Catalunya: ¿Hasta dónde cederá Sánchez?

mayo 14, 2024
Puigdemont
Puigdemont - Convergència Democràtica de Catalunya

Aunque derrotados, los independentistas muestran los dientes y tratan de mantenerse en el poder. Puigdemont presiona al presidente del gobierno español.

Por Fernando Muñoz Pace

MADRID (Corresponsal) — El independentismo catalán sufrió el pasado domingo un verdadero cataclismo. Por primera vez, desde 1980, los principales partidos que lo propugnan están imposibilitados de formar gobierno por sí solos. Pero, tal cual lo indican las reglas del parlamentarismo, siguen teniendo la llave que abre la puerta a la gobernabilidad.

       El dato de las urnas es contundente y simple: el socialismo (PSC), encabezado por Salvador Illia, ganó las elecciones con comodidad y consiguió 42 escaños en el Parlament. Pero, como esta cifra no alcanza para formar gobierno (el mínimo es 68) deberá conseguir el apoyo de alguna otra fuerza.

       Una alternativa es el independentista Junts, del prófugo Carles Puigdemont (35 escaños). Entenderse con Puigdemont puede resultar muy complicado. Ya adelantó que irá por la presidencia, como parte de la presión (casi un chantaje) a la que somete al presidente español, Pedro Sánchez.

       Vale recordar que los siete escaños de Junts en el Congreso son el oxígeno que Sánchez necesita para mantenerse en el poder. Hasta ahora, Sánchez le ha dado todos los gustos a Puigdemont, como la amnistía y la promesa de un nuevo referéndum sobre la independencia de Catalnuya. ¿Volverá a ceder? ¿Pondrá en peligro su propio gobierno? ¿Se tomará unos días para pensarlo?

       El otro posible socio del PSC es ERC, de Pere Aragonés, que gobernó hasta ahora y que ha sufrido una derrota tal (obtuvo solo 20 escaños) que ha llevado a su líder a abandonar la política.

Antes de irse, el actual president había dicho que ERC estará en la oposición y no el gobierno. Pero, en la actual política española, todo puede cambiar de un día para otro (Sánchez es un buen ejemplo de ello).

       Más allá de las negociaciones y de las especulaciones (muchos hablan de un “bloqueo” que terminaría en nuevas elecciones, otro clásico de la España actual), hay datos ineludibles.

       El más importante es que la mayoría de los catalanes (casi el 55%) votó por partidos que quieren que la Generalitat siga siendo parte de España. Si se suman los escaños del PSC (42) más los del PP (15) y de Vox (11), da 68. Es decir, mayoría absoluta.

       En tanto, la suma de las bancas de Junts, ERC y partidos menores “indepes” (incluida Alianca Catalana, que hizo su debut este domingo) da 67. En otras palabras, ni con la ultraderecha alcanza para sostener el llamado procés, que tanto mal le hace a Catalunya.

       Encuestas previas a las elecciones advertían de que solo el 40% de los catalanes quiere la independencia. Un dato que, por supuesto, Puigdemont y sus socios intentan soslayar. Porque, para los fanáticos delirantes, ni siquiera la realidad de los votos es suficiente.

Responder

Your email address will not be published.

Boletín DK