José Martí como lector de literatura persa

Cabría realizar un ejercicio hermenéutico en su poesía para encontrar estas influencias, algo que valdría un futuro estudio.
febrero 3, 2023
Historia literaria persa. Siyavush jurando junto al fuego.
Historia literaria persa. Siyavush jurando junto al fuego.Wikimedia Commons

Yo no sé escribir, no tengo nociones de lengua persa.

¿Y quién que no sepa el persa puede saber nada?

Gastón Baquero, Palabras escritas en la arena por un inocente

En los fragmentos de notas de José Martí (Obras Completas, Vol. XXII) podemos encontrar una doble confesión del poeta cubano: sus inicios y contratiempos en la traducción del inglés y sus tres lecturas más memorables:


Jamás escribí inglés. Allá 16 años hace, cuando tenía yo 13, revolvía con cierto desembarazo The American popular lesson, – e intenté la traducción del Hamlet. Como no pude pasar de la escena de los sepultureros, y creía yo entonces indigno de un gran genio que hablara de ratones, – me contenté con el incestuoso “A Mystery” de Lord Byron. Viví unos días en pleno paraíso: me parecía que bebía, como me ha parecido luego leyendo a Homero; y el Schab-Named y el Popol-Vuh – la leche de la vida (1992, 285).


Martí utiliza un símbolo universal: la leche de la vida, como elemento de nutrición espiritual, con sentido creador, como lo ven las cosmovisiones hinduistas e iranias.

Para ellas, la leche es principio activo del universo y sus cuerpos celestes. Para los aqueménidas de la Antigua Persia la leche era el símbolo de la fuerza vital. Homero (Ilíada y Odisea) representan el influjo de ese oriente cercano que es Grecia, base de todo un horizonte cultural donde se posesionará la racionalidad. El Popol-Vuh representa el sentido telúrico y celeste a la vez, su cosmogonía ilustra el otro el lado de la existencia y los universos. Tiene un elemento propio que, como diría el propio poeta, “no se puede leer sin ternura, y sin ver flores y plumas en el aire.” Intermedio a estas dos lecturas vitales, Martí menciona al Shāh-nāmeh (Shāh = Rey, Nāmeh = Libro, Crónica) representa el influjo oriental, el viaje interior, lo espiritual por excelencia.

El Shāhnāmeh (شاهنامه) es la epopeya poética persa, escrita por del poeta Ḥakīm Ferdoūsī (m. 1020), la cual cuenta la historia de los reyes y héroes del antiguo Irán, desde el comienzo de los tiempos hasta la conquista árabe.

Es posible que Martí haya leído la traducción de 1886 realizada por James Atkinson (1780-1852) del Shāh-nāmeh, tal como lo hizo el filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson (1803-1882), aunque el filósofo conoció la obra de Ferdoūsī por mediación de su amiga y escritora Margaret Fuller (1810 – 1850).

Es ampliamente conocida la devoción que sintió Martí por el pensamiento de Emerson y su trascendentalismo, el cual estudió con profundidad, como lo muestra sus anotaciones y citas de Emerson en sus cuadernos. Además, al gran filósofo norteamericano está dedicado, a raíz de su fallecimiento (27 de abril 1882), uno de los más hermosos y espirituales escritos en prosa de Martí, realizado el 19 de mayo de 1882, trece años antes de su propia muerte. Dicho texto deja en evidencia dicha veneración con un estilo poético lleno de referencias presentes en la poética irania de la luz:

Emerson no discute: establece. Lo que le enseña la naturaleza le parece preferible a lo que le enseña el hombre. Para él un árbol sabe más que un libro; y una estrella enseña más que una universidad; y una hacienda es un evangelio; y un niño de la hacienda está más cerca de la verdad universal que un anticuario. Para él no hay cirios como los astros, ni altares como los montes, ni predicadores como las noches palpitantes y profundas. Emociones angélicas le llenan si ve desnudarse de entre sus velos, rubia y alegre, la mañana. Se siente más poderoso que monarca asirio o Rey de Persia, cuando asiste a una puesta de sol, o a un alba riente (“Emerson”, Obras Completas, Vol. XIII, 22).

Esta poética de la luz es una parte fundamental en la tradición antigua persa, donde el término luz en avéstico (xᵛarənah) y pahleví (xwarrah) [roaxshana y rošnîh] remite a los mitos solares iranios y a los conceptos de fortuna, dignidad, resplandecencia, majestad, fuerza, bondad, gloria y naturaleza luminosa superior. El término luz en árabe y persa, nūr (النور), es muy común dentro del contexto teológico, filosófico y místico islámico. Sobre la luz han debatido tanto filósofos persas como Ḡazzālī, Suhrawardī y Mullā Ṣadrā, como han poetizado bardos como Ḫāfeẓ y Ferdoūsī:

“Viste al mundo de un traje de luz, el cual hace brillante la tierra oscura” (Hakīm Ferdoūsī “Shāhnāmeh” verso 81, 5).

En los Cuadernos de apuntes (Obras Completas, Vol. XXI) Martí registra una traducción al inglés del poeta persa Ḫāfeẓ Shīrāzī (1325 -1390): “Y en la poesía persa, Hafiz: Ah, could I hide me in my song! To kiss thy lips from which it flows” (1991, 396). Esta traducción la toma Martí del texto de Ralph Waldo Emerson Persian Poetry, donde aparece la misma traducción al inglés de Ḫāfeẓ. Esta traducción podría ser correspondiente al Ġazalīyāt de Ḫāfeẓ, donde se encuentran versos del mismo tenor como:

Si duerme aquel narciso fascinante, no tiene nada

Si su cabello en ondas se deshace, no tiene nada

Tu labio vertía la leche de la vida, y yo decía:

Esa dulzura junto a aquel salero no tiene nada

Que tu alma es perenne, es una evidencia, mas

Ese arco que dibuja tus pestañas no tiene nada

 (Ġazal, número 75)

En Emerson es evidente la impronta recibida de la espiritualidad irania, siendo un gran lector de poetas persas como Ḫāfeẓ y Saʿadī (Zoppellaro, 2013, 1).

En gran medida esta lectura se dio gracias a la labor del orientalista alemán Joseph von Hammer-Purgstall (1774- 1856), quien tradujo por primera vez de forma completa del persa Divān de Ḫāfeẓ (Der Diwan des Mohammed Schemsed-Din Hafis, 1812/1813), -traducción de gran influencia en Johann Wolfgang von Goethe para su West-östlicher Divan (1818) -, el Shāh-nāmeh de Ferdoūsī (1820) y a otros maestros del “Parnaso persa” como Saʿadī, Neẓāmī, Rūmī y Jāmī.  Emerson consideraba, en una comparación muy decimonónica, a Ferdoūsī como el Homero iranio y a Ḫāfeẓ como el príncipe de los poetas persas, éste de la misma talla de Píndaro, Anacreonte y Horacio, pero con la perspicacia de un místico, “que a veces ofrece una mirada más profunda a la Naturaleza que la que pertenece a cualquiera de estos bardos.” (1917, 9)

Sobre la lectura de Emerson de Ḫāfeẓ comenta el investigador italiano Zoppellaro:


También en el mismo año (1841), Hāfez aparece mencionado por primera vez en un ensayo, History (de Essays, First Series) (…) Pero 1846 fue el punto de inflexión: en abril Emerson compró los dos volúmenes de Der Diwan des Mohammed Schemsed-Din Hafis de la librería de Elisabeth Peabody, la primera traducción completa en un idioma europeo del cancionero de Hāfez. Emerson, que ya conocía al poeta de Shīrāz desde hacía algún tiempo -pero solo en partes, a veces- ahora se sorprende por primera vez, teniendo ante él todo el cancionero de Hāfez (2013, 1).


Esta pasión por la literatura persa de Emerson fue asumida de igual manera por Martí en su lectura de los poetas persas. Esto es visible en sus notas de apuntes y fragmentos, donde se menciona varios poetas persas. En las anotaciones alude al gran poeta y matemático persa ’Umar Ibn al-Jayyam y al estilo poético persa del rubāʿiyāt (رباعيات):

“Qué hay hoy que no haya dicho Lucrecio en latín, Khaiyam en persa…” (1992,152)

“Le Ruba-iyat de Omar Khaiyam del Indostán –¡Oh erudición de 2a mano! - De Persia -” (1991, 222)

“¡Suspirillos germánicos! - ¿Y los yaravíes? ¿Y los rubáiyat? …” (1991, 400)

Como bien ha planteado la investigadora cubana Caridad Atencio existe una poética crítica en los Apuntes de Martí, en los cuales actúan como “meditaciones, análisis sobre la naturaleza del fenómeno de la crítica literaria en su tiempo y antes de él, del mundo literario y de las relaciones de la literatura con la historia” (2017, 128). En el caso de estos apuntes sobre Al-Jayyam y los rubāʿiyāt se dan como un fuerte y directo testimonio de la lectura de Martí de esta singular poética.

En la obra en prosa de Martí se puede atisbar de forma indirecta la lectura que tuvo de la literatura persa. En su Un paseo por la tierra de los anamitas (La Edad de Oro, revista III), Martí comienza con una pequeña historia oriental, aquella que cuenta como cuatro ciegos del Indostán querían saber cómo era un elefante, así deciden ir donde un rajá que poseía uno de carácter manso. Ocurre entonces el clásico viaje de búsqueda de la sabiduría – tan común en las obras persas como la de Aṭṭār (1145 – 1221) – a través de la peligrosa jungla poblada de fieras. Al concluir este viaje son recibidos por el monarca, que, admirado por el deseo de saber, les permite que conozcan a su elefante.  Estos ante el animal se le echan encima tomando cada uno una parte de él, y comienzan cada cual a decir bajo su criterio y sentido táctil como es el elefante comparándolo con objetos similares a la porción tomada. A pesar de sus deseos por la Verdad, cada cual quiere legitimar su visión de la verdad, su verdad sobre las otras sin percibir la totalidad.

Esta pequeña historia es una versión del poema famoso de Jalāl al-Dīn Muḥammad Rūmī (1207-1273) Iḫtilāf kardan dar shegūneguī wa šekle-e pīl (اختلاف کردن در چگونگی و شکل پیل) o La discusión sobre el modo y la forma del elefante del Maṯnavi-ye-Maʿnavi. En este poema se cuenta la misma historia, pero en este caso son un grupo de personas que quieren conocer a un elefante de la India que se encuentra en un salón a oscuras. El resultado final es el mismo, cada uno refiere al elefante según su analogía.

Rūmī concluye con la siguiente meditación:

Por la perspectiva de cada uno entraron en discrepancia
Ellos designaron como dāl (letra d) lo que [realmente] era una alif (letra a)
Si en las manos cada uno hubieran tenido una vela
Esta discrepancia [sobre la forma del elefante] habría finalizado
(Maṯnavi-ye-Maʿnavi, Libro III, parte 49)

Esto nos puede indicar que Martí tuvo una aproximación a la literatura persa por medio de su lectura y que aquella fue influencia en su obra. Cabría realizar un ejercicio hermenéutico en su poesía para encontrar estas influencias, algo que valdría un futuro estudio. Martí no deja de sorprender por su capacidad universalista, sigue siendo ese misterio que nos acompaña y una invitación a visitar sus lecturas.

Referencias

Atencio, Caridad (2017). ¿Existe una poética crítica en los Apuntes de José Martí? Temas, 89-90: 129-135.

Atencio, Caridad (2008). Los Cuadernos de apuntes de José Martí o la legitimación de la escritura. Cuadernos Americanos, 125: 109-115.

Emerson, Ralph Waldo (1917). The Complete Works. Letters and Social Aims (Vol. VIII). Nueva York: Houghton Mifflin Company.

Ferdoūsī, H. (2013). Šāhnāmeh. Teherán: Chāpe Par.

Ḥāfeẓ, Moḥammad (2012). Ġazalīyāt. Teherán: Maūlā.

Kane, Paul (2009). Emerson and Hafiz: The figure of the religious poet. Religion & Literature. Vol. 41, No. 1, Emerson, pp. 111-139.

Martí, José (1991). Obras completas: En los Estados Unidos (Vol. XIII). Habana: Editorial Ciencias Sociales.

Martí, José (1991). Obras completas: Cuadernos de apuntes (Vol. XXI). Habana: Editorial Ciencias Sociales.

Martí, José (1992). Obras completas: Fragmentos (Vol. XXII). Habana: Editorial Ciencias Sociales.

Rūmī, Jalāl al-Dīn Muḥammad (2019). Masnawi-ye-Ma’nawi, Teherán: Rowzaneh.

Zoppellaro, Simone (2013). “To the expansion of this influence there is no limit”: Ralph Waldo. Emerson e i classici della poesia persiana medievale. Rivista di Studi Indo-Mediterranei, III, 1-25.

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