¿Qué rol jugó el altruismo eficaz en la caída de Sam Bankman-Fried, FTX y Alameda Research?

La tesis de la maximización del bien, implícita en el altruismo eficaz, no cambia la cosmovisión moral de un entorno; lejos de eso, como el caso actual demuestra, refuerza la narrativa egocéntrica e individualista de estos sujetos
febrero 24, 2024

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Sam Bankman-Fried

El desplome de Sam Bankman-Fried y del altruismo eficaz

La historia de Sam Bankman-Fried (también conocido como SBF), el hasta hace poco CEO de FTX y Alameda Research, es el melodrama del millonario excéntrico que una vez en la cúspide de su éxito -intelectual y material- cae y arrastra consigo un imperio forjado con el esfuerzo de miles de manos.

En su caída, SBF también arrastró tras de sí un concepto. La noción de altruismo eficaz que, en buena medida, lo hizo convertirse en una suerte de barón de las criptomonedas, un tipo cool que estaba más allá del bien y del mal.

Esa fortuna se blindó no solo a partir de los agujeros negros que posee el mercado de las cripto sino también en una filosofía de vida cimentada en la idea del cálculo y la maximización de ganancias como vehículo para incrementar el bien en el mundo.

En otras palabras, no solo es deseable, sino moralmente necesario, emplearse en ser millonario para que, mediante donaciones, el bien pueda ser realizado en el mundo. Esto, que en algunos contextos pudiera ser interpretado como un acto de cinismo rampante, es justamente la proposición ética que sustentó el mastodonte financiero de SBF.

En una entrevista publicada en Forbes hace ya más de un año, al ser preguntado sobre la visión del mundo que lo había animado a crear Alameda Research y FTX, SBF expresó que el objetivo primordial había sido “encontrar las causas más eficaces a las que donar.”

La crisis de la bolsa de criptomonedas FTX comenzó a inicios de noviembre tras un informe de CoinDesk en el que se mencionaba a Alameda Research, también dirigida por Bankman-Fried (en la foto). Fuente de Foto: Wikimedia Commons.

“Creo que hay que ser cuantitativo en todo este asunto, para mí ese es el núcleo del altruismo efectivo. Nunca vas a poder cuantificar el mundo a la perfección, pero puedes intentar convertir todo en un número” – Sam Bankman-Fried.

En esa misma entrevista, SBF apreció el trabajo de Tesla en comparación con Exxon, mientras glorificaba cómo los clientes y la comunidad tomaban parte en las decisiones de la fundación FTX.

“Creo que hay un enorme potencial en las criptomonedas para que la gente done mucho a causas de alto impacto,” aseguraba SBF sin detenerse siquiera a considerar los efectos devastadores que la minería de criptomonedas tiene sobre el medio ambiente.

Su filosofía de vida y trabajo, además, conjugó elementos polémicos con un estilo negligente y desordenado. Gastaba incontables sumas en inmuebles y propaganda, y su rol en ambas empresas era excesivo. Se dice también que vivía en un departamento de lujo con otros 10 amigos y que era promotor del uso de potenciadores cognitivos en el entorno laboral.

¿Qué pasó con la bolsa de criptomonedas FTX?

La crisis actual de la bolsa de criptomonedas FTX comenzó a inicios de noviembre tras un informe de CoinDesk en el que se mencionaba que, Alameda Research, también dirigida por Bankman-Fried, habría tenido una inversión total por valor de $5.000 millones en FTT, el token nativo de FTX.

La reacción en el mercado de criptomomendas no se hizo esperar tras aumentar la preocupación en relación con el apalancamiento y la solvencia no declarados de las empresas de Bankman-Fried.

Las especulaciones y dudas llegaron a Binance, la mayor bolsa de criptomonedas del mundo. El 6 de noviembre su CEO, Changpeng Zhao (CZ), expresó que iba a vender toda su inversión en tokens FTT -aproximadamente 23 millones de tokens FTT por valor de unos $529 millones.

FTT perdió el 80% de su valor en dos días. Gráfico generado por Investing.com y desarrollado por TradingView.

Al día siguiente, FTX experimentó una crisis de liquidez, ya que los inversores trataron de retirar sus ganancias motivados por la más reciente decisión de Binance. Esto provocó una caída del 80% del valor del FTT en dos días, y ni Binance, ni otros inversores decidieron arriesgarse y salvar a FTX.

Así, el criptoimperio de Bankman-Fried caía estrepitosamente en cuestión de días, poniendo en duda no solo su habilidad respecto al negocio de las cripto, sino también toda esa filosofía de la donación como vehículo efectivo en la maximización del bien y la resolución de problemáticas sociales.

El altruismo eficaz

El altruismo eficaz (AE) es un movimiento social que busca “encontrar las mejores formas de ayudar a los demás, y ponerlas en práctica.”

Este movimiento se nuclea en la actualidad alrededor de un proyecto de alcance global y un campo de investigación.

El AE fue formalizado por William MacAskill, quien se convirtió en profesor asociado de la Universidad de Oxford a la edad de 28 años. MacAskill hubiera sido olvidado entre la burocracia propia de las instituciones universitarias si no hubiera sido por Silicon Valley.

Como bien señala Sigal Samuel, la entrada de Bankman-Fried en el mundo del altruismo se debe a su encuentro con MacAskill.

Aparentemente, SBF estaba interesado en dedicar su carrera al bienestar animal. Pero MacAskill fue quien le convenció de que podía tener un mayor impacto si se dedicaba a una carrera de altos ingresos. De esa forma podía ayudar realizando grandes donaciones de dinero.

Más adelante fueron los titanes de Silicon Valley quienes comenzaron a usar su idea del altruismo y eventualmente quienes catapultaron su fama a nivel mundial.

Cuando se dice fama a nivel mundial, creo que no se llega a captar su alcance real. No se trata solo de adscripciones públicas, sino de cuánto la idea misma de maximizar el altruismo a través de la eficacia del cálculo y las ganancias ha calado en la mentalidad de la clase de sujetos que, por encima de regulaciones estatales y federales, poseen inmensas riquezas.

En esa lista no solo se encuentra Bankman-Fried, sino además Elon Musk, Bill Gates o el cofundador de Facebook Dustin Moskovitz.

The Washington Post describe el movimiento como una filosofía que “combina el utilitarismo del siglo XVIII con el argumento más moderno de que los habitantes de las naciones ricas deberían donar sus ingresos disponibles para ayudar a los pobres del mundo.”

Según Open Secret, entre los beneficiarios de las actividades filantrópicas de SBF se encontraba un grupo de candidatos demócratas al Congreso; fue uno de los principales donantes del partido en las elecciones de mitad término, con un gasto de casi $36 millones. La mayor parte fue un desembolso de $27 millones, que destinó a Protect Our Future, organización que apoya a los candidatos que dan prioridad a la prevención de pandemias.

Además, su incidencia no queda en proyectos de esta índole. Si se revisa el portal oficial que reúne a los seguidores del AE, se podrán encontrar diversos ejemplos y otras áreas potenciales de incidencia.

“El altruismo eficaz puede compararse con el método científico,” se lee en la página web oficial del AE. “La ciencia es el uso de la evidencia y la razón en busca de la verdad, incluso si los resultados son poco intuitivos o van en contra de la tradición. El altruismo eficaz es el uso de la evidencia y la razón en busca de las mejores formas de hacer el bien.”

Los principios del altruismo eficaz

Esta iniciativa tiene también varios principios.

  1. Saber ordenar correctamente nuestras prioridades. Es vital, piensan los gurús del AE, utilizar los números para sopesar aproximadamente cuánto ayudan las diferentes acciones que se realizan, no es lo mismo ayudar a 10 que a 1000. De esta forma, se busca encontrar las mejores formas de apoyar, en lugar de limitarse a trabajar para marcar cualquier diferencia.
  2. A ello le sigue el principio del altruismo imparcial que, como su nombre lo indica, se basa en la creencia de que “todas las personas cuentan por igual.”
  3. Búsqueda abierta de la verdad es el tercer principio. Acá lo fundamental es enfocarse en una determinada causa; tratar de dedicar tiempo a deliberar sobre las propias creencias, mientras se promueve un estado de apertura y curiosidad a nuevos argumentos. Hay que estar dispuesto a cambiar radicalmente de opinión llegado el caso.
  4. Por último, se menciona el llamado espíritu de colaboración que alaba el rol del trabajo en comunidad, ensalzando el carácter ciudadano de las acciones y no el motivo individual.

A pesar de lo anterior, el AE en realidad le debe mucho más al utilitarismo de Peter Singer.

La obra de Peter Singer en el altruismo eficaz

Según la literatura del tema, es Singer la verdadera inspiración de filósofos como Toby Ord y William MacAskill a la hora de discutir o desarrollar en profundidad todas estas nociones. El autor es defensor de la idea de que las personas deben intentar no sólo reducir el sufrimiento, sino reducirlo de la manera más eficaz posible. En este sentido, pubica su ensayo Famine, Affluence, and Morality en 1972, y más adelante el libro de referencia en el tema The Most Good You Can Do.

En su columna más reciente para Project Syndicate, Singer recuerda que bajo estos principios fundó The Life You Can Save, una organización benéfica que fomenta las donaciones y elabora una lista de las organizaciones benéficas más eficaces que ayudan a las personas en situación de extrema pobreza. Además, también menciona 80,000 Hours, otro sitio web de altruismo eficaz que ofrece orientación para elegir una carrera que permita hacer el bien.

Entre las opciones se incluye la de «ganar para dar», un principio famoso en el mundo del AE que significa buscar un buen sueldo, no para vivir lujosamente, sino para poder donar más a organizaciones benéficas eficaces.

Tomemos como ejemplo el icónico ensayo de 1972 Famine, Affluence, and Morality. En él, el autor defiende la idea de que “si está en nuestras manos evitar que ocurra” algún mal, “sin sacrificar por ello nada más moralmente significativo, debemos hacerlo.” Lo que a su vez conlleva a la tesis de que la forma en que “los países relativamente ricos” ven “las cuestiones morales,” debe ser cambiada. Puesto en un plano abstracto suena fantástico y realizable.

Las ideas de Peter Singer han contribuido al auge del altruismo efectivo. El autor sostiene que las personas deben intentar no sólo reducir el sufrimiento, sino reducirlo de la manera más eficaz posible. En este sentido, pubica su ensayo Famine, Affluence, and Morality en 1972, y más adelante el libro de referencia en el tema The Most Good You Can Do.

Su objetivo inicial es entender por qué una causa tan apremiante como la hambruna en Bengala queda obliterada y luego sustituida por causes moralmente menos importantes o completamente absurdas o superficiales.

¿Será que debemos obligar a los países más ricos a participar en esquemas de ayuda? ¿Es moralmente necesario un cambio de visión en este asunto? ¿Qué argumentos hay a favor y en contra de la participación de las naciones ricas en los males sociales de las naciones más pobres?

Una de las ideas que desliza Singer al final, sino al menos la fundamental para aquellos que profesan el altruismo eficaz es que en cualquier caso “deberíamos regalar el dinero,” y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar los tipos de males sociales como el usado en el ensayo, la hambruna.

Las víctimas del altruismo eficaz

Toda esta discusión, que en un plano más coherente se inserta en un contexto de mayor profundidad sobre el utilitarismo, degenera en una apropiación banal del principio “el fin justifica los medios”. Incluso, en la más reciente narrativa de Singer, y ya conocidos los sucesos de FTX, el pensador insiste -contra Kant- que en algunas ocasiones el fin realmente justifica los medios.

Las alertas sobre los posibles excesos en la apropiación del principio de maximización ya han sido disparadas, incluso, desde dentro del propio movimiento. Holden Karnofsky, en su ensayo EA is about maximization, and maximization is perilous, expone el problema lógico y moral que todo esto implica: «Maximizar X conceptualmente significa dejar todo lo demás a un lado por X – una idea terrible a menos que estés realmente seguro de que tienes el X correcto.»

Para más adelante agregar:

«El AE trata de maximizar el bien que hacemos. ¿Qué significa eso? Ninguno de nosotros lo sabe realmente. El AE trata de maximizar una propiedad del mundo sobre la que estamos conceptualmente confundidos, que no podemos definir o medir de forma fiable, y sobre la que hay enormes desacuerdos incluso dentro del AE. A priori, esto parece una fuente de problemas.»

Los problemas y afectaciones comenzaron ya a emerger, y es solo cuestión de tiempo que conozcamos la verdadera magnitud del desplome de FTX y sus ondas expansivas.

“Cuando ahorras durante meses y ves que te han robado se te queda cara de tonto. El mundo es más cabrón de lo que parece”, comentaba una de las víctimas de la caída de FTX a El País.

“En estos momentos estoy mal, no sé qué hacer con mi vida, tenía una gran parte de mis ahorros en FTX. Cuando me enteré de la noticia empecé a llorar. Trabajo y gano el salario mínimo. Tengo un hijo, estoy jodido y estoy separado. Estaba pensando en el suicidio. No es justo esto”, dijo otro afectado al mismo periódico.

Insisto, aún es muy pronto para conocer el verdadero alcance de las malas prácticas financieras de SBF. Pero también resulta plausible pensar que el altruismo eficaz, como movimiento, animó y alimentó -alimenta todavía- la actividad de cientos de individuos que piensan que regalando su fortuna se pueden arreglar problemas estructurales y fundamentales que afectan a la humanidad.

Frente a esta racionalidad utilitaria, ciega de las circunstancias específicas, se erigen los contextos y relaciones sociales que rodean la creación de riqueza, así como la generación de desigualdades y afectaciones al medio ambiente.

La tesis de la maximización del bien, implícita en el altruismo eficaz, no cambia la cosmovisión moral de un entorno; lejos de eso, como el caso actual demuestra, refuerza la narrativa egocéntrica e individualista de estos sujetos.