Nestor Fleitas - ¿Dónde estoy?
Ilustración 1 Fotografía del autor: ¿Dónde estoy?

Autenticidad para la palabra, el cuerpo y la inteligencia artificial

El mito cristiano del Dios que creó el mundo supone un Dios que se conoce a sí mismo en tanto todo está en él. Pero si nosotros somos los creadores de la inteligencia artificial, aún nos quedan muchos glitch por resolver
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La traición es una idea moral extremadamente compleja. Tiene muchas partes que la dotan de sentido. Sin embargo, su génesis está en la idea de la expectativa, la cual es una emanación de la idea de anticipación. La anticipación y la traición, no obstante, están desvinculadas una de la otra, en tanto una traición no es nunca esperada, aunque esté pre-vista. No es como buscar un bug en una serie de actividades. No.

Max Scheler es incisivo sobre el tema, no de la traición, sino sobre la anticipación en su texto El puesto del hombre en el cosmos (1938). Aquí Scheler dirá que una de las determinaciones ontológicas que distancian al ser humano del animal es precisamente su capacidad de predecir el futuro. Ahora bien, esa capacidad de predecir el futuro se basa en las experiencias del sujeto, y por supuesto, en la disposición afectiva que se ha desarrollado a través de tales experiencias.

Sin embargo, Martin Heidegger, quien ya había leído a Max Scheler, mantiene la idea de anticipación, dotándola de un contenido existencial y ontológico muy superior. Alega que la capacidad de anticiparse-a-sí-mismo es que el “Dasein no se proyecta a sí mismo en el deseo, sino que más bien se anticipa a sí mismo como ya realizado, se proyecta a sí mismo como ya completado, lo cual es un absurdo. Esto significa que el Dasein pone todas sus posibilidades al servicio de la inclinación, es absorbido de alguna manera por ella” (Arrese Igor, 2011, p. 128).

Esto es, que el ser humano es en definitiva un anticiparse. No obstante, Heidegger aclara, anticiparse-a-sí-mismo es siempre un cuidarse, un curarse (Sorge). ¿No es acaso curioso que Heidegger dote el concepto ontológico-existencial de anticiparse-a-sí-mismo con una estructura cuasi-curandera? La anticipación es una protección ontológica que cura y que cuida como lo hace quizás el altar o el amuleto.

A la vez, la traición está intrínsecamente relacionada con la mentira. Son casi el del mismo registro semántico ambas palabras. Sin embargo, la mentira quizás sea anterior a la traición y porta en su acción un sentido aún más peligroso. La mentira hace que la estructura ontológica yerre.


“¿Qué opinan ustedes? –vociferó casi Razumijin (a Raskolnikov y otros)- ¿creen que me indigno al oírles decir estas sandeces? ¡de ningún modo! ¡me alegra que las diga! Las charlatanerías insulsas y desprovistas de sentidos constituyen el único privilegio del hombre sobre los animales. Por la mentira se llega a la verdad. Si soy hombre es porque miento, no se ha logrado jamás la conquista de una sola verdad sin que antes allá sido preciso decir por lo menos catorce mentiras, o ciento catorce, y esto nada tiene que no sea honorable en sí, ¡pero es que no sabemos mentir de acuerdo a nuestro espíritu! ¡que me endilguen todos los embustes que se les ocurran pero que sean propios y les daré un abrazo! Mentir de acuerdo a la propia individualidad es casi más bello que decir la verdad siguiendo los dictados de un extraño; en el primer caso, uno se afirma como hombre, en el segundo, se desempeña el papel de un loro. La verdad no desaparece, pero la vida puede ser aniquilada, es un hecho incontrovertible…”[1]


La mentira corrompe y, sin embargo, como la voz de Dostoievski reconoce, es también un principio de verdad.

A todas estas: ¿Que nos propone la inteligencia artificial? Si hacemos una búsqueda rápida sobre el tema nos quedará una cuestión clara. La inteligencia artificial es la búsqueda por reproducir el pensamiento humano en un sistema otro (artificial).  Lo artificial siempre me ha causado dudas, porque, ¿Qué hay de artificio en la inteligencia? Platón mismo sentó las bases de esta discusión cuando se preguntaba por la diferencia entre arte y artificio. Pero la inteligencia artificial está dominada por la matemática, dios de la modernidad. ¿Cómo algo dirigido por la matemática es artificio?

La respuesta es evidente para mí, no ya desde el paradigma de la modernidad, sino desde el cuerpo que habito. Las teatralidades contemporáneas han sido capaces de captar nuevos tratamientos de lo real. En ello la fisicalidad ha impuesto nuevas verdades. La performatividad es en el cuerpo, en la carne. Es decir, la palabra en lo discursivo ha llegado a tal nivel de corrupción, que muchas veces, lo dicho no enarbola nada. Entonces, la carne es el medio último de acceso. Cuando la carne es transgredida, no hay vuelta atrás.  

¿Cómo miente una inteligencia que trata de simular lo humano desde lo matemático? ¿A quien traiciona? Es decir, la mentira y la traición son emanaciones de estructuras constitutivas del ser humano y, por ende, nos definen de una manera particular a cada cual. La inteligencia artificial, en tanto software, es desarrollada por grupo de seres humanos, que de una forma u otra forman parte de estas estructuras. ¿Será mejor censurarle a la Inteligencia Artificial estas cuestiones?

El mito cristiano del Dios que creó el mundo supone un Dios que se conoce a sí mismo en tanto todo está en él. Pero si nosotros somos los creadores de la inteligencia artificial, aún nos quedan muchos glitch por resolver.


Referencias

Arrese Igor, H. O. (2011). La ética de la autenticidad en Ser y tiempo. Eidos: revista de filosofía de la Universidad del Norte(15), 118-141.

 Heidegger, M. (1997). Ser y Tiempo (J. E. R. C., Trans. J. E. R. C. Ed. 1ra ed.). Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

Scheler, M. (1938). El puesto del hombre en el cosmos (J. Gaos, Trans. J. Gaos Ed. 1ra ed.). Buenos Aires, Argentina: Editorial Losada.


[1]Dostoievski, F.: “Crimen y Castigo” (1975), Tomo I, parte III, cap. I, p.315. Ed. Huracán, La Habana, Cuba.

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