Retrato del abismo
Fuma, los cabos sueltos,
cuyos planes fueron la desajustada vida de alguien.
Y cuando decide ordenar en público
los atropellos de esa ajena devoción,
tú, te alejas de su olor desamparado de las calles
y lo llamas un exiliado de la razón.
Le provees de un cerco,
a ese bienhechor, cuya fantasía se enfrenta al ocaso
al empujar su nombre desde la confinidad posible,
sólo para resguardarte.
Pero en esa caída,
cuando los peñascos de un abismo agoten su cuerpo
te habrás convertido en él.
Ángel de Grotowski
¿Si el árbol quedaba despojado de hojas era por el invierno?
¿El hombre que permanecía echando raíces en el escenario
eructando guiones, imitaba al árbol?
El hombre que vive el ángel de Grotowski
tiene árboles y también su propio invierno.
Encíclica
Toda representación de libertad que me anida
basta para hacerme temerario.
Cada vez que enfundo la encíclica
de una lógica no defectuosa
pondero esa manía de entender ensimismado en la quietud
sin que la cima de ese sabio poder llegue a fragmentarse.
He labrado en mi perseverancia para no arrojar lo perdurable,
al fundar un beneficio entre la sensatez y el acierto,
hasta convertirme en un enemigo común.
Otro ser
El Sol no aguanta su agonía
muerde al mar,
pega en el sentido.
Con el mentón atornillado en el muro adivina la mañana
y la sobriedad de las olas como un mal presagio.
Desde ayer en la tarde, el Sol, acantonó:
la ingenuidad del borracho,
su hígado descorchado por el alcohol
y el sinsabor de una vida miserable.
El borracho muerde al mar,
lo alcanza la sombra.
Una casa no habitada del todo se sigue mostrando.
La sobriedad no aborta, tiene otros hijos.
El borracho se atormenta, se lamenta.
Resequedad en el pecho, en su pasado.
Trata de romper contra sí mismo
para volverse espuma.
El Sol pega,
asume su misterio con lava volcánica
y busca otro ser.
Está breve muestra poética nos revela una gran madurez en el uso de la palabra y las imágenes que evoca. Felicito profundamente al autor de estos versos, por compartir su encíclica y su rebeldía reposada, pero contundente.