Todo tiempo pasado fue mejor ¿En serio?

septiembre 19, 2023

Mucha gente tiende a pensar que nuestros abuelos y padres vivieron en un mundo moralmente más sano. Pero esto es una ilusión producida por sesgos cognitivos, según afirma el estudio realizado por dos psicólogos.

Mi madre, nonagenaria, prefiere el teléfono fijo al móvil y se enoja cuando le dicen que debe comunicarse por Whatsapp, porque, en efecto, no hay otra opción. En tanto, mi esposa, mucho más joven, prefiere escuchar a Tony Roland o Nino Bravo antes que a Alejandro Sanz o a Rosalía.

En cuanto a la moralidad, la postura de mucha gente es similar: el pasado fue mejor. En otras épocas, la gente era más honesta, bondadosa y respetuosa. Ahora, la sociedad parece a punto de chocar con un iceberg, como el mítico Titanic.

Sin embargo, esta sensación de que ahora estamos peor que hace unos años sería una construcción de la mente, sin evidencia alguna. El resultado de un par de sesgos cognitivos, esas fallas que, por ejemplo, llevan a confirmar nuestras propias creencias.

En pocas palabras, esta es la conclusión a la que llegaron los psicólogos Adam Mastroianni y Dan Gilbert, de la Universidad de Columbia, quienes publicaron su estudio La ilusión del declive moral. ¿Qué descubrieron? Nada menos que, siempre, la gente siempre piensa que la moral se está yendo a pique.

«La moralidad es el pegamento que mantiene unida a nuestra sociedad. Si ese pegamento desaparece, nuestra sociedad se desmorona. Entonces, si eso está sucediendo, deberíamos hacer algo al respecto de inmediato. Pero si no es así, en lugar de gritar “¡fuego!” en un cine lleno de gente deberíamos dejar que sigan viendo la película», ilustra Mastroianni, cuyo apellido que, curiosamente, remite a la edad de oro del cinema italiano.

En su estudio, Mastroianni va más allá porque la gente no solo reacciona así (pensando que el pasado fue mejor) cuando habla de moralidad sino también cuando se refiere a bondad, respeto u honestidad.

Si nos quedamos con las respuestas a las encuestas analizadas por Mastroianni veremos solo la cáscara de la opinión pública. Por eso, el psicólogo quiso averiguar por qué la gente idolatra el pasado en aspectos tan disímiles como la honestidad, la economía, la política y hasta la música.

La respuesta, cuándo no, está en los citados sesgos. Para Mastroianni reaccionamos así por dos factores principales. Uno, porque registramos mejor las malas noticias y, dos, porque la memoria atenúa los recuerdos y hace más amables los de hechos que resultaron negativos.

El estudio de Mastroianni y Gilbert tiene relación con el realizado hace unos años por la Universidad de Zürich y que consistió en «perder» miles de billeteras con dólares en casi todo el mundo. Para sorpresa de estos investigadores, las billeteras que tenían más dinero registraron tasas de devolución más altas.

No solo eso. Las billeteras donde había dinero y una llave (un elemento que solo tiene valor para el dueño del accesorio) tuvieron aún más devoluciones, porque generaron empatía. La conclusión del llamado test de la billetera es que la honestidad es un valor que permanece, aunque, como siempre, parezca que la moralidad está al borde de la extinción.

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