Sé moderado … ¡Sólo queremos la tierra!

Un comentario sobre la primera parte del debate “Catástrofe Ecológica, Colapso, Democracia y Socialismo
enero 12, 2023

El siguiente comentario fue escrito por el pensador marxista y autor de “La Ecología de Marx” John Bellamy Foster sobre la primera parte del debate “Catástrofe Ecológica, Colapso, Democracia y Socialismo” entre el reconocido intelectual estadounidense Noam Chomsky, el exponente chileno de la nueva ideología del Marxismo Colapsista Miguel Fuentes y el climatólogo norteamericano Guy McPherson. – Marxismo y Colapso


Por John Bellamy Foster:

Estoy de acuerdo con mucho de lo que plantean Noam Chomsky, Miguel Fuentes y Guy McPherson, pero no estoy completamente de acuerdo con ninguno de ellos. Mi visión sobre la emergencia ecológica planetaria parte con el consenso científico mundial, en la medida en que éste puede ser comprobado, y hace uso de la ya larga crítica del capitalismo desarrollada principalmente por el materialismo histórico. En términos del consenso científico sobre el cambio climático contemporáneo, los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas son los más importantes. Sin embargo, la actual emergencia planetaria no se limita solamente al cambio climático y abarca también todo el conjunto de “límites planetarios” que están siendo ahora cruzados, poniendo con ello en riesgo la demarcación de la Tierra como un hogar seguro para la humanidad. La mayoría de mis comentarios se centrarán aquí, sin embargo, en el actual cambio climático antropogénico.

De acuerdo al Sexto Informe de Evaluación del IPCC, publicado en el transcurso del año 2021-2022, ya no es posible que el mundo evite por completo rebasar un aumento de 1.5° C en la temperatura promedio global. En el escenario más optimista del IPCC (SSP1-1.9), la marca de los 1.5° C de aumento no se alcanzará hasta 2040, registrándose luego un incremento de una décima más de grado adicional de la temperatura global para mediados de siglo, volviendo posteriormente a caer nuevamente a los 1.4° C hacia finales de este siglo. Tenemos por lo tanto una ventana de tiempo muy pequeña en la cual actuar. Básicamente, cumplir con este escenario significa alcanzar un máximo de emisiones globales de carbono para el 2030 y llegar a las cero emisiones netas para el año 2050. Todo esto fue descrito en la primera parte del AR6[1] sobre la Base de Ciencia Física publicada en agosto del 2021. A este documento le siguió la publicación del informe de Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad del IPCC en febrero del 2022 y el de Mitigación del Cambio Climático en abril del 2022.

Cambios en la temperatura global de la superficie terrestre (IPCC, 2021)

Cada informe de evaluación del IPCC (AR1-AR6) tiene tres partes, cada una de las cuales se publica por separado y es introducida por un “Resumen para los responsables de la formulación de políticas”, el cual es seguido de una serie de capítulos. En el proceso de elaboración de los reportes del IPCC, los científicos escriben el borrador de todo el informe reflejando el consenso científico del mismo. Sin embargo, el “Resumen para los responsables de políticas” de cada parte publicada (la única sección del informe general que es ampliamente leída, cubierta por la prensa y que constituye la base de las políticas gubernamentales) es reescrita línea por línea por los gobiernos. Por lo tanto, los “Resúmenes para los responsables de políticas” publicados no representan el consenso científico real de los informes del IPCC, sino que, en realidad, son un reflejo de los consensos gubernamentales que desplazan a este último. Lo anterior es especialmente cierto en el caso de los temas de mitigación del cambio climático, relacionados con la política social de los estados, en los cuales los gobiernos pueden literalmente obliterar la totalidad de lo que determinaron los científicos.

Los gobiernos capitalistas del mundo estaban particularmente preocupados por la parte 3 del AR6 sobre Mitigación, redactada por los científicos en agosto del 2021, la cual contenía, con mucho, el tratamiento más radical del IPCC sobre el problema de la mitigación. Esto queda de manifiesto en el hecho de que se decía allí que transformaciones de escala revolucionaria en los ámbitos de la producción, el consumo y el uso de energía (tanto en términos de escalas físicas como temporales) eran ahora necesarias si se quería alcanzar el escenario de los 1.5° C, o incluso para mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los 2° C. Téngase presente aquí que este escenario es considerado como la barrera para evitar un cambio climático fuera de control irreversible que, de superarse, conduciría probablemente a un aumento de la temperatura media global de 4.4° C (estimación más optimista) para finales de siglo, lo cual llevaría al colapso de la civilización industrial. El Capítulo I del informe de Mitigación del AR6 fue incluso tan lejos como cuestionar si el capitalismo era sostenible.

Anticipando que los gobiernos estaban preparados para alterar drásticamente el consenso científico del mencionado “Resumen para los responsables de políticas”, una serie de científicos asociados con “Scientific Rebellion” (vinculados con “Extinction Rebellion”) filtraron el informe del consenso científico de la parte 3 sobre Mitigación en agosto del 2021, días antes de la publicación de la parte 1 del informe sobre la Base de Ciencia Física. Esta acción nos permitió ver las radicales conclusiones a las que habían llegado los científicos del grupo de trabajo 3, los cuales entendieron bien tanto las enormes transformaciones sociales que deberían tener lugar para mantenernos dentro del escenario de los 1.5° C de calentamiento global, así como también la incapacidad de las tecnologías presentes o futuras para resolver el problema, independientemente de la implementación de un cambio social transformador.

El consenso científico del “Resumen para los responsables de políticas” de la parte 3 sobre Mitigación también señalaba la importancia de grandes movimientos desde la base de la sociedad que involucren a jóvenes, trabajadores, mujeres, personas precarizadas, a los racialmente oprimidos y aquellos en el Sur Global, los cuales han tenido relativamente poca responsabilidad en el problema climático, pero que serán los que probablemente sufrirán más. Todo esto fue erradicado, y en muchos casos invertido, en el consenso gubernamental publicado en el “Resumen para los responsables de políticas” de la parte 3 del AR6 sobre Mitigación, el cual es, en realidad, una inversión casi completa de lo que los científicos habían determinado. Por ejemplo, el borrador del consenso científico decía que las plantas a carbón deben ser eliminadas esta década, mientras que el informe del consenso gubernamental publicado cambió esto por “la posibilidad de aumentar las plantas a carbón con avances en la captura y secuestro de carbono”. El consenso científico original del “Resumen para los responsables de políticas” atacó los “intereses creados”. La versión publicada, sin embargo, eliminó cualquier referencia a estos intereses. Más importante aún, el informe del consenso científico argumentó que se podría alcanzar el camino de los 1.5° C mientras se mejoran drásticamente las condiciones de vida de toda la humanidad mediante la búsqueda de soluciones de bajo consumo de energía, lo cual requeriría de grandes transformaciones sociales. Esto último se eliminó del resumen del consenso gubernamental publicado para los responsables de políticas.

Extinction Rebellion

Esto, creo, es un buen reflejo de dónde está la lucha en relación con la ciencia y lo que tenemos que hacer. Tenemos que reconocer que hay un camino a seguir para la humanidad, pero que el sistema capitalista mundial y los gobiernos de hoy, que están en gran medida subordinados a las corporaciones y los ricos, están bloqueando ese camino, simplemente porque requiere un cambio socioecológico a escala revolucionaria. El propio consenso científico mundial en esta emergencia planetaria está siendo sacrificado a lo que la ecologista Rachel Carson llamó “los dioses de la producción y el lucro”. La única respuesta a esto, tal como en el pasado, debe ser un terremoto social desde abajo, acompañado con “erupciones volcánicas” en todos los lugares que den forma a una revuelta de la población mundial, emergiendo esta última como un nuevo “proletariado ambiental” que lo abarque todo.

Tenemos obstáculos increíbles ante nosotros, entre ellos los intentos de los estados por movilizar a los elementos de derecha de las clases medias bajas, aquello que C. Wright Mills llamó “la retaguardia del sistema capitalista”, esto último en el marco de una política de tipo neofascista. Con todo, nos enfrentamos a una situación histórica sin precedentes. Una revuelta ecológica mundial ya se está gestando. Cientos de millones, incluso miles de millones, comenzarán a participar activamente en la lucha ambiental del presente. Es imposible decir si esto será suficiente para salvar la Tierra como hogar para la humanidad. Pero la lucha ya está comenzando. Es posible para la humanidad ganar. Nuestra elección como individuos debe ser cómo nos unimos a la lucha.

La necesidad de una Revolución Ecológica Global

Queda claro a partir del consenso científico mundial plasmado en el ya mencionado informe de Mitigación que una estrategia de modernización ecológica capitalista, financiada por impuestos globales al carbono y la “financiarización” de la naturaleza, es algo insuficiente y tardío. Una “modernización ecológica” que dependería, por lo demás, de la permanencia de ese gigante del capital que ya está destruyendo la Tierra como un hogar para la humanidad, esto con el pretexto de que salvar el clima puede compatibilizarse con la acumulación del capital.

Lo que Robert Pollin y Noam Chomsky han propuesto en términos de impuestos verdes y un “Green New Deal” global que se basa principalmente en intentar desvincular el crecimiento económico de las emisiones de gases de efecto invernadero a través del cambio tecnológico, básicamente una estrategia de modernización ecológica capitalista con algunas características de una transición energética justa, ya no es suficiente para lidiar en estos momentos con la crisis climática. En el mejor de los casos, sólo nos daría un poco más de tiempo. Aun así, incluso estas propuestas (insuficientes) están siendo también resistidas por los intereses financieros como una supuesta amenaza para el sistema. La clase capitalista está tan entrelazada en su cima con el capital fósil que aquella es incluso incapaz de impulsar una estrategia significativa de reforma climática. Está preparada para arrastrar sus pies, mientras construye fortalezas para salvaguardar sus propias condiciones de opulencia, intensificando con ello su saqueo del planeta. Pero no se trata aquí, desde el punto de vista de los autodenominados “amos del universo”, de una estrategia del todo suicida, esto porque aquellos ya se han separado en gran medida en su conciencia de la humanidad, la Tierra y el futuro.

A diferencia de Chomsky, las opiniones de Fuentes y McPherson, aunque realistas en muchos puntos, parecen, en diferentes formas, haberse rendido. Sin embargo, la humanidad en su conjunto aún no se ha rendido ni se rendirá nunca. Como dijo Karl Marx con bastante realismo, al enfrentar la destrucción que el dominio colonial británico desató en el medio ambiente y la población de Irlanda de su época, se trata de un asunto de “ruina o revolución”. Sabemos ahora que incluso en el escenario más optimista, constelaciones enteras de catástrofes ecológicas se avecinan sobre nosotros en las próximas décadas. Esto significa que las comunidades y poblaciones humanas necesitan comenzar a organizarse en el presente desde la base para sobrevivir a nivel local, regional, nacional y global. Los problemas de supervivencia afectan hoy más directamente a las poblaciones marginadas, precarias, oprimidas y explotadas, aunque en última instancia amenazan a toda la cadena de generaciones humanas. Es aquí donde debemos tomar nuestra posición. Tal como escribió el gran revolucionario irlandés James Connolly en su canción “Sé Moderado”… “¡Sólo queremos la tiera!”.


Notas

[1] AR6: IPCC Sixth Assessment Report.

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