma existente” y la “potencialidad de ser”; y por el lado de los dos filósofos islámicos Negarestani analizará el tema de la imposibilidad del conocimiento de la realidad divina y su relación con lo escatológico.

Sobre Mullā Ṣadrā, Negarestani acentuará que este filósofo apela a una realidad divina incognoscible, y en al-Fārābī, se analizará la distinción entre la imposibilidad latente o pasiva y la imposibilidad activa o indefectible respectivamente, que el filósofo islámico realiza en su obra Al-Madīnah al-fāḍilah (المدينة الفاضلة) o La ciudad Ideal. Negarestani plantea que para la visión teológica islámica la unidad futura con lo divino no se produce ni en el nivel ontológico ni en el epistemológico, ya que solo existe Dios, externo a todos los seres y su entorno exterior.

Dice Negarestani al respecto:

El relato islámico del génesis gira en espiral alrededor de una unidad no ontológica. En primer lugar, como enfatiza Mullā Ṣadrā, el filósofo iraní, Allāh no es “ser” (pero tampoco es nihil); su verdad nunca podrá ser conocida, ni por el “ser” ni por el “no ser”, ni antes ni después del apocalipsis. En segundo lugar (y en paralelo con lo anterior), el hombre nunca puede alcanzar una unidad integral con Dios, una unidad tal que, en otras variantes del monoteísmo, exaltaría y transformaría al hombre de su estado anterior (quondam). El hombre sólo puede volver a Allāh, no unirse a él. La unidad o la integridad en términos de lo humano solo se derivan de la asequibilidad, un estado de asequibilidad mutua o una apertura económica: el estado de “estar abierto a”. En el islam, sin embargo, Dios es constantemente externo al hombre, y sólo “desvive” a través de lo imposible, una potestas absoluta tan última que es im-posible para el hombre; al-Fārābī en su chef-d'oeuvre, sobre Los principios de las opiniones de los habitantes del estado ideal, pone claramente en conjunción la posibilidad de posesión e imposibilidad, para sugerir una im-posibilidad” (2012, 274).

Debido a esta exterioridad absoluta de Dios, al-Fārābī ha calificado “el plano en el que Allāh impregna todo en el islam” como una “imposibilidad activa e infalible”. Según Negarestani, para Fārābī, ser y estar unidos con Dios demarcan un pasaje que transita a través de la intersección de la Imposibilidad y la Posibilidad Latente / Pasiva (simbolizada como A∩Β), y cuyos límites están delineados por la diferencia “simétrica” de la Imposibilidad Latente / Pasiva y Posibilidad que es la unión de ambos menos su intersección, que se puede simbolizar como (A∪B)–(A∩B).

Fārābī refuta cualquier manifestación de “posibilidad de Ser” en la existencia de Dios, porque la posibilidad de Ser está – con la misma escala o sun-metron – simétricamente determinada por los complementos relativos de A y B (simbolizados como A–B y B– A) que mantienen la existencia por exclusión e inhabilitación de otras partes (a la vez completa A y completa B). Esto trae consigo no sólo una concepción diferente del espacio sino también de la temporalidad, impidiendo entender el qiyāma como un momento cronológico o como una posibilidad de (re)unión con Dios (2012, 285). Debido a esta comprensión radical de la trascendencia divina, también el apocalipsis o re-velación en el islam se entiende de manera diferente a las tradiciones judía y cristiana.

Según Negarestani, no es la re-velación de Dios, sino una re-velación de Dios. Por lo tanto, la escatología islámica del qiyāma no sería un proceso contemplativo, sino uno de rendición pasiva a “la Voluntad imperceptible de lo im-posible”.

Desde la perspectiva de Reza Negarestani, como crítica a la noción escatológica islámica tradicional, la espera de un advenimiento se fundamenta en la reafirmación de una externalidad radical de Dios, ya que, desde su lectura exegética, se habla en términos de la total inaccesibilidad de Dios y no de un secreto oculto. Negarestani asume que los eruditos islámicos hablan de una “generosidad ilimitada de esta exterioridad”, que hace posible al Ser desde la humanidad. El razonamiento teológico islámico afirma que el último regalo divino de la revelación (el qiyāma) no es epistemológico; no es para satisfacer el deseo humano de conocer a Dios. Por tanto, Negarestani confiesa que, si eso fuera así, en línea con lo que es en efecto una teología de disipación y extinción, se convertiría a los seres humanos no solo en un “infierno epistemológico” sino que también se conduciría a la “erradicación ontológica”.

Es aquí donde Negarestani introduce el concepto de “imposibilidad refractaria”. El despliegue de la exterioridad de Dios simultáneamente afirma esta imposibilidad refractaria y niega la posibilidad de una apokálupsis (revelación) de un contenido divino o humano. En opinión de Negarestani, qiyāma no significa apokálupsis, que implica un proceso de desvelo de la realidad. A juicio del filósofo iraní, el qiyāma no estaría refiriendo la resurrección sino a la rebelión definitiva, la insurgencia y a un despertar en el sentido de desilusión, estando conectada al versículo coránico ochenta y uno, al-Takwīr (El Enrollamiento), de fuerte referente escatológico. De esta forma Negarestani caracteriza el modo en que los exegetas islámicos han representado el regreso a Dios como un “encuentro brutal y glorioso del Hombre con lo que es radicalmente externo, pero más cercano a él”, captando así “lo Irrevelable [en su] horror en toda regla” (2007, 299). Debido a esto, por su exterioridad radical, lo divino se instaura en lo incognoscible, convirtiendo la mística o la teología contemplativa en un ejercicio irremediablemente romántico y, en última instancia, ocioso. En la interpretación de Negarestani, entonces, “el qiyāma islámico manifiesta la iluminación bajo el fulgor holocaustico del exterior radical, y la posibilidad humana presente de potencialidades tanto ontológicas como epistemológicas, a raíz de la imposibilidad refractaria” (2007, 297).

Se podría considerar que, en el argumento de la imposibilidad refractaria del conocimiento de la realidad del Ser hay una interpretación parcial en lo que corresponde a Mullā Ṣadrā. Negarestani pasa por alto los conceptos de fanāʾ (فناء), accidente de dejar de existir o de aniquilación en la realidad del Ser y baqāʾ (بقاء), accidente del seguir existiendo en la realidad del Ser, términos del sufismo que fueron empleados por Mullā Ṣadrā como plenos estados epistemológicos para la comprensión de la realidad subsistente o ḥaqīqa qāʾima (حقيقة قائمة), que es subsistente en sí misma o qāʾim bi-ḏātihī (قائم بذاته) y por sí misma o qāʾim bi-nafsihī (قائم بنفسه).

Obviamente, las perspectivas escatológicas de Negarestani, está muy lejos de complementar o asistir a una mirada escatológica tradicional, siendo quizás más próximas de fondo a la ficción de horror cósmico del Kitāb al-ʿAzīf (Necronomicón) del lovecraftiano ʿAbūl al-Ḥaḍred – objeto vicario o “mera franja” de los males existentes según Harman – que a cualquier texto revelado dentro de la tradición monoteísta. En otro sentido Negarestani también sigue, indirectamente, la línea de algunos teólogos iraníes reformistas actuales como Abdulkarīm Suroūš (que sigue la línea de K. Popper), Moǧtahed Šabestarī y Morteẓa Mardīhā, que han desarrollado una interpretación heterodoxa de temas espinosos dentro de este contexto como la revelación coránica, la acción profética y el qiyāma.

Escatología lovecraftiana y el apocalipsis termodinámico

Dentro de las llamadas escatologías no abrahámica de ficción, los Mitos de Cthulhu creados por el escritor norteamericano Howard Phillips Lovecraft han tenido gran influencia entre los filósofos del realismo especulativo, y esto alcanza a la obra de filosofía-ficción de Negarestani Ciclonopedia. El filósofo iraní se siente influido por la narración La llamada de Cthulhu (1928), en la que ve el gran ejemplo donde se entroniza el realismo del horror. En esta narración Lovecraft comienza demostrando cómo los mitos dieron forma a nuestro pasado: cómo las creencias de nuestros antepasados (tanto primitivos como no tan primitivos) a menudo se basaban en explicaciones ficticias de lo que no podían explicar. Los personajes de la historia consideran al propio Cthulhu como una criatura mitológica; ya que, en la cotidianidad, solo era un ser fantástico representado por un objeto, un ídolo. Más tarde se revela como una entidad viviente real que aguarda su regreso.

En Ciclonopedia Negarestani llama a este regreso “Holocausto de Libertad”:

Según Lovecraft, el realismo del horror se fundamenta en la poromecánica. El universo poromecánico lovecraftiano o complejo agujero es una máquina para facilitar el despertar y retorno de los Antiguos mediante enrevesadas composiciones de sólido y vacío (…). Lo sólido necesita el vacío para diseñar y construir su composición; hasta los sólidos más despóticos y supervivencialistas son sólidos compuestos e infectados por el vacío. Mediante estas intercolisiones de vacío y sólido, los Antiguos pueden - según Lovecraft- revivir su “Holocausto de Libertad” (La Llamada de Cthulhu), consumiendo lo sólido y a la vez proyectando las composiciones hacia los más altos grados de enrevesamiento (como resultado de la ambigüedad de sólido y vacío, i. e. el espacio difuso del agujero y su dinámica de superficie) (2016, 106-107).

Los arcontes de los Antiguos, en la ficción de Negarestani, son demonios de naturaleza no espiritual, especies de hebdómadas. Estos se desplazan por el espacio en forma de polvo, azotados por los vientos solares y guiados por el campo geomagnético hasta que son absorbidos por la atmósfera; acechan en el suelo en forma de esporas bacterianas, debajo del suelo, en el lecho rocoso como el valioso y traicionero cieno negro que se filtra por los poros de Oriente Medio, “propagando la corrupción, el fanatismo y la yihad por donde pasa” (Harris, 2021). 

Lo “cósmico” en Lovecraft expresa una comprensión descubierta de nuestro lugar en el cosmos en afirmaciones tales como “miedo cósmico insidioso”, “oscuro miedo cósmico” y “relaciones y realidades innombrables detrás de las ilusiones protectoras de la visión común”. Lo cósmico sería la “emoción de la horrorosidad indescriptible como el fin principal y la justificación de la existencia”, en suma “un horror progresivo de lo inevitable” que para Negarestani será un “horror materialista”.

En un capítulo de Ciclonopedia se describe parte de este horror cósmico en la compleja interacción de los campos magnéticos solar y telúrico, desarrollándose en una retorcida visión sadomasoquista de la relación entre los dos cuerpos. En otro capítulo se menciona los efectos de estos arcontes que actúan como las criaturas excavadoras que “desentierran radicalmente” la tierra sólida al convertirla en un queso suizo de túneles y fisuras. La transición de todo a agujero será el resultado de estos los arcontes excavadores para degradar la Tierra, maximizar su entropía y, por lo tanto, provocar el regreso de los Antiguos, que representan la muerte por calor o el Apocalipsis termodinámico (Harris, 2021). La creación será subvertida por una “creatividad leprosa”, como descubre el personaje de la novela, que vuelve a evocar la imagen de la entropía de aspecto gnóstico: “la fertilidad en términos de desorden solo puede volverse más desordenada”.

Este “Despertar” en el Apocalipsis termodinámico, como acontecimiento futuro resultante de las inter-colisiones es el “Holocausto de libertad” que poseen la misma tesitura del fulgor holocaustico del qiyāma evocado por Negarestani como exterioridad o realismo radical.

Referencias

Fārābī, Abū Naṣr M. (2015). Al-Madinah al-fāḍilah. Teherán: Iranian Institute of Philosophy.

Harman, Graham (2011). Quentin Meillassoux: Philosophy in the Making. Edimburgo:  Edinburgh University Press.

Harman, Graham (2012). Weird Realism: Lovecraft and Philosophy. Washington: Zero Books.

Harris, Oliver (2021). Lovecraft, Cyclonopedia and Materialist Horror. En Hermetic Library. (https://hermetic.com/cyclonopedia/).

Kersten, Carool (2022). Qiyama as Rebellion, Taqiyya as Hypercamouflage: The Political Theology of Reza Negarestani. World Futures: The Journal of New Paradigm Research, Taylor & Francis Group. VOL. 78: 256–267.

Lovecraft, Howard Phillips (2011). Los Mitos de Cthulhu y otros. Madrid: Alianza Editorial.

Negarestani, Reza (2016).  Ciclonopedia. Segovia: Materia Oscura.

Negarestani, Reza (2012). Islamic Exotericism: Apocalypse in the Wake of Refractory Impossibility. Collapse, Volume II, 273–312.

Negaretani, Reza (2012). The Dust Enforcer: “To live in dust requires a certain degree of demonism…”. Weird Fiction Review (https://weirdfictionreview.com/).

Ṣadrā, Mullā (2002), Al-mabda’ wa l-maˁād fī l- ḥikma al-muta’āliya. Tomo I-II. Teherán: Enteshārāt B. Ḥikmat Islāmī Ṣadrā.