Sartre o lo que hemos olvidado sobre «El Existencialismo es un Humanismo».

abril 15, 2019
jean paul sartre

Filósofo, escritor, activista político y hiena dactilográfica

Recuerdo que cuando comencé mis tormentosos años en la universidad, descubrí en una de mis lecturas obligadas, la frase de Bernardo de Chartres: “Somos como enanos sentados en los hombros de gigantes”.

Lamentablemente, en lo que a la frase compete, la filosofía ha sido condenada en los últimos años al olvido. Así pues, en esa línea del olvido, es que hoy me he despertado pensando en Jean-Paul Charles Aymard Sartre (1905-1980).

¿Por qué Sartre?

Elegir a Sartre hoy es todo un problema. En primer lugar, es una de las figuras olvidadas de la posguerra. Ya sea por omisión o por reducción dogmática de sus postulados fundamentales. Sí, ya sé que algunos pensaréis que no es cierto. Se habla sobre Sartre, se hacen congresos, se escriben reseñas y posts como este último.

No obstante, cuando he dicho lo anterior, es porque se trata del olvido que está de moda. El del hablar fragmentado que potencia solo la validez de datos relevantes para los grandes medios de comunicación. O aquello que soporte a los pensadores del momento. Ya sea que pensemos en Slavoj Žižek o Jordan Peterson.

El Sartre más conocido fuera de la academia, por otra parte, ha sido el Sartre del café. El compañero de Simone de Beauvoir (1908 – 1986) y su relación abierta, necesario-contingente. Quizás el escritor de la posguerra desprejuiciado y sórdido. Aquel que también consumió anfetaminas para poder escribir tomos enteros de filosofía en apenas unas cuantas semanas. O aquel que fue catalogado alguna vez como hiena dactilográfica.

Sin embargo, bajo ese, hay un Sartre escondido, trabajador incontenible que explica y alimenta al público y notorio.

Desde los primeros años de juventud, el pensador francés intentará dar respuesta a los problemas de la época desde la fenomenología de Edmund Husserl (1859-1938), y la ontología existencial de Martin Heidegger (1889-1976). Aunque también podemos mencionar pensadores como Immanuel Kant (1724-1804), G. W. F. Hegel (1770-1831), Henri Bergson (1859-1941), entre otros.

Además de sus conocidas reflexiones filosóficas, Sartre se destacó también por ser dramaturgo, novelista, activista político y crítico.

No solo fue una de las figuras clave del existencialismo, sino también del marxismo occidental.

Sartre y El existencialismo es un humanismo. Algunos conceptos

Dicho lo anterior, he querido viajar hoy directamente a la tarde del 29 de octubre de 1945. Precisamente cuando dictó su conferencia titulada El existencialismo es un humanismo (1946).

Este ensayo es el texto más diáfano para entender la libertad y su relación con la existencia.

Para muchos, es la obra fundamental del existencialismo francés. Primero, por constituir una caracterización del movimiento. Y segundo, por la positiva acogida y recepción que tuvo en una Europa marcada por dos guerras mundiales.

Sin embargo, no debemos pasar por alto que esta reflexión ya está presente de manera más profunda en su obra El Ser y la Nada (1943).

Existencialismo

En la ya mencionada conferencia, Sartre define que el existencialismo es “una doctrina que hace posible la vida humana y que, por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio y una subjetividad humana.”

De acuerdo con lo anterior es una doctrina que toma como base la idea de que la existencia precede a la esencia. O si el lector prefiere, que es necesario partir de la subjetividad humana.

En este sentido, si la existencia humana se explica en el acto de la libertad, no hay moral ni política a priori y necesaria. Ninguna de ellas puede determinar nuestra actividad en el mundo.

Responsabilidad

Esto tampoco quiere decir que haga una exaltación de la irresponsabilidad.

Por el contrario, pone al hombre frente a su conciencia y lo hace responsable de todos sus actos. La responsabilidad, pues, es el principio capaz de dar un orden coherente a las conciencias libres.

Si la conciencia, en escritos anteriores, se caracteriza por ser una libertad absoluta, aquí ella es solo posible en relación al compromiso y la resposabilidad respecto al Otro. Con lo cual, a un problema teórico tenemos una solución práctica.

Angustia, desamparo y desesperación

En el caso de los valores, el pensador dirá que ellos se definen en el ejercicio pleno de la libertad.

La angustia, el desamparo y la desesperación son los indicadores de una vida que está de acuerdo a su principio fundamental de libertad, y no de mala fe. En otras palabras, una vida auténtica.

La conciencia individual no está aislada, sino que se descubre arrojada en el mundo, como un hombre en situación. Es una totalidad sintética que para resolver su problema entre ser libre y ser nada, tiene que recurrir al plano político-moral.

Humanismo e Intelectual

La solución que resulta de este texto es la definición de un nuevo tipo de sujeto. Si su problemática nace del enfrentamiento entre el racionalismo moderno y el irracionalismo contemporáneo, entre el concepto y la vida, su solución siempre tendió a construir un puente de enlace entre toda esa serie de antinomias.

Es de ahí de donde Sartre extrae los caracteres de lo que él llamará intelectual. No el entendido o sabio. Sino quien practica el pensamiento crítico, ejerciendo su libertad y al mismo tiempo el compromiso hacia la totalidad social.

A esta tarea, a la de fundar una libertad responsable y no negadora del Otro nos debemos. Desafortunadamente, la velocidad a la que viajamos, desde el nacimiento hasta la muerte, nos hace difícil re-descubrir las lecciones de aquellos gigantes sobre los cuales nos asentamos. Y Sartre es uno de ello.

Responder

Your email address will not be published.

Boletín DK