Marxismo y Filosofía: Objeto y vicisitudes de un materialista dialéctico

mayo 28, 2021

Recientemente me solicitaron, para un curso introductorio de filosofía, cuál era mi opinión del objeto de esta y del objeto profesional del filósofo. Haciendo un inventario de mi tiempo, me resultó evidente que la mayoría de las opiniones orbitarían acerca de todas estas escuelas de moda, que tienen raptada a la filosofía desde hace más de un siglo. Entonces pensé, ¿Qué dirían los viejos filósofos soviéticos si el materialismo dialéctico realizara proselitismo ante un conjunto de estudiantes dubitativos? Palabras más o palabras menos, la respuesta sería bastante parecida a lo que van a leer a continuación. Sirva, además, como introducción a quien se interese por una posición filosófica tan necesaria como esta en la actualidad.

En un principio la filosofía reunía todos los conocimientos, era conocida como «madre de todas las ciencias». Con el paso del tiempo, cada ciencia fue independizándose y escogiendo un objeto en específico: la matemática estudiaba entidades abstractas y números, la física el movimiento y la biología los seres vivos, etc. Todos ellos eran contenidos de la filosofía original, por ello un brillante filósofo como Hegel propuso que, si cada ciencia pensaba la naturaleza desde un punto de vista específico, la tarea de la filosofía era estudiar cómo se pensaba, era un pensamiento sobre el pensamiento, o sea, era lógica, la ciencia sobre cómo construimos el conocimiento. Otro gran filósofo, Federico Engels, añadiría después que, si llevamos la proposición de Hegel hasta las últimas consecuencias, la filosofía es una reflexión lógica cuyo contenido son las ciencias. Por todo ello, la filosofía sin las ciencias es vacía, mientras que las ciencias sin la filosofía son ciegas: la inteligencia científica lleva al hombre a descubrir la fusión atómica, la filosofía ayuda a que, mediante este conocimiento, se generen aplicaciones en beneficio de la humanidad.

Si la filosofía, entendida así, se puede considerar como lógica, entonces una filosofía de este tipo, cuyo contenido son las ciencias, puede ser entendida también como epistemología. La epistemología es la rama de la gnoseología, cuyo campo específico es el estudio del método científico o experimental de las ciencias. Pues si bien existen otros campos de la filosofía, como la ética y la estética, para la filosofía soviética las reflexiones más esenciales y verdaderas están en el campo epistemológico:

“Desde el momento en que cada ciencia tiene que poner en claro la posición que ocupa en la concatenación universal de las cosas y en el conocimiento de estas, no hay ya margen para una ciencia especialmente consagrada a estudiar las concatenaciones universales. Todo lo que queda en pie de la anterior filosofía con existencia propia, es la teoría del pensar y de sus leyes, la lógica formal y la dialéctica. Lo demás se disuelve en la ciencia positiva de la naturaleza y de la historia” (Engels, 1973, p. 19).

Como ejemplo de ello, Engels relata que “…para enfocar, a la par dialéctica y materialistamente, la naturaleza, hay que conocer las matemáticas y las ciencias naturales. Marx era un concienzudo matemático, pero las ciencias naturales sólo nos eran dado seguirlas a retazos, a saltos, esporádicamente. Por eso cuando, al retirarme de los negocios comerciales e irme a vivir a Londres, dispuse de tiempo, me sometí, en cuanto me fue posible, (…) a una «muda» completa en punto a las matemáticas y a las ciencias naturales, dedicando a esto la mejor parte de ocho años” (Engels, 1973, p. 15).

Tal filosofía (la marxista) rompe, evidentemente, la división vulgar entre ciencias y letras. Pero el hecho de que lo haga no significa que el mundo lo haga con ella, por eso el filósofo de corte materialista dialéctico, debe luchar intensamente para imponer una opinión en campos muy bien definidos de verdades científicas. Otras filosofías lo tienen más sencillo: crean sus propios campos de conocimiento en donde parapetarse en una visión unilateral y estéril de la vida. Ello no es así para el materialista dialéctico, su campo de batalla es la verdad, la verdad científica, y ahí tiene que competir con ciencias que le llevan más de 200 años de delantera.

¿Dónde lleva ventaja el materialista dialéctico? En su visión general y universal de los fenómenos. En este campo la especialización de las ciencias particulares les juega una mala pasada, pues fallan muchas veces en ver la concatenación universal de los fenómenos. Pero el filósofo de este corte, con una formación lógica y dialéctica hegeliana, es capaz de observar las generalidades de los procesos científicos, y en consecuencia emitir leyes generales acode a ellos. Por ello este tipo de filosofía se puede considerar un meta-método, o un método que está por encima de los métodos de las ciencias particulares.

Por ello, G. A. Kursanov, filósofo soviético, considera determinante la retroalimentación entre ciencia y filosofía:

“La filosofía marxista determinó, apoyándose en el conjunto de conocimientos de que dispone el hombre, la existencia de las leyes dialécticas más generales en el desarrollo de la realidad material, que deben ser estudiadas especialmente en la dialéctica materialista. Basándose en los datos de todas las ciencias, dio un contenido científico a las importantísimas categorías filosóficas de ser, materia, movimiento, conciencia, verdad, unidad, esencia, fenómeno, etc. Al mismo tiempo, la filosofía marxista pertrechó a todas las ciencias concretas sobre la naturaleza y la sociedad con la concepción materialista del mundo y el método dialéctico científico, lo que tiene gran importancia para el progreso de todas las ciencias» (Kursanov, 1973, p. 43).

Pero el materialista dialéctico no tiene una tarea sencilla, pues la ciencia lo adelanta constantemente con teorías científicas unificadoras que salvan las brechas de la especialización. Por ello el filósofo se debe integrar a estas teorías y no resistirse: un ejemplo de ello es la Teoría de la Complejidad, que combina elementos científicos con nociones de filosofía, y que por su carácter predictivo es muy útil para estudiar fenómenos del campo humano y natural. Solo así se ha hecho útil la filosofía en la actualidad, pues ha podido tener voz en discusiones sobre la Covid-19, los alimentos transgénicos, la vida fuera del planeta, entre muchos otros. Ponderemos entonces, el valor de materialismo dialéctico, y combatamos la división entre las ciencias naturales y las sociales.

Referencias

Engels, F. (1973). Anti-Dühring. La Habana: Pueblo y Educación.

Kursanov, G. A. (1973). Materialismo dialéctico. Buenos Aires: Ediciones Estudio.

Responder

Your email address will not be published.

Boletín DK