Estados Unidos vetó en el día de ayer la resolución de alto el fuego en Gaza, presentada en el Consejo de Seguridad de la ONU y redactada por Emiratos Árabes Unidos, con casi 100 copatrocinadores.
Según Human Rights Watch (HRW), «al seguir proporcionando a Israel armas y cobertura diplomática mientras comete atrocidades, entre ellas castigar colectivamente a la población civil palestina de Gaza, EE.UU. se arriesga a ser cómplice de crímenes de guerra».
Aunque la postura del principal aliado de Israel no sorprendió, vuelve a poner en peligro la función misma del Consejo de Seguridad como garante de la paz y la seguridad internacionales, evidenciando el doble rasero de las decisiones de Estados Unidos y anteponiendo sus intereses específicos a los de la seguridad colectiva.
Watch Security Council vote on draft resolution S/2023/970 tabled by the UAE on the Middle East & the Palestinian question.https://t.co/s2F3xb4T2O
— UN Web TV (@UNWebTV) December 8, 2023
13 members in favour. The US voted against and the UK abstained.
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Invocación del artículo 99 de la Carta de la ONU
La convocatoria para discutir la resolución se realizó a petición del Secretario General, António Guterres, quien utilizó el Artículo 99 de la Carta fundacional para destacar la situación humanitaria en Gaza.
«La situación se está deteriorando rápidamente hacia una catástrofe con implicaciones potencialmente irreversibles para los palestinos en su conjunto y para la paz y la seguridad en la región. Este resultado debe evitarse a toda costa», dijo Guterres en carta al presidente del Consejo para justificar la invocación del artículo.
En las discusiones de ayer, EE.UU. e Israel objetaron que un alto el fuego solo beneficiaría a Hamás. El argumento que se ha usado desde el mismo inicio de la guerra y que ha contribuido al asesinato indiscriminado de civiles inocentes y el desplazamiento de casi el 70% de la población en Gaza.
Ambos países sugirieron reemplazar la redacción que demandaba un alto el fuego por «otra tregua humanitaria urgente» y de alentar «los esfuerzos para restablecer las pausas humanitarias».
Vale recordar que el mes pasado, EE.UU. se había abstenido para permitir que el Consejo de Seguridad adoptara una resolución en la que se solicitaban pausas en los combates, siendo esta la primera tras cuatro intentos fallidos y varias semanas de guerra.
Posición de Israel
«Si Israel depusiera hoy unilateralmente las armas, como han pedido algunos Estados, Hamás seguiría reteniendo rehenes», declaró el Representante Alterno de los EEUU para Asuntos Políticos Especiales en las Naciones Unidas Robert Wood ante el Consejo. «A día de hoy, Hamás sigue constituyendo una amenaza para Israel y continúa al mando de Gaza».
Por su parte, Israel ha continuado instando no solo a seguir con la guerra, sino también ha reiterado sus críticas a la Organización de las Naciones Unidas y a su secretario general por los constantes llamados al alto al fuego.
El propio ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Eli Cohen, criticó el miércoles pasado a Guterres por invocar el Artículo 99, afirmando que su mandato representaba un «peligro para la paz mundial». A estas críticas se sumó la voz del representante de Israel en las Naciones Unidas, Gilad Erdan, quien agregó que, con esta medida, Guterres había alcanzado «un nuevo mínimo moral».
Los ataques contra Guterres y la ONU
La necesidad de un cese de las hostilidades es necesaria por diversas razones. Como ha expresado Guterres, la principal, es que Gaza se está conviritendo en «un cementerio de niños».
En el día de ayer, el Ministerio de Sanidad de Gaza reportó que el número de víctimas mortales y heridos desde el comienzo del actual conflicto ascendía a 17.478, y 46.480 personas respectivamente, siendo el 70% de las víctimas, mujeres y niños.
Finalmente, el conflicto ha llevado a una crisis en todo el sistema de las Naciones Unidas y sus principales objetivos.
Los ataques diplomáticos de Israel contra Guterres no solo van dirigidos a la persona, sino también a una organización que debería velar de manera imparcial por la seguridad y la paz mundial. Al hacerlo, Israel atenta repetida y sistemáticamente contra estos objetivos fundamentales.