El arma secreta del Reich en el holocausto

junio 1, 2020
mujeres Alemania nazi

 

Las consecuencias de los actos de estos hombres y mujeres ante el holocausto fueron fatales, casi 11 000 000 de personas fueron torturadas y asesinadas en los campos de concentración, todas esas muertes quedaran plasmadas en nuestras vidas como un capítulo horroroso en la historia de la humanidad.

 

En 1918, tras la derrota en la primera guerra mundial el Imperio Alemán se había desplomado completamente. Obligado a pagar grandísimas indemnizaciones, el país afrontaba una nefasta crisis económica que afectó a toda la población; entre otras múltiples calamidades, acarreó una excesiva inflación, altas cifras de desempleo y numerosos cambios bruscos de gobierno. En el país, las confrontaciones entre nacionalistas y comunistas eran casi una guerra civil.

El recrudecimiento de la situación de la post guerra durante años terminó agotando toda la confianza de las mujeres alemanas en la democracia y en sus políticos. Frustradas por la pobreza y con sus maridos desempleados muchas de ellas reclamaban un cambio. Luego de obtener el derecho al voto en mayo de 1919, estas comienzan a interesarse por la política y acudir a los mítines, especialmente a un partido de orientación nacionalista que atraía a las multitudes a las cervecerías de Múnich: el partido representado por Adolf Hitler y sus Hombres convirtiéndose en grandes activistas del Partido Obrero Nacional Socialista (NAZI).

Activo en Alemania entre 1920 y 1945 su ideología se sustentaba en el fascismo. Su predecesor fue el Partido Obrero Alemán (DAP), que existió entre 1919 y 1920. Las mujeres en su mayoría se veían identificadas por las palabras e ideales en aquellos discursos llenos de energía y voluntad de cambio.

Las mujeres alemanas tuvieron un aporte significativo para llevar a Hitler y a su partido Nazi al poder en 1933. Tras la toma del poder de Adolf comenzó a poner en marcha su política de adoctrinamiento encaminado a inculcar los valores supremacistas y nacionalistas. En este proceso la mujer tendría un rol a cumplir complementario al del hombre. Traería a la vida futuros soldados y sería una luchadora más contra las amenazas enemigas.

El partido Nazi, para poner en práctica las palabras del Führer decidió dar cheques regalos a todas aquellas jóvenes parejas con afán de formar una familia, para lo cual debían pasar por un excesivo estudio médico y en el caso de la mujer dejar de trabajar, lo cual fue de mucha aprobación por la comunidad fémina alemana. Así se eliminaba el desempleo y se restauraba la economía.

En 1934, Adolf Hitler pone en proceso la operación Descontaminación de Alemania. Consistía en eliminar a todas aquellas personas con trastornos psicológicos y enfermedades hereditaria, con el fin de obtener la raza aria germana, un soldado fuerte y sin enfermedades. Para dicha labor ordeno la creación de escuelas de enfermería, en las cuales se entrenarían aquellas mujeres que llevarían a cabo la selección de estas personas con déficits. Más de 20 000 mujeres se incorporaron de manera voluntaria a servir en los centros mentales y hospitales; más de 40 000 enfermos fueron asesinados por estas mujeres.

Desde mucho antes de la llegada al poder de Hitler, el mismo había fundado la Liga de Muchachas Alemanas (BDM) en 1930, como la rama femenina de las Juventudes Hitlerianas (HJ) para jóvenes de entre 10 y 18 años establecida por el Partido Nazi (NSDAP). Desde pequeñas eran criadas con las doctrinas nazis, no presentaban compasión por los débiles polacos. Hasta que los nazis llegaron al poder en 1933, esta organización no tuvo mayor relevancia, pero después creció rápidamente, hasta que el ingreso se tornó obligatorio en 1936. Los miembros tenían que ser ciudadanos alemanes, arios y libres de enfermedades hereditarias. En 1939, tras la invasión a Polonia las jóvenes filas de la BDM tenían como misión restaurar y convertir las casas en respetados hogares alemanes para los nuevos colonos.

Ya para 1940 la trascendencia mundial de la guerra era inevitable. Eventualmente, el mundo entero se vería envuelto. Hitler y Himmler ponen en práctica la doctrina del terror (Holocausto judío). Aunque los reclusorios más tarde conocidos como campos de concentración ya existían, una vez empezada la guerra estos se perfeccionan.

En 1941 las persecuciones judías son más frecuentes, se ordenan las construcciones de otros campos de concentración como Auschwitz y Sachsenhausen. Pero se necesitaba personal dispuestos a trabajar en ellos. Más de 1000 mujeres dieron el paso al frente para cumplir con esta tarea, eran conocidas SS-Aufseherin (guardianas de los campos de concentración y exterminio). Las guardianas eran generalmente de clase media y baja que no tenían anterior experiencia en ese trabajo; su perfil laboral era variado: se indica que eran antiguas matronas, peluqueras, cobradoras de tranvía, cantantes de ópera o profesoras retiradas.

Las voluntarias fueron reclutadas por anuncios en periódicos alemanes que demandaban mujeres que quisieran mostrar su amor al Reich.  Estas eran igual o incluso más despiadadas que los soldados nazis, estas mujeres torturaban, asesinaban y cazaban a los judíos y prisioneros de guerra. Al terminar la guerra muchas fueron asesinadas por los aliados; muy pocas de estas SS-Aufseherin llegaron vivas a ser juzgadas por los tribunales post guerra.

A las esposas de los soldados de las SS (Fuerza elite de la Alemania nazi) se les conocía como mujeres SS, aunque no tuvieron el entrenamiento militar. Estas, para casarse, debían entregar un documento genético de hasta 4 generaciones de legítimos alemanes. Como muchos de sus maridos trabajaban en los campos de concentración su deber era brindarles tranquilidad a sus esposos acompañándolos a los campos de exterminio. No presentaban compasión por los prisioneros, incluso se hacían juegos entre familias SS que consistía en asesinar a cuchilladas a los presos ya fueran niños o discapacitados.

Tras la capitulación de Alemania Nazi en 1945, los aliados comienzan un barrido por las calles de la Alemania, las cuales estaban ocupadas por la resistencia integrada en su mayoría por mujeres prófugas de la justicia militar.

Cuando en agosto del propio año comienzan los juicios a los soldados detenidos por las fuerzas aliadas, muchas de estas mujeres fueron condenadas a prisión, otras fusiladas. No obstante, hubo numerosos casos que quedaron impunes dado que escaparon y cambiaron sus nombres.

Las consecuencias de los actos de estos hombres y mujeres ante el holocausto fueron fatales, casi 11 000 000 de personas fueron torturadas y asesinadas en los campos de concentración, todas esas muertes quedaran plasmadas en nuestras vidas como un capítulo horroroso en la historia de la humanidad.

Referencias

Benedicto Cuervo Alvarez, El ascenso de Hitler y del partido Nazi al poder en Alemania, Historia Digital, XV, 26, (2015).

Nikolaus Wachsmann, KL, Historia de los Campos de Concentración Nazis, Ed. Titivillus, 2015 (Edición digital)

Documental las mujeres del 3cer Reich de RMC

Álvarez, Mónica. «Guardianas Nazis. El lado femenino del mal». Madrid: Grupo Edaf, 2012.

 

 

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