La antropología filosófica en busca de su definición. Aciertos y desaciertos

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Por Aimee Penton Ibrahim, Universidad de La Habana, La Habana, Cuba

La antropología filosófica como disciplina teórica, ha encontrado en el escenario filosófico actual un espacio de interés en muchas universidades europeas, incluso en América Latina.

El interés suscitado por esta disciplina en determinados sectores académicos, nos obliga necesariamente a volver la mirada hacia el pasado, hacia su historia para poder respondernos entonces la inevitable pregunta de por qué la filosofía europea ha rescatado del olvido a la antropología filosófica. Un interesante y no poco cuestionable recorrido obliga a demarcar a inicios del pasado siglo el nacimiento de una disciplina que fue bautizada como antropología filosófica por Max Scheler.

Indiscutiblemente, tanto para la primera antropología filosófica, como para la que se produce en la actualidad, lo más difícil sigue siendo legitimarse como disciplina perfectamente capaz de construir un conocimiento verídico sobre el hombre. Las idas y vueltas de la disciplina están marcadas por los aciertos y desaciertos en esta empresa. Particularmente compleja si se tiene en cuenta que la pretensión teórica de “definir al hombre” en tanto esencia, escapa en no pocas ocasiones, de una visión histórica del mismo, dejando a la antropología filosófica varada en el campo de la metafísica. Esta es la razón por la que antes de exponer de que antropología filosófica se habla en las universidades europeas hoy, debemos seguir el proceso de surgimiento y desarrollo de la disciplina, el cual nos permitirá no solamente conocer una disciplina poco popular en la filosofía, sino cuestionar críticamente sus pretensiones teóricas.

Una vez llegados a este punto, debe quedar claro que, al hablar de antropología filosófica, se está hablando de una disciplina de corte fenomenológico que pretende formular una imagen del ser humano desde los supuestos de la intersubjetividad. A partir de las nociones de sentido, verdad y objetividad. Ubicando a la experiencia humana en sus diferentes formas de realización en un sitio privilegiado de la comprensión filosófica de la realidad.

Si bien la antropología filosófica, no se funda metodológicamente hablando hasta el siglo XX, es en la Filosofía Clásica Alemana específicamente con Emmanuel Kant donde inicia la problematización sobre la posibilidad de una antropología filosófica como fundamento de la metafísica. ¿Qué sucede en la filosofía kantiana y qué lugar ocupa la antropología filosófica en esta? Kant pretende establecer la posibilidad de una ontología como trascendencia de la subjetividad del ser humano. En función de esto, establece una serie de cuestionamientos desde los cuales ir desentrañando la esencia del ser humano y que termina de forma conclusiva  en pregunta por lo que el hombre es[1].

El objetivo central de este recorrido metodológico que realiza Kant es el de fundar una metafísica como unidad de las facultades del espíritu humano. De lo cual se deriva que fundar la metafísica es ante todo preguntar por lo que el hombre es y por demás una pregunta antropológica. A partir de este punto es donde inician las confusiones sobre el planteamiento kantiano principalmente si no se delimitan los marcos de lo que Kant llamo antropología en sentido pragmático y antropología filosófica.

En un primer momento Kant determina que la pregunta por el hombre es la esencia de todo conocimiento filosófico, por tanto, es la antropología filosófica la Filosofía primera desde la cual se va a fundamentar la metafísica kantiana. La gran dificultad estriba en que la antropología desarrollada por Kant es empírica[2], no satisface la problemática trascendental y no es efectiva para la fundamentación de la metafísica como ontología fundamental del ser humano.

La aproximación kantiana al tema de la posibilidad de la existencia de una antropología filosófica como ontología fundamental del ser humano deja abierta la brecha que le permite a Max Scheler construir las bases epistemológicas de una disciplina, que teniendo en cuenta el camino recorrido por Kant construya una disciplina capaz de comprender donde radican la diversidad de las determinaciones de la esencia del hombre. De este modo es posible definir detrás de todas las críticas que Martin Heidegger le imprime a la idea kantiana de una antropología filosófica, la posibilidad de construir una filosofía fuera de los marcos de las formas de convivencia humana (antropología pragmática). Antes bien, incita a la antropología filosófica a reformularse como una filosofía capaz de explicar cómo es posible el hecho de que diferentes individuos con experiencias propias tengan un mundo de experiencia común, que incluye al mismo tiempo sus horizontes subjetivos.


Fragmento del artículo publicado originalmente en nuestra revista académica: Penton Ibrahim, A. (2022). La antropología filosófica en busca de su definición. Aciertos y desaciertos. Dialektika: Revista De Investigación Filosófica Y Teoría Social, 4(11), 60-76. https://doi.org/10.51528/dk.vol4.id76

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